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10.6.17

ÁLBUM - LADY SHANGRILA







Hoy, Lady Shangrila, después de desayunar huevos fritos con panceta, acompañados de un chorizito al infierno y un capellanet torrat con tres hojas de lechuga y, para asentar la cosa, una manzanilla con anís tocada de ginebra, conocida es la cualidad espirituosa y digestiva del enebro, y mientras sonaba en el gramófono “Se pietà de mi non senti”, de G. F. Häendel, ha comenzado a ordenar datos y les ha puesto un provisional y sugestivo título: “El maravilloso y multicolor mundo de las reseñas de libros (de cine) o entre pillos, jetas, maleducados y otros granujillas de medio pelo anda tan desmadejado juego”. La acumulación de datos le ha llevado a clasificarlos provisionalmente de la siguiente manera:


a) desconocidos que piden un ejemplar de un libro para hacer una reseña en una determinada publicación que luego no se publica y al pedir una explicación el desconocido ha “desaparecido”.


b) desconocidos que piden un ejemplar por diversos motivos a cual más estrafalario, por ejemplo: para ver si lo incluye en la bibliografía de un artículo que esta escribiendo para una agencia de noticias (¡!). La lista de motivos es para encuadrar.


c) conocido colaborador de periódico de gran tirada que pide un ejemplar para publicar una reseña en el suplemento cultural del mismo diario. Pasados meses no se ha publicado, se le pregunta y se desentiende respondiendo que eso ya depende del departamento correspondiente del suplemento y que él anda ahora muy liado. Para pedir el libro y suponemos que leerlo sí que parece que tuvo tiempo.


d) conocida revista en papel pide ejemplares de libros, se envían y luego nadie sabe dónde están ni si han llegado a la redacción: han “desaparecido”. La misma revista pide un ejemplar de un título y después de también “desaparecer” se le vuelve a envíar otro ejemplar, esta vez se está sobre ello, confirman que lo han recibido y después de varios meses siguen sin publicar la reseña, se les pregunta, dicen que tienen reseñas anteriores y que la nuestra está pendiente, pasan más meses, un año, y a día de hoy sigue sin publicarse. Misma revista en papel pide un ejemplar de un título, se le envía, publican una reseña de un libro distinto del mismo autor, también de Shangrila, pero editado dos años antes, título que la misma revista ya publicó una reseña en su momento. Se le pregunta por tal extraña cosa y les decimos que entendemos que es un error. Después de casi un año todavía estamos esperando que digan algo. La reseña del libro solicitado, por supuesto, sigue sin publicarse. Tambien hay que decir que de otros títulos se han publicado reseñas en esta revista. Pero una cosa no tapa la otra.


e) el director de conocida revista online pide ejemplares de dos libros para publicar sendas reseñas, se envían, se le pide confirmación de la recepción y lo hace. Después de casi siete meses siguen sin publicarse las reseñas. Llevamos tres correos preguntándo si se van a publicar. No se ha dignado contestar a ninguno. Por cierto, en esa revista no encontramos desde hace tiempo sección de reseñas de libros ni huella de publicación de estas, por lo menos de un largo periodo a esta parte. (¿?)


f) revistas académicas que se les envía un ejemplar porque se supone que van a hacer una reseña y con suerte pasados dos años la publican. Eso sí, suele quedar patente con el texto que por lo menos este tipo de publicaciones se leen el libro.


g) conocida y veterana revista en papel pide ejemplares, se envían y luego publican una microportada del libro con dos frases extraídas del texto de la propia contraportada. Vuelven a pedir ejemplares de otros libro, se le dice que lo que hacen no es reseñar un libro. Responden de forma soberbia que ya tenemos suficiente con que una revista como la suya recoja algún libro nuestro. Vamos, que nos hacen un favor. Literalmente mandamos a la mierda a la revista y a la persona que ha respondido.


Hacemos constar que por lo menos, gusten más o menos las reseñas que hacen, hay una revista en papel también veterana que recoge todos los libros que publicamos y otras revistas que los libros que piden publican la correspondiente reseña.


