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27.10.16

"A WERNER SCHROETER, QUE NO LE TEMÍA A LA MUERTE", DE PHILIPPE AZOURY, TRAYECTOS [MINOR] LIBROS, SHANGRILA, 2016




El reino de Nápoles, Werner Schroeter, 1978


En 1978, la narración es la verdadera provocación. No para cuestionar lo que se estableció durante diez años sino, por el contrario, para pensar un nuevo cuerpo social, histórico, deseante, y confrontar con una historia lo que Fassbinder llama el “gran proyecto cinematográfico del mundo de Schroeter”. Para mezclar todas las posibilidades de la representación: Reino de Nápoles es para algunos la gran película de Schroeter, la que las cruza todas, aquella en la que los planos son impulsados por una extraordinaria voluntad de comunicación.

Philippe Garrel, enero de 1983: “Reino de Nápoles es una obra maestra. Antes de cada película, uno se dice que no debe olvidar, sobre todo, lo esencial: como se hace cine para vivir, no nos olvidemos del público popular, para que comprenda lo que uno quiere decir. Cuando somos jóvenes, fracasamos. Y luego, un día, conseguimos hacerlo”.

¿Por qué Reino de Nápoles, a la manera de El hijo secreto para Garrel, constituiría el punto culminante de una filmografía? Por su claridad. Unifica esa filmografía, en lugar de jugar el rol de una ruptura epistemológica. ¿Cómo puede esta película amplia, épica (Nápoles, de 1942 a 1973), constituir la prolongación de los primeros planos de La muerte de María Malibrán? Porque lo que tiene para decir es la consumación de diez años de reflexión sobre la libertad humana y el desencanto de la voz.

Philippe Azoury




A Werner Schroeter, que no le temía a la muerte




24.10.16

"A WERNER SCHROETER, QUE NO LE TEMÍA A LA MUERTE", DE PHILIPPE AZOURY, TRAYECTOS [MINOR] LIBROS, SHANGRILA, 2016




Werner Schroeter y La muerte de María Malibrán, 1972


[Las] películas [de Schroeter] son afónicas. Ni mudas ni sonoras: afónicas. La angustia ha quebrado el cuerpo, lo ha dejado sin aliento –quizá todo se dijo por última vez en el último sollozo de Anna Magnani en La voz humana, el filme de Rossellini adaptado de Cocteau. El dolor acaba de escindir en dos la unidad que constituían hasta entonces la máscara y la palabra, y Schroeter se aprovecha de esta fisura para reemplazar la voz original por otra: un milagro, una vibración física devenida encantamiento, o mejor todavía, un excantamiento más allá de los límites de la inflexión humana, un canto de ópera.

Philippe Azoury




A Werner Schroeter, que no le temía a la muerte




19.10.16

"A WERNER SCHROETER, QUE NO LE TEMÍA A LA MUERTE", DE PHILIPPE AZOURY, TRAYECTOS [MINOR] LIBROS, SHANGRILA, 2016




Retrato de María Callas (1968), La muerte de María Malibrán (1971), Werner Schroeter



Werner Schroeter no le temía a la muerte. Lo afirmó por primera vez ante Michel Foucault, en diciembre de 1981 [...] ¿De qué se muere uno, en Schroeter? De no haber sido escuchado. En su necrológica de la Callas publicada en el semanario Stern en 1977, Schroeter escribía que el “paro cardíaco de la prima donna” era “la suerte de aquellos que están destinados a sucumbir en una sociedad poco creíble, porque regalan generosamente sus propias fuerzas y su persona sin obtener jamás nada tan bello a cambio”. (Pensaba también en Janis Joplin y Jimi Hendrix, cuyas desapariciones habían inspirado La muerte de María Malibrán, en 1971). Ante la sórdida tristeza de un mundo sordo, sus películas son huellas, entre otras, de esa generosidad ilimitada. Podemos entonces arriesgarnos a filmar hasta la extenuación [...]
Philippe Azoury



A Werner Schroeter, que no le temía a la muerte