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24.10.19

XVI. NOVEDAD: "MUÑECAS. EL TIEMPO DE LA BELLEZA Y EL TERROR", Mariel Manrique (coord.), Shangrila 2019





El síndrome del túnel carpiano
Muñecas: sentidos, historias, formas

Erika M. Jaramillo


Conjunto de matrioskas



[...] en 1885, Savva Mamontov, empresario ferroviario y filántropo, fundó la Ópera Privada de Moscú. Se dice que en diciembre del año siguiente, Savva Mamontov asistió a una exposición de objetos japoneses que se realizó en San Petersburgo; y que entre los objetos expuestos observó una figura que correspondía a la representación iconográfica de uno de los Shichifukujin, la cual contenía en su interior otra figura. Estos objetos despertaron su interés. Las dos figuras representaban a Fukurokuju (chino: 福祿壽), el dios de la felicidad, la riqueza y la longevidad que suele ir acompañado por una grulla y una tortuga. La figura de mayor tamaño lo representaba en parte como suele ser descrito, con cabeza y bigotes alargados, calvo, sosteniendo un bastón y un rollo; y la de menor tamaño lo hacía de igual manera, pero más joven, con cabello y barba. Se dice también que estas figuras provenían de la isla de Honshu, principal archipiélago japonés, y que las primeras figuras de este tipo realizadas allí fueron obra de un monje peregrino ruso. (20) En 1870, Savva Mamontov había fundado una colonia de artistas que tenía entre sus miembros a la mayoría de los mejores artistas rusos de principios del siglo XX, uno de cuyos objetivos era recuperar la calidad y el espíritu del arte medieval ruso e impulsar los temas de la tradición rusa. Cuentan que el interés que generaron en Savva Mamontov las figuras antes descritas le impulsaron a encargar al pintor y diseñador de juguetes Sergei Maliutin y al tallador Vasiliy Zcezdochkin la realización de un objeto similar, con la salvedad de que adaptaran o modificaran las formas y colores para que se ajustaran a las formas femeninas y a los elementos tradicionales y culturales rusos. El resultado fue un conjunto de ocho figuras, realizadas en 1890. La de mayor tamaño era la representación de una campesina vestida con una camisa bordada, un vestido de verano, un delantal y una bufanda con motivos florales, que sostenía un gallo negro entre las manos. Las figuras alternaban consecutivamente entre niño y niña hasta llegar a la de menor tamaño, que representaba a un bebé. El nombre para este conjunto de figuras fue elegido a partir del nombre Матрёна (nombre femenino ruso, de origen latino), que significa “dama honorable”, “madre”, “madre de la familia” o “señora”. Era uno de los nombres femeninos más populares en ese momento (sus significados tenían relación con la idea de familia o descendencia) y tiene entre sus formas diminutivas “Матрёха” (“Matrekha”). Ese conjunto de figuras se consideran las primeras matrioskas (21) de la historia: las muñecas rusas de anidación, esos conjuntos de muñecas de madera de tamaños decrecientes, que se colocan unas dentro de otras y que desde entonces se han hecho muy populares en todo el mundo.

20. Según algunas versiones, fue M. A. Mamontova, esposa de Savva Mamontov, quien trajo las figuras (juguete Daruma japonés) de la isla de Honshu.

21. En ruso, Маtрёшка (también llamada en español muñeca rusa, mamushka o babushka).

(Así como los objetos de anidación son conjuntos de cosas que se hallan unas dentro de las otras, este texto es un conjunto de historias que se hallan unas dentro de las otras. Su escritura podría describirse como un jugar literariamente con las matrioskas y buscar lo que hay en su historia, en el conjunto de sus ascendientes. Una suma de alusiones, analepsis o écfrasis…) [...] 











   



27.4.18

XIII. "MELANCOLÍA" - DESEO DE VERDAD Y EXPERIENCIA MÍSTICA. UN ENSAYO CORAL A TRES VOCES CON ALEJANDRA PIZARNIK Y SIMONE WEIL




