Botonera

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4.9.18

II. "RAINER WERNER FASSBINDER. SOLO QUIERO QUE ME AMEN", Jesús Rodrigo García (coord.), Shangrila 2018



Rainer Werner Fassbinder


Era tan blando que parecía no tener huesos. Sus piernas, aunque robustas, parecían las de un niño pequeño. Los berrinches que cogía, y que podían darle incluso en la bañera, hacían que su semejanza con un bebé resultara ya innegable.
Siempre parecía un poco tonto y torpe… y solía hacer lo que los niños abstraídos cuando exploran su cuerpo, descubriéndose repentinamente el pene y deteniéndose a observarlo con curiosidad: perdido en sus pensamientos, se metía la mano bajo la cintura de sus pantalones con toda tranquilidad y comenzaba a hurgar, rascándose y sobándose sin el menor asomo de turbación, mientras que los presentes debían pensar que estaba haciendo todo lo posible para mostrarse ofensivo.
Kurt Raab


A menudo me siento mortalmente cansado de retratar a la humanidad sin participar de lo que es humano (…) La emoción cálida y sincera es siempre fútil y banal; solo las exasperaciones y los glaciales éxtasis que el corrompido sistema nervioso del artista experimenta son emociones artísticas.

El artista debe ser inhumano, extrahumano. Debe mantenerse aparte, extraño a nuestra humanidad.
Thomas Mann, Tonio Kröger


Dicen que mis películas son nostálgicas, pero no me gusta esa definición porque suena a enfermedad, a moho, a cosas descompuestas. La nostalgia solo existe en la conciencia de quienes se sienten atrapados por sus recuerdos.

El que menos ama más poder tiene.

Siempre es mejor disfrutar del dolor que solamente padecerlo.
Rainer Werner Fassbinder