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17.10.20

"EL NUEVO CINE CHECO. REVOLUCIÓN CINEMATOGRÁFICA EN LOS '60", DE CRISTINA GÓMEZ LUCAS EN FAMMA.

 


En febrero de este mismo año publicamos el libro
El nuevo cine checo. Revolución cinematográfica en los '60,
de Cristina Gómez Lucas.

Nos agrada mucho que el libro haya sido recogido por Famma (Federación de Asociaciones de personas con discapacidad física y orgánica de Madrid.










6.3.20

VIII. "EL NUEVO CINE CHECO. REVOLUCIÓN CINEMATOGRÁFICA EN LOS '60", Cristina Gómez Lucas, Shangrila 2020



La tienda en la calle Mayor

[...]

La tienda en la calle Mayor (Obchod na korze, Ján Kadár y Elmar Klos, 1965)

Se trata de la séptima colaboración de Ján Kadár y Elmar Klos, una obra de arte internacionalmente conocida gracias a los múltiples premios que recogió, entre ellos, varias distinciones en el Festival de Cannes y el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en Hollywood. El cálido recibimiento de La tienda en la calle Mayor en el Festival de Nueva York, ayudado por el éxito también internacional del film de Forman Los amores de una rubia, contribuyó a abrir las puertas del mercado extranjero a la producción checa, no solo en los Estados Unidos sino también en buena parte de Europa cccidental: Alemania, Inglaterra, Francia, Suiza, Italia, etc. 

Dada la repercusión del film y lo que este supuso para la industria cinematográfica checa en general, veamos la opinión de los críticos fuera de las fronteras checas. Jaroslav Brož (1967) recoge en su libro admirables críticas sobre la película cuando tuvo lugar su estreno en la ciudad de Nueva York:

Bosley Crowther en el NEW YORK TIMES: “…una de las más sobrecogedoras y devastadoras películas que he visto de Europa o de cualquier otro lugar en varios años...”. Judith Crist en el NEW YORK HERALD TRIBUNE: “… no puedes perderte este brillante y extraordinario film. Brillante en la actuación y extraordinario en la realización…”. (…) Archer Winsten en el NEW YORK POST: “…y así, casi con indiscreción, esta comedia expone una de las más poderosas declaraciones cinematográficas nunca hecha en el tema del exterminio hitleriano de judíos… (pp.77-78).

Este film ya lo hemos señalado por dos motivos. El primero referido a lo que acabamos de mencionar, es decir, como ejemplo del éxito internacional que lograron algunas obras de la Nová Vlna, y el segundo, como una excepción temática dentro de la tónica general adoptada por los Nuevos Cines, no solo en Checoslovaquia, sino también en el resto de países. Es esta última idea la que abordaremos a continuación.

Ya vimos que uno de los rasgos de los Nuevos Cines es su predilección por la contemporaneidad en todos los aspectos, especialmente en la temática. Su afán de renovar la cinematografía y retratar la sociedad moderna les hace huir de líneas narrativas ambientadas en el pasado. Sin embargo, los países que quedaron bajo la órbita de influencia soviética tendieron, en muchos casos forzados por las directrices del Partido Comunista, a hacer una reflexión histórica y desarrollar un cine perteneciente a este género. Entre los Nuevos Cines del Este se advierte como tema más frecuentemente reiterado los acontecimientos vinculados a la Segunda Guerra Mundial. 

Dina Iordanova (2003) señala que los peores sucesos del Holocausto tuvieron lugar en los países de la Europa del Este Central, siendo los judíos de estos territorios los que más sufrieron. Tal situación explica, en parte, la presencia cinematográfica de estos hechos históricos en el cine del Este a pesar de que debido a su limitada distribución son mucho menos conocidos de lo que deberían. “Estas películas sobre el Holocausto se mueven estilísticamente desde dramas de amarga realidad hasta tragedias poéticas y purificadoras.” (p.75). 

La Nová Vlna fue uno de los movimientos que menor atención prestó a la temática bélica. Únicamente destacan tres films relacionados con ella: Diamantes de la noche de Jan Němec, La tienda en la calle Mayor de Kadár y Klos y Trenes rigurosamente vigilados de Jiří Menzel. Aun estando estas películas ambientadas en la guerra, no utilizan la perspectiva habitual cargada de épica histórica y fatalismo trágico. Todo lo contrario, los trabajos del Nuevo Cine checo emplean un tono costumbrista, no exento de ironía y humor, donde las preocupaciones de individuos corrientes sustituyen las hazañas de grandes héroes. La cotidianidad, con ciertos toques de lirismo, sustituye el estilo épico que con frecuencia encontramos en otras cinematografías. Son esa temática y estilo tan particular lo que convierten a La tienda en la calle Mayor en una obra tan interesante para su análisis.

Jaroslav Brož (1967) atiende en su obra a este mismo argumento resaltando la excepcionalidad del film:

Es una película insólita porque por primera vez después de la II Guerra Mundial se elige una nueva perspectiva para mostrar la gente y los acontecimientos de esos trágicos años de ocupación. No hay sabotaje, ni lucha de guerrillas, no hay víctimas del terror nazi asesinadas detrás de los alambres de pinchos de los campos de concentración. En vez de todo eso, la historia se desarrolla en una pequeña ciudad eslovaca relativamente tranquila y confortable bajo el corto gobierno de paja durante los años de guerra (p.62).