El patío está así. Un patío donde las reseñas de libros suele ser el “patito feo”, bien porque no se cuida y se trabaja con mediana seriedad la sección, bien porque esta no existe, bien porque el morro y la falta de consideración campa a sus anchas, como se ha podido comprobar. ¿Cuántas revistas online de cine, tan atribuladas en recoger la actualidad, tienen una sección de libros?

Hay alguna variante más, pero ya es suficiente para hacerse una idea de cómo funciona una parte de este mundillo. Lo que no sabemos es si el siguiente paso de Lady Shangrila será publicar el dossier con pelos, mails, nombres y señales. Al preguntarle, ladina ella, sonríe.





31.10.16

ÁLBUM - LADY SHANGRILA






Mientras Lady Shangrila desayunaba esta mañana y sonaba en el gramófono la voz de Ingrid Caven cantando Tipidipso, dejó escrito en uno de sus cuadernos lo siguiente:

La actividad de Shangrila, fruto de una estrategía de edición que bien podría llamarse, como si de una intervención policial se tratara, “Operación Balancín”, no es que digamos sea muy fácil. Mantener el equilibrio subidos a dicho artilugio e intentar que no se incline en demasía hacía uno de sus lados es harto complicado. En ese constante y equilibrado balanceo nos arriesgamos y publicamos libros que hoy en día nadie o casi nadie publica, menos aún considerados, como así lo hace Shangrila, a modo de beckettiano “centro del torbellino”.

Los dos últimos títulos que hemos presentado, A Werner Schroeter, que no le temía a la muerte, de Philippe Azoury, y Magdalena Montezuma. Musa, máscara y muñeca, de Mariel Manrique, son un buen ejemplo de ese “centro” antes mencionado y de uno de los “corazones” de la línea de edición de Shangrila. ¿Hay muchos que saben quien es Schroeter y Montezuma y han visto o recuerdan sus películas? ¿Es Schroeter un icono del cine de autor y suscita interés hoy en día? ¿La escrituras que atesoran los textos son las que predominan o tienen una mayor acogida a la hora de abordar a un cineasta y una actriz?

A pesar de los “obstáculos”, no podemos más que dar las gracias por la positiva respuesta que están teniendo (de momento en la venta online, la de librerías hay que esperar), dentro de su dificultad y de su minoritario ámbito, y el interés que nos consta han suscitado. De alguna forma esa respuesta e interés nos reafirma en lo que hacemos y cómo lo hacemos, al margen de significativos silencios, omisiones, requiebros y otras fruslerías en torno a nuestra labor en general que originan que seamos más o menos visibles de cara a determinadas galerías que a la postre y en la práctica queda claro que no son fundamentales. En definitiva, que las publicaciones en su globalidad lleguen a sus lectores, tengan la acogida necesaria y sigamos con ello abonando un espacio que se daba casi por muerto es nuestro principal objetivo y por lo que estamos constantemente haciendo equilibrio subidos a un particular “balancín”. Todo ello nos motiva a seguir construyendo Shangrila con el tacto del papel, alejados del ruido y desde un radical fuera de cuadro.

Besos.