Jardín del Paraíso, 1300 / Alejandra Pizarnik / Simone Weil



Este texto es per se varios textos y está constituido por varias voces. La de Alejandra Pizarnik, la de Simone Weil y la mía. Es la invención de un diálogo que enuncia el anhelo vehemente de lo veraz, en tanto en cuanto real, y el antagonismo inherente a dicho anhelo cuando en el movimiento afectivo hacia lo deseado sobreviene una experimentación espiritual. En tal caso hay una oposición pero no una negación, dado que la inclinación de la voluntad hacia el disfrute de lo deseado y la experiencia inmaterial originada se conjugan y permiten discernir los hechos posibles y lo místico como dos categorías de realidad. Al considerar los hechos posibles como el conjunto de las cosas existentes y aquellas inexistentes, pero posibles; y lo místico, como una manera no cognoscitiva de relacionarse con lo existente, un sentir lo inexpresable. Este texto intenta exponer cómo sabremos entonces que ni lo anhelado ni la experimentación espiritual son una fantasía o una ilusión, sino realidades verdaderas. Puesto que lo anhelado se presenta en la conciencia mediante la experiencia de una percepción, así sea como posibilidad; y la experimentación espiritual, mediante un sentimiento que es el efecto de la impresión de un todo, un todo que se nos manifiesta aunque no pueda expresarse en palabras [...]


Deseo de verdad y experiencia mística.
Un ensayo coral a tres voces
con Alejandra Pizarnik y Simone Weil
Erika Mabel Jaramillo


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2.4.16

XXI. LÁGRIMAS 1 - PASEO POR EL AMOR, EL DOLOR Y LA MUERTE, Revista Shangrila nº 26, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2016





El descendimiento de la cruz, Roger Van der Weyden, 1436 (detalle)
Descente de Croix, Pieter van Mol, siglo XVII (detalle)
The Entobment of Christ, Caravaggio, 1602-1603 (detalle)
Portrait of a Young Girl Hiding Her Eyes, Pietro Antonio Rotari, siglo XVIII (detalle)

Fall I (1970), Fall II (1970), I'm so sad to tell you (1971)
y Broken fall (organic) - 1971, Bas Jan Ader


llorar. (Del lat. plorāre). 1. intr. Derramar lágrimas.
lágrima. (Del lat. lacrĭma). 1. f. Cada una de las gotas que segrega la glándula lagrimal.
[Real Academia Española, Diccionario de la lengua española] 

Las lágrimas como revelación de algo que sucede dentro proceden del gesto que las exterioriza y dicho gesto pertenece al conjunto de las cosas indecibles, esa gramática más antigua que la de las palabras, ese lenguaje corporal que antecede cualquier otro, en donde alma y cuerpo conviven, pues no es posible ningún gesto sin este binomio.

Tal como cita Victor Stoichita en su libro El ojo místico, San Agustín hablaba de esa correspondencia entre el interior y el exterior, entre el alma y el cuerpo, y, en el caso del ejercicio de la devoción, decía: 
    
Yo no sé cómo, mientras que estos movimientos del cuerpo no se pueden hacer más si los precede un movimiento del alma, inversamente, el movimiento interior e invisible que los produce se ve aumentado por los movimientos que se hacen visiblemente en el exterior. Así, las afecciones del corazón, que las han precedido para poderlos producir, se acrecientan por el hecho de que son realizadas.
[Víctor, Stoichita, “El cuerpo vidente”, El ojo místico. Pintura y visión religiosa en el siglo de Oro español]

Y así como la de San Agustín, desde hace siglos, son muchas las manifestaciones que de formas diversas han afirmado su creencia en esta relación, entre lo inmaterial del alma y su continente físico, ese cuerpo material. Stoichita cita en el mismo libro al Fraile Martín de la Vera, quien decía: 

No formó Dios este cuerpo para encarcelar el alma en él, como mal algunos dijeron, sino antes para perfeccionarla para que pudiese ejercer muchas acciones que sin el cuerpo no puede.
[Jacques Le Goff y Nicolas Truong, Una historia del cuerpo en la Edad Media]

De tal manera, esta creencia ha generado innumerables historias, leyendas y mitos, como también innumerables tratados destinados a disciplinar el cuerpo, sus movimientos y sus gestos, como una forma integral de controlar el ser (...)

Bas Jan Ader, artista holandés nacido en 1942, personifica en muchas de sus obras al Homo Dolens (hombre doliente), estando presente en ellas el pathos, como suceso que afecta, cambio o sufrimiento. Bas Jan Ader utilizó el juego que los verbos fall (caer) y fail (fallar, fracasar) tienen entre sí para, a partir de este, realizar una serie de acciones en las que, como una constante, aparece la gravedad, en tanto importancia, otorgando a cada obra una atmósfera de intenso dramatismo, y en tanto fuerza de atracción entre los cuerpos que tienen masa, haciendo de la gravitación uno de sus elementos (...)

Bálsamo
Erika Mabel Jaramillo en Lágrimas 1