Las palabras de Brož dan ya una idea clara de la perspectiva elegida por los cineastas. Continuemos ahora profundizando sobre la línea de ficción que se desarrolla en el film [...]




5.3.20

VII. "EL NUEVO CINE CHECO. REVOLUCIÓN CINEMATOGRÁFICA EN LOS '60", Cristina Gómez Lucas, Shangrila 2020



Los amores de una rubia

[...]

Los amores de una rubia (Milos Forman, Lásky jedné plavovlásky, 1965)

Esta película, gracias al éxito internacional que obtuvo, confirmó la figura de Miloš Forman como cineasta. Numerosos fueron los premios; recibió una gran acogida por parte de la crítica y el público en el Festival de Nueva York, e incluso, llegó a estar nominada al Oscar a la mejor película extranjera en 1966. Thomas J. Slater (1987) afirma que “algunos críticos todavía la consideran como el mejor de sus trabajos”. (p.39).

En Los amores de una rubia el director se acerca nuevamente a la sociedad checa, esta vez a través de la mirada de la joven protagonista Andula. Forman ofrece un retrato tragi-cómico de la situación que vivían muchas jóvenes durante los años sesenta. Mientras que el modo de tratar el tema es a través del humor, inevitablemente el espectador percibe el elemento dramático que se esconde en el desarrollo del film. Para comprender esta idea veamos con más detalle el argumento del film.

En primer lugar, el germen de Los amores de una rubia se encuentra en una experiencia personal del director. Una noche Forman se encontró en la calle a una chica con una maleta e intrigado comenzó a hablar con ella. La joven le contó que no era de la ciudad, un día había tenido un romance con un chico de Praga y él la había invitado a que fuera a verle algún día. Pero la dirección era falsa y la chica se encontraba totalmente sola. Ella le explicó al director que en su localidad era muy difícil encontrar novio porque la mayoría de los habitantes eran jóvenes trabajadoras de fábricas. César Ballester (2007) continúa esta historia explicando que después de unos meses Forman conoció a otra chica, esta se trasladaba a Praga huyendo de su pueblo porque debido a la escasez de chicos era realmente difícil casarse. “Fue entonces cuando Forman se encerró con sus compañeros, Papoušek y Passer, a escribir el guion.”  (p.170).

Conscientes de esta problemática, los guionistas desarrollaron la línea narrativa del film. Se trata de una historia sencilla que cuenta cómo una joven trabajadora de una fábrica de zapatos, Andula, tras pasar una noche con un pianista de Praga, decide hacer su maleta y marchar a la ciudad para encontrarse con él de nuevo. Confiada, acude a la dirección que el pianista le dio y allí, junto a los padres del chico, espera su llegada. Será entonces cuando se de cuenta de que todas sus ilusiones son falsas, que ni el chico tiene interés en mantener una relación con ella ni tampoco puede hacerse cargo de la situación. Andula no tiene más remedio que volver de nuevo a la fábrica y proseguir con su monótona vida en una pequeña localidad de provincias. 






Los amores de una rubia


Con pequeñas variaciones, esta historia es básicamente la misma que le había contado la chica desconocida a Forman. Ya hemos visto que las historias de Forman son sencillas y se utilizan, en parte, como una excusa para capturar una problemática social. Hilario J. Rodríguez (2006) apoya este argumento afirmando que la historia que se cuenta es débil, que se trata más bien de un “film atmosférico” (p.46) porque la película sirve para reflejar más una rutina diaria que una historia, siendo dicha rutina un intensificador de parálisis y asfixia donde viven los personajes. Y si bien es cierto, como explica el autor, que la línea narrativa es sencilla, no lo es sin embargo el retrato que logra Forman de la sociedad moderna checa. El cineasta es capaz de expresar la complejidad y las contradicciones del entorno que le rodea.

Fran Benavente y Santiago Fillol en Vientos del Este señalan la influencia literaria para referirse al argumento que acabamos de señalar:

Como en la narrativa de Hrabal, la articulación cotidiana da paso al absurdo, muestra una dinámica que se agota en una lucha contra un sistema que zafia las posibilidades de salida. (…) Se trata de tomar la temperatura de transformación de una sociedad anquilosada (…) es un repliegue hacia la microhistoria, un interés por lo pequeño y todos los procedimientos que ello comporta (p.112).

La espontaneidad en el cine de Forman no solo se encuentra en sus imágenes llenas de honestidad y realismo, como puede comprobarse las propias historias de sus films provienen de situaciones cotidianas, de experiencias vividas. (31) A dicha espontaneidad contribuye también su tendencia a trabajar con actores no profesionales. En este film, la protagonista es Hana Brejchová, la hermana de su primera mujer Jana Brejchová. Recordemos que Forman la conoció durante el rodaje del film de Radok, El abuelo automóvil, en el que colaboró como guionista. Encontramos en este punto unas líneas que pueden dar lugar a equívoco. En la obra de Christian Aguilera (2006), el autor afirma que Jana Brejchová es la actriz con la que Forman se casaría y “compartiría la experiencia de rodar Los amores de una rubia (1965).” (p.21). No fue con ella, sino con su hermana Hana con la que trabajaría en este film, dato confirmado por Quim Casas en Vientos del Este (p.285) [...]

