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1.4.19

RESEÑA DE "GAMIANI O DOS NOCHES DE PASIÓN"




Reseña de Gamiani o dos noches de pasión,
de Alfred de Musset (Shangrila, 2018)
en el suplemento cultural Posdata del diario Levante.
Por Rafael Ballester Añón






8.1.19

III. "GAMIANI O DOS NOCHES DE PASIÓN", Alfred de Musset, Shangrila 2018



Egon Schiele


[...] Yo pensaba que Fanny, joven todavía y con un corazón inocente, solo conservaría de Gamiani un recuerdo de horror y repugnancia. La agobiaba de amor y de ternura, le prodigaba las caricias más enloquecedoras y dulces; a veces la dañaba en el placer, con la esperanza de que ya no concebiría otra pasión que la que inspira la naturaleza, y que confunde a los dos sexos en el goce de los sentidos y del alma. ¡Ay!, me equivocaba. Su imaginación estaba afectada y superaba todos nuestros placeres. Nada igualaba, a los ojos de Fanny, los arrebatos de su amiga. Nuestros más fuertes