El balancín, Francisco de Goya, 1791-1792



9.10.16

ÁLBUM - LADY SHANGRILA







Cada vez que Lady Shangrila da un paseo por facebook tiene la impresión, seguramente errónea, según ella misma dice, de que entre festivales, críticas, noticias, estrenos, entrevistas, actos, intervenciones, seminarios, talleres, elaboración de listas de todo tipo y condición, de exaltaciones o descalificaciones rotundas en dos frases más o menos ingeniosas… que se genera y surge de todos lados, no debe quedar casi tiempo para abrir un huequecito y reflexionar y pensar con pausa, por ejemplo, el cine, más allá de lo actual a dos o tres pasos o de lo que se lee, se ve y escucha a un solo “click”. No es que ella esté en contra de tal abundancia de actividad, ni mucho menos, siempre será mejor para todos, por supuesto, apostilla, sino que le cuesta asimilar ese rápido y glotón trasiego y la continua sobreexposición que conlleva tal hacinamiento y la ansiedad que debe llevar aparejada tanta inmediatez, lo cual le origina a continuación un considerable desasosiego, como si estuviera subida, se imagina, a un carrusel sin fin que es imposible detener, bajarse de él y, eso, pensar con otra perspectiva, más allá de la urgencia y la prisa. A no ser que en definitiva se trate de eso y todo sea un fin en sí mismo y lo que ella entiende por serena reflexión como espacio vital, poco a poco, queda cada vez más desterrada. Aunque quizá es muy probable, confiesa luego, que en realidad lo que se pone en evidencia es su propia incapacidad de asimilación y sus limitaciones y que, en definitiva, se encuentra superada por el aire de los tiempos y, por lo tanto, se ha quedado estancada sin posibilidad ya de maniobrar o que solo, se consuela al final, sea la distorsionada imagen que ella esboza mentalmente tras dar un garbeo por la mencionada red social y que la cosa a lo mejor no es para tanto. En las mañanas lluviosas de domingo suelen pasar estas cosas, suspira.

Y es que Lady Shangrila no puede dejar de intentar aprehender, amar y vivir aquello que le apasiona, el cine, la literatura, la música o la entretenida actividad de hacer pajaritos de papel, como casi siempre lo ha hecho, ni mejor ni peor, sino desde otro lugar o desde un no-lugar que con lentitud, mimo y cierta disciplina cultiva, como aquel donde dice se situaba su querido Emmanuel Bove con la escritura, al margen y fuera de cuadro de algunas o de tantas cosas.

Distinta cadencia, otro estar.
Solo eso, dice.





24.4.16

ÁLBUM - LADY SHANGRILA







A ellos, porque siempre que tienen
ocasión (no son pocas) nos lo “recuerdan”.


Pretender sacar adelante una iniciativa como la nuestra o parecida dirigiéndose exclusivamente a un único perfil de lector te condena a una actividad de corta duración o solo ser una experiencia endogámica de un limitado recorrido de ida y vuelta.

Si dependiera la existencia de Shangrila de la cinefilia en sus diversas y variadas versiones, hace tiempo que habríamos colgado los aperos y estaríamos dedicandonos a otros menesteres. Antes todavía si solo nos hubiéramos dirigido a un perfil concreto de cinéfilo. Más aún en unos tiempos en los que no tenemos nada claro si la aguerrida cinefilia actual, más allá de la inmediatez que proporciona los actuales medios digitales, realmente se interesa por leer libros en papel como los que publicamos o en general sobre aquello que le apasiona.

En cambio, sí tenemos meridiamente claro que para mantener lo que hacemos hay que abrir el plano y no caminar con unas selectivas anteojeras puestas. A no ser, claro, que limitemos la actividad a una publicación online o nos sufrague los gastos o una buena parte de ellos la administración pública que, vaya por delante, nada tenemos en contra de ninguna de las dos cosas, pero, como tampoco ninguna de ellas las pretendemos ni nos seducen, hay que diseñar una estrategia a largo plazo que cubra un mayor espectro de lectores. 

A estas alturas de nuestra personal película creemos saber lo que queremos hacer y cómo hacerlo para tener continuidad y solidez, no ser flores de varios días y no convertirnos únicamente en una iniciativa exquisita y voluntariosa para los más allegados.

Nos gustan los retos y el riesgo. Asumimos la soledad de los corredores de fondo.

Desde un irrenunciable fuera de cuadro, besos.





20.4.14

ÁLBUM - LADY SHANGRILA







No es la primera vez, ni la segunda ni la tercera, tampoco será la última, que nos llegan a través de terceras personas unas preguntas que se formulan por ahí y que aluden a Shangrila Textos Aparte: "¿Y esos quiénes son? ¿De dónde han salido? ¿Quién está detrás?". Nos hacen gracia las tres para qué nos vamos a engañar, pero la que más, todo sea dicho, es la última.

La respuesta por nuestra parte no puede ser más clara, aunque da la impresión que para algunos es lo que menos importancia tiene:
somos nuestras publicaciones.

Desde el lugar del cual venimos y estamos, un particular y cada vez más
fuera de cuadro Arrecife de Donovan, besos.


Continuará...