31. Exactamente igual ocurre con el guion de su próxima película, ¡Al fuego bomberos!, que será analizada en el siguiente apartado.




4.3.20

VI. "EL NUEVO CINE CHECO. REVOLUCIÓN CINEMATOGRÁFICA EN LOS '60", Cristina Gómez Lucas, Shangrila 2020




La Nová Vlna


Trenes rigurosamente vigilados (Jirí Menzel, 1966)


[...] Como quedó señalado en el capítulo dedicado a la tradición cinematográfica checa, las estrictas imposiciones del Partido Comunista comenzaron a relajarse tras la dura crítica de Kruschev a la figura de Stalin en 1956. Un nuevo periodo más aperturista se inició respaldado por las quejas denunciadas en el II Congreso de Escritores checos sobre las doctrinas estalinistas en materia cultural, es decir, sobre las pautas del realismo socialista. A la protesta se unió también el movimiento estudiantil, cuyas manifestaciones fueron una constante generalizada en todo el continente europeo. En este contexto, algunos cineastas checos comenzaron a marcar distancias con la estética empobrecida del realismo socialista. Serán ellos, un grupo al que se ha denominado Primera Ola, los que asentarán las bases que propiciarán el nacimiento de la Nová Vlna.

Forman parte de este grupo miembros de la Primera Generación de graduados de la FAMU como Vojtěch Jasný, Karel Kachyňa, Peter Solan, Jaroslav Kučera y Štefan Uher. Pero como señala Peter Hames (2005), alrededor de la otra mitad del grupo eran ya demasiado mayores para haber pasado por la FAMU y entre estos nombres se encuentran František Vláčil, Ladislav Helge, Ján Kadár o Zbyněk Brynych. Todos estos cineastas debutaron a finales de los cincuenta, excepto Kadár, cuya ópera prima Katka fue rodada en 1950. Dicha obra, realizada en su Eslovaquia natal, le supuso la expulsión de la industria eslovaca porque –como afirma el propio Ján Kadár– “el film no era suficientemente nacional”. (15)

15. Palabras recogidas en la obra de Peter Hames (2005), p.36. Fuente original en Antonín J. Liehm (1974), p.401.

Estos cineastas realizaron películas “radicalmente opuestas a la estética y temática del realismo socialista” [...]

El movimiento de renovación fílmica volverá a surgir con fuerza en 1963, encabezado ya por la llamada Segunda Generación de la FAMU, es decir, los principales representantes de la Nová Vlna. La Primera Ola queda entonces definida como el movimiento percusor de este último. La Primera Ola no llegó a constituirse como un grupo con identidad propia ya que las condiciones histórico-políticas del país la frustraron antes de que pudiera prosperar. De nuevo comprobamos como ciertamente la cinematografía checa es indisociable de su contexto histórico.


La temática y el estilo que desarrollaran los miembros de la Nová Vlna se interrelaciona e incluso solapa con el trabajo iniciado por los directores de esa Primera Generación. Uno de los mejores ejemplos es el de Elmar Klos y Ján Kadár, que aunque pertenecen a una etapa anterior a la nueva generación de la Nová Vlna, su film La tienda en la calle Mayor, es una de las obras más relevantes vinculadas a este movimiento (más adelante dicha obra será estudiada en profundidad) [...]

De que la Nová Vlna o el Nuevo Cine checo es un movimiento no cabe duda, aunque haya sido muchas veces olvidado, especialmente en países como el nuestro. Sin embargo, cabe plantearse numerosas cuestiones acerca de su propia identidad, por ejemplo cuáles son los rasgos que lo definen, quienes son sus principales miembros o qué obras pueden valorarse como aportaciones significativas en la historia de la cinematografía. 

J. L. Sánchez Noriega (2003) hace un estudio global de los Nuevos Cines dentro del contexto europeo señalando que estos “surgen entre finales de los años cincuenta y los sesenta básicamente como resultado de las circunstancias históricas (…) o de estrategias deliberadas en orden a renovar los cines nacionales (…)” (p.263) para subrayar de nuevo que “los nuevos cines son un movimiento histórico y nacional, además de estético” (p.264).

Otros de los rasgos que implica el concepto de movimiento es el carácter intencional del mismo. Este viene a menudo atestiguado por un manifiesto donde se señalan las metas comunes del grupo así como una cierta unidad temática y técnica. La Nová Vlna carece de esto último, es más, los propios autores no tenían el sentimiento de pertenencia a un grupo o movimiento concreto, sin embargo entre ellos primaba ante todo una intención común: romper con las pautas del realismo socialista y abrir nuevas vías de creación artística.

En un marco político, social y económico mucho más favorable que en las décadas precedentes, la Segunda Generación FAMU se preocupó de mejorar la cinematografía de su país abogando por la libertad de expresión y el derecho a la innovación. En aquella época, las películas fueron bien recibidas por el público y la crítica internacional, tanto que como confirma Román Gubern (1989) refiriéndose al cine checo “a partir de 1960 se produjo una deslumbrante eclosión que en 1966 cristalizaría con 26 premios obtenidos por sus largometrajes en los festivales internacionales, y 41 por sus cortometrajes.” (p.388). Aunque las fechas mencionadas por el autor no se ajustan exactamente a lo que oficialmente se ha determinado como la vida de la Nová Vlna, de 1963 a 1968, las cifras demuestran igualmente el éxito y la expansión de los films checos por aquella época (recordemos que La tienda en la calle Mayor de Kadár y Klos ganó el Oscar en 1965 y Trenes rigurosamente vigilados de Menzel se lo llevó en 1967).

Otro de los factores claves en el nacimiento del movimiento fue el deshielo cultural que se produjo también en el ámbito literario: en la poesía, la novela, el teatro experimental y el ensayo filosófico. Las obras de autores como Bohumil Hrabal, Fraz Kafka y Milan Kundera ejercerán un enorme influjo en el ámbito cinematográfico (muchas de las películas serán adaptaciones literarias). Ese “humus cultural”, tal como lo califica Sánchez Noriega (2003) (p.469), al que queda ligado el origen de la Nová Vlna es muy significativo y será analizado en el siguiente capítulo. 


Uno de los puntos de interés de este libro es conocer a los miembros del movimiento. Tal interés deviene en que a través de la contrastación de fuentes, prestando atención a las españolas y traducidas al castellano para observar el estado de la cuestión en nuestro país, podremos conocer la diversidad de criterios y opiniones que existen sobre una misma cuestión. A veces esta disparidad sirve para conocer las diferentes perspectivas de estudio que los expertos han elegido para abordar la Nueva Ola checa [...]




26.2.20

V. "EL NUEVO CINE CHECO. REVOLUCIÓN CINEMATOGRÁFICA EN LOS '60", Cristina Gómez Lucas, Shangrila 2020




Tradición cinematográfica checa


Éxtasis (Gustav Machatý, 1932)


[...] Las primeras películas checas datan de 1898, un hecho no generalizado en el resto de los países vecinos. Desde sus inicios el cine checo supo amoldarse a los cambios técnicos y artísticos que marcaba la época, siendo la aparición del sonido uno de los factores claves que verifican precisamente esta idea. Como señala el autor, con la llegada del sonido la industria checa no solo continúo su desarrollo sino que floreció, dejando atrás a gigantes del cine mudo como Dinamarca o Suecia que detuvieron su producción durante años. Sin embargo, como veremos más adelante, su capacidad de adaptación será mucho más admirable en el periodo posterior, cuando logre sobrevivir a la guerra y a las imposiciones estalinistas.

Tras la Primera Guerra Mundial, el país se encontró con dificultades económicas. Peter Hames (2005) explica la gran acogida por parte del público de la que gozaron las películas patrióticas en aquellos años, éxito contrarrestado con las importaciones extranjeras. Uno de los primeros estudios, los Kavalírka, fueron levantados en 1924 por el actor Karel Lamač, y fue allí donde se rodaron muchas de las películas de la década de los veinte. Hubo que esperar todavía algunos años para que nacieran los estudios Barrandov, situados en Praga, cuya importancia sería determinante para el desarrollo posterior de la industria. Mientras Dina Iordanova (2003) fecha su entrada oficial en el año 31 con la aparición de los primeros films sonoros (p.25), Peter Hames (2005) sitúa su creación dos años más tarde (p.10). A pesar de esta imprecisión, que no es sino una prueba de la escasez de consenso ante la carencia de estudios sobre el tema, lo significativo es que dichos estudios se convirtieron en el centro de producción más importante de la región, comparable en tamaño, como afirma Iordanova, con los emblemáticos estudios de Cinecittà en Roma. A día de hoy, Barrandov, haciendo competencia a los estudios alemanes DEFA en Berlín, afirman ser los más grandes y modernos de toda Europa.

Francisco Javier Zubiaur (1999) hace referencia a la firmeza de la cinematografía checa afirmando que esta “contaba ya con una historia propia y reconocimiento internacional desde la década de 1930, gracias a una generación de realizadores que asegura la continuidad tras la Guerra: la formada por Otakar Vávra, Martin Frič, Jiří Weiss, Karel Zeman y Jiří Trnka” (p.388).

Antes de continuar con la evolución correspondiente al periodo de postguerra, conviene señalar algunos de los hitos fílmicos previos. Sin duda uno de ellos es Éxtasis (Ecstasy, 1932) de Gustav Machatý, prestigioso director que contaba con experiencia en Hollywood como asistente de cineastas tan célebres como D.W. Griffith o Erich von Stroheim. A diferencia de otras obras maestras checas, Éxtasis dispone de un lugar en la historia de la cinematografía y son muchos los críticos que no se olvidan de reseñarla. Su reclamo de atención se basa fundamentalmente en el escándalo que provocó ya que el guion relata las experiencias sexuales femeninas de una jovencísima Eva Maria Kiesler (Hedy Lamarr) sin el pudor y la censura moral propia de la época. La actriz protagonizó uno de los primeros desnudos del cine acompañado además por grandes dosis de erotismo y sensualidad. Es precisamente el escándalo lo que, según Peter Hames (2005), desvirtúa la relevancia concedida al film. Con un guion bastante pobre, la película debería ser entendida simplemente como la continuación de una obra previa realizada tres años antes: Erotikon (1929). Por ello, Hames afirma que “la fama de Machatý descansa sobre el escándalo de la película en el Festival de Venecia de 1934 y, en particular, sobre el desnudo de Lamarr.” (p.10) [...] 


[...] La FAMU es la facultad de cine de la Academia de Artes Musicales de Praga. Esta escuela cinematográfica, con rango universitario, tuvo una contribución fundamental formando a las generaciones que se encargarían de renovar un cine checo que durante los años cincuenta había quedado adherido a las pautas del realismo socialista.

Su fecha de nacimiento varía en función de la fuente a la que acudamos. F. J. Zubiaur señala que fue en 1945 cuando en la Academia de Bellas Artes recién establecida en Praga se abrió la escuela de cine (p.389). En la misma fecha lo sitúa Making Pictures: a century of European Cinematography añadiendo además que se trataba de la cuarta universidad de cine en Europa después de la de París, Roma y Moscú (p.58). Peter Hames (2005) apunta que la escuela se estableció a finales del año 46 (p.27) mientras que César Ballester (2007) afirma que el acontecimiento tuvo lugar en 1947 (p.18).

Para logar una mayor exactitud acudimos a la página Web oficial de la misma FAMU (http://www.famu.cz) donde comprobamos que Peter Hames es quien ofrece la fecha correcta. A pesar de ello, de que la web de la FAMU y Hames sitúan su inicio en el 46, en Madrid se celebró el 40 aniversario de la misma en 2007, en vez de en el 2006. En noviembre del 2007 se celebró la Semana de Cine Experimental de Madrid y, aludiendo al sesenta aniversario del nacimiento de la escuela, la dirección dedicó un ciclo a cineastas en ella graduados incluyendo algunos pertenecientes a la Nová Vlna como Jan Němec, Pavel Juráček o Věra Chytilová. La posibilidad de ver films checos antiguos hoy en día es algo bastante insólito dentro de nuestras fronteras. 

El rigor en las fechas no será motivo de discusión, son datos orientativos que simplemente permiten situarnos en el contexto. (9) Lo más significativo es que una vez superado el periodo de letargo provocado por la guerra, la tradición cinematográfica checa retoma fuerzas e inaugura una escuela de cine basada según Ballester (2007) “en líneas generales en la moscovita VGIK” (p.18). Gran parte del profesorado eran los directores vanguardistas de los años treinta. Fueros ellos quienes pusieron en práctica las teorías del movimiento Devětsil, aquellos como Martin Frič y Jiří Weiss que combinan realidad y metáfora visual (visto esto en el apartado anterior). Este autor explica cómo el profesorado, el cual debía transmitir el realismo socialista según las directrices impuestas por el Partido, protegía a los estudiantes de esas mismas pautas porque eran conscientes de la pobreza estética y artística de las doctrinas comunistas. “El profesorado de la FAMU trasmitió a los estudiantes algo de ese espíritu vanguardista de experimentación formal, de ruptura y búsqueda de la realidad que a su vez recibieron de Devětsil” (p.21).

9. Lo mismo sucede con numerosos films donde las fechas varían dependiendo de la fuente elegida.

Tanto este último autor como Peter Hames (2005), coinciden en que uno de los factores claves de la escuela es que en ella los estudiantes tenían acceso a todas las películas llegadas del extranjero. Las importaciones fílmicas permanecían en Praga durante unos días, tiempo suficiente para pasarlas en la FAMU, independientemente de que luego fueran o no distribuidas en el país. Por ello, los estudiantes eran unos privilegiados que estaban al día de lo que estaba ocurriendo en el panorama cinematográfico internacional (por ejemplo conocían la Nouvelle Vague o el Free Cinema inglés) [...]





IV. "EL NUEVO CINE CHECO. REVOLUCIÓN CINEMATOGRÁFICA EN LOS '60", Cristina Gómez Lucas, Shangrila 2020




Oratorio for Prague (Jan Nemec, 1968)


La reforma, como ocurre en los sistemas comunistas, comenzó desde arriba, es decir, desde el interior del Partido. Pero esto estaba “precedido y acompañado por un fermento y una agitación político-culturales” (p.398) en palabras del propio Hobsbawm (1995). El terreno estaba más que preparado para el cambio, ansioso podríamos decir, y la exigencia de liberación política e intelectual no podía esperar más. Un Partido Comunista renovado levantó la censura en junio del ‘68 dando lugar a una total libertad de expresión e incluso convocó un congreso extraordinario para el nueve de septiembre, con la finalidad de continuar la línea aperturista y reformadora, aunque nunca llegó a celebrarse. Reaparecieron muchas libertades, incluso la religiosa. Los derechos de las minorías nacionales, húngaras y ucranianas, fueron reivindicados abiertamente, aunque sin ningún tipo de hostilidad hacia el Estado checoslovaco.

Sin embargo, este movimiento tenía sus límites. Dubček se mantuvo firme en su papel dirigente del Partido y en el rechazo del multipartidismo. Véase por ejemplo que las actividades de los clubes, de KAN (Club de los Sin Partido Comprometidos) y K231 (Club de Antiguos Condenados Políticos) fueron toleradas, pero no se les permitió entrar en la legalidad. Por su parte, los intelectuales y los artistas –deseosos de acelerar las reformas– publicaron el 27 de junio de 1968 el “manifiesto de las dos mil palabras” (2), pero de nuevo Dubček lo desaprobó. Milan Kundera (2007), una de las principales figuras de la literatura cuya influencia será decisiva sobre la Nueva Ola checa, da testimonio del manifiesto en una de sus novelas:

Las dos mil palabras fue un célebre manifiesto, el primero de la Primavera del 68, en el que se llamaba a una radical democratización del régimen comunista. Lo había firmado una gran cantidad de intelectuales y la gente corriente también empezó a firmarlo, de modo que se juntó tal cantidad de firmas que nadie era capaz de contarlas (…) en los periódicos no decían que se trataba de una amable solicitud que intercedía por los presos políticos y solicitaba su libertad. Ni uno de los periódicos citó ni una sola frase del breve texto. En lugar de eso hablaban extensa, confusa y amenazadoramente de una especie de manifiesto contra el Estado, que pretendía convertirse en la nueva base de una lucha contra el socialismo (pp.216 y 226).

2. “Dva Tisíce Slov”, Literární Listy (Praga), 27 de junio de 1968. El documento exigía que las reformas en Checoslovaquia avanzasen más rápidamente. El texto estaba firmado por el periodista y escritor Ludvík Vaculík (nacido en 1926).



Oratorio for Prague (Jan Nemec, 1968)


El crecimiento y desarrollo de nuevas ideas políticas, económicas, culturales y artísticas, la amenaza de una democracia socialista y el ejemplo reformista para el resto de países de influencia soviética, llevó a Moscú a lanzar repetidas advertencias al gobierno Checoslovaco.  La tensión fue aumentando a medida que la democratización del sistema socio-político se hacía palpable. Alcanzar reformas implicaba desmantelar poco a poco las fuerzas de seguridad que eran precisamente el principal instrumento de poder del Partido y su vínculo más directo con la Unión Soviética. Esta entendía los cambios como un acercamiento al capitalismo y una concesión a favor de la sociedad burguesa, además de un ejemplo peligroso para el resto de los Estados comunistas. La situación no podía sostenerse mucho tiempo. El 14 de julio los partidos comunistas, reunidos en Varsovia, dirigieron a Dubček una carta de advertencia. Peter Hames (2005) explica esta situación con detalle en su obra apuntando que, a pesar de los argumentos estratégicos y políticos de la invasión, existen documentos que demuestran que la decisión fue tomada solo por una pequeña mayoría, e incluso afirma que si se hubiera sabido el enorme apoyo público con el que contaba Dubček no hubieran invadido. 

Josep Torrell en Vientos del Este (2006) define la situación: “El partido comunista checo estaba haciendo su propia autocrítica del leninismo, solo al buscar un socialismo de `rostro humano´ ponía de manifiesto el rostro inhumano del resto del socialismo” (pág. 259). El autor apunta que la Primavera de Praga apenas duró ocho meses. Fue probablemente la disposición democrática del Partido lo que la URSS no estaba dispuesta a aceptar. Se hizo caso omiso a las amenazas de Moscú y los rusos decidieron tomar medidas drásticas. La noche del 20 de agosto los ejércitos del Pacto de Varsovia, tropas de la Unión soviética en su mayoría, invadieron Checoslovaquia con sus tanques. 


Oratorio for Prague (Jan Nemec, 1968)


De esta brutal forma quedó aplastado el espíritu reformista del país. Hobsbawm (1995) enfatiza lo que estos drásticos acontecimientos supusieron para el futuro del socialismo:

La invasión soviética de Checoslovaquia (1968), encaminada a reemplazar una forma comunista por otra, clavó el último clavo en el ataúd del `internacionalismo del proletariado´. Desde entonces fue algo normal, incluso para los partidos comunistas alienados con Moscú, criticar a la Unión Soviética en público y adoptar políticas diferentes a las de Moscú. El final del movimiento comunista internacional fue, también, el final de cualquier tipo de internacionalismo socialista o revolucionario, puesto que las fuerzas disidentes o antimoscovitas no desarrollaron ninguna organización internacional efectiva, más allá de sínodos sectarios rivales (p.447).

Y tras la invasión comenzó el llamado proceso de normalización. Los soviéticos se resignaron a dejar intacta la dirección del Partido checoslovaco, aunque las tropas de ocupación permanecieron en el país. Al principio fue el propio Dubček quien se encargó de la implantación de las medidas con la intención de salvar algunas de las reformas. Pero al año siguiente dimitió y nombró como sucesor a Gustáv Husák quien endureció las directrices emprendidas reinstalando la censura y acometiendo purgas en la sociedad. (3) El malestar quedó grabado en la literatura de la época, las palabras de Milan Kundera (2007) en una de sus novelas son un fiel reflejo de ello:

En los cinco años que han pasado desde que el ejército ruso invadió la patria de Tomás, Praga ha cambiado mucho (…). La mitad de sus amigos había emigrado y de la mitad que se había quedado, la mitad había muerto. Ese es un hecho que no será registrado por ningún historiador: los años que siguieron a la invasión rusa fueron años de entierro (…). No hablo solo de los casos (más bien infrecuentes) en los que alguien era perseguido hasta la muerte, como Jan Procházka. (…) también morían los que no eran directamente perseguidos por nadie. La desesperanza que se había apoderado del país penetraba por las almas hasta los cuerpos y los destrozaba (pp.234-235).

3. Para más información sobre cifras y porcentajes consultar la obra de Peter Hames (2005), p.3.



Oratorio for Prague (Jan Nemec, 1968)


Las nuevas medidas opresivas, las cuales tuvieron especial hincapié en los ámbitos artísticos, supusieron el final de la Nueva y fructífera Ola de cine checo.

Habría que esperar hasta 1989, coincidiendo con el desmoronamiento del régimen comunista ruso, para que Checoslovaquia pudiese librarse definitivamente de la presencia soviética. Finalmente, su liberación supuso la independencia de Eslovaquia y se configuró la actual división entre este país y la República Checa.

[...] 



25.2.20

III. "EL NUEVO CINE CHECO. REVOLUCIÓN CINEMATOGRÁFICA EN LOS '60", Cristina Gómez Lucas, Shangrila 2020





Contexto histórico-político de Checoslovaquia



Alexander Dubček


Checoslovaquia nació en 1918 como consecuencia de los cambios que sufrió el mapa europeo al término de la I Guerra Mundial. Se constituyó mediante la fusión de los antiguos territorios checos, el antiguo núcleo industrial del imperio de los Habsburgo y zonas rurales de Rutenia y Eslovaquia que pertenecieron en el pasado a Hungría. Hobsbawm (1995) apunta la incoherencia del proyecto de reestructuración europea en relación a este país: 

No había precedente histórico ni lógica posible en la constitución de Yugoslavia y Checoslovaquia, que eran construcciones de una ideología nacionalista que creía en la fuerza de la etnia común y en la inconveniencia de constituir estados nacionales excesivamente reducidos (p.41).

A pesar de ello, Checoslovaquia demostró solidez como país hasta la invasión nazi en 1938. Hobsbawm define Checoslovaquia durante el periodo de entre guerras como “la única democracia auténtica de la Europa Centrooriental” (p.146). Checoslovaquia había demostrado una fuerte tradición comunista ya mucho antes de la II Guerra Mundial. El Partido Comunista nació en 1921 y su popularidad fue creciendo a un ritmo acelerado. En 1925 ya se había convertido en el segundo partido más importante del país. Klement Gottwald asumió el liderazgo en 1931 y el número de afiliados continuó creciendo. 

La frágil paz de Versalles comenzó a quebrarse con las invasiones en la década de los treinta. Rompiendo los Acuerdos de Munich, las tropas alemanas dividieron Checoslovaquia en 1938 para terminar con la ocupación del país en marzo del año siguiente. Tras la II Guerra Mundial, se acuerda en las Conferencias de Yalta que el país pase a pertenecer a la órbita de la URSS, cuya presencia física terminó a finales del verano de 1945 con la marcha del Ejército Rojo. Recordemos que la población checoslovaca, a diferencia de los rusos y otras nacionalidades vecinas, concebía la democracia como derecho, es decir, no era una novedad sino algo que se daba por sentado gracias a la estabilidad lograda en el periodo de entreguerras. En unas elecciones libres celebradas en 1946, el Partido Comunista se convirtió en el más fuerte y formó un gobierno de coalición respaldando ideales democráticos y nacionalistas. Así transcurrió hasta 1948, cuando el Partido Comunista dio un golpe de Estado imponiendo un modelo centralizado y eliminando al resto de las fuerzas políticas.

Peter Hames (2005) señala una serie de factores a tener en cuenta para comprender la represión estalinista que sufrió el país posteriormente. Dichos factores son tomados de Jiří Pelikán, miembro del Comité del Partido y director del servicio de televisión pública, quién apuntó el hecho de que Checoslovaquia se distinguía del resto de países del Este liberados por la Unión Soviética principalmente en dos rasgos:

La existencia (ya antes mencionada) de un Partido Comunista legal mucho antes de la contienda.

La presencia de una clase obrera con una tradición revolucionaria y democrática. Además no había ya presencia militar soviética.

Como explica Hames, fueron sus enormes posibilidades para un desarrollo independiente lo que intensificó la represión soviética en el país. Numerosos políticos fueron condenados y ejecutados. Se inició también una brutal depuración de los no comunistas; miles de funcionarios fueron destituidos y millares de estudiantes fueron expulsados de las universidades. Durante los años en los que gobernó Gottwald, en plena etapa estalinista, se sucedieron numerosos procesos judiciales contra los `enemigos´ del sistema comunista. Estas causas provocaron el debilitamiento de la imagen del gobierno y dieron pie a un nuevo cambio en la cabeza del Partido. En el año 1951 Antonín Novotný, quien contaba con el apoyo incondicional de Stalin, fue nombrado Secretario General del Comité Central del Partido Comunista y, seis años más tarde, subió a la presidencia de la República Checoslovaca. 

En 1953 muere Stalin y tras el discurso de Nikita Kruschev en el XX Congreso del Partido Soviético en 1956, comienzan las reformas. Sin embargo, tal y como señala Peter Hames, estas no fueron acogidas en Checoslovaquia con tanto entusiasmo como en los países vecinos ya que los intentos anteriores de reformas habían sido completamente aplastados. La política se suavizó y, poco a poco, los presos políticos fueron liberados. Antonín Novotný se encargó de reprimir muchos de los intentos reformistas en el ámbito de la cultura. La censura alcanzó, por supuesto, al mundo del cine y parte significativa de la obra de autores pertenecientes a la Primera Ola (antecedente fundamental de la Nová Vlna) fue prohibida y destruida. En el siguiente apartado veremos con detalle como todo este contexto histórico-político afectó al mundo artístico, en particular a la cinematografía checa, y sobre todo como se fue propiciando el germen que asentaría las bases necesarias para el nacimiento de este movimiento. Tengamos siempre muy presente que su naturaleza queda circunscrita de forma indisoluble a su propio contexto histórico. Continuemos con ese análisis histórico que permitirá posteriormente profundizar en el entendimiento de la Nová Vlna.

En 1960 se promulgó una nueva constitución que convirtió a Checoslovaquia en república socialista. Parecía que ya no había tanta necesidad de estricta vigilancia y, poco a poco, las medidas se relajaron. Comenzaron a criticarse muchas de las pautas del realismo socialista por parte sobre todo de los intelectuales y estudiantes. Con pequeños avances y algunos retrocesos, la culminación de las reformas alcanza su máximo esplendor en la llamada Primavera de Praga, con Alexander Dubček al frente del Partido. El eslovaco fue elegido Presidente de la República y se esforzó por lograr una democracia plena, liberal y humana, lo que se ha traducido por un socialismo de `rostro humano´. Esto desembocó en el periodo más liberal de la historia de país. 

Veamos con más detenimiento estos años comprendidos en la década de los sesenta ya que el Nuevo Cine checo se enmarca precisamente en este periodo. Entre 1962 y 1963 las medidas restrictivas cedieron y la censura disminuyó temporalmente. Esta nueva situación propició un cierto renacimiento de la vida intelectual. Comenzaron a oírse voces muy significativas de los diferentes ámbitos de la creación artística, por ejemplo, Milan Kundera y Josef Škvorecký en literatura o Miloš Forman, Věra Chytilová y Jiří Menzel en el cine. 

Las sucesivas contraofensivas de la dirección ideológica del Partido (entre 1964 y 1967) fracasaron en su intento de detener y encarcelar a los intelectuales. El Presidente, Novotný, se vio frenado por la oposición de los reformadores que luchaban por eliminar las restricciones de libertad severamente impuestas en el pasado. Un año antes de la invasión de las tropas, el creciente desgaste de las directrices de Novotný era ya un hecho más que evidente. En diciembre del mismo año, en el pleno del Comité Central, la conjunción de oponentes sustituyó a Novotný, quien se había quedado solo. Este soñaba con un golpe de Estado por parte del ejército pero fue incapaz de hallar la ayuda necesaria. Por el contrario, el 5 de enero de 1968, fue sustituido en su cargo de Primer Secretario por el eslovaco Alexander Dubček, aunque siguió siendo el Presidente de la república. Se inicia entonces un periodo de amplias reformas que generaron una atmósfera de libertad hasta entonces olvidada, lo que se conoce como la Primavera de Praga.


La Primavera de Praga 

La Primavera de Praga fue la culminación del espíritu libertador por fin materializado tras la dura opresión estalinista que venía sufriendo el país en los años posteriores a la Guerra. 



Oratorio for Prague (Jan Nemec, 1968)


Si bien las reformas que afectaron al mundo artístico, en especial al cine, y también a la literatura ya que esta supone una fuente fundamental para el mismo, serán estudiadas en el apartado correspondiente a la tradición cinematográfica checa, conviene matizar el desarrollo de las circunstancias primordialmente políticas que durante esta etapa tuvieron lugar. Las palabras de Carlos Fuentes (2005) son una perfecta introducción:

La Primavera de Praga no combatía al sistema comunista. Lo humanizaba, lo democratizaba y lo socializaba. Todo ello, capítulo por capítulo y en su conjunto, era anatema para los gobernantes del Kremlin, empeñados, simultáneamente, en mantener los dogmas del totalitarismo estalinista y la unidad, bajo la dirección de Moscú, de los países satélites del Pacto de Varsovia (p.14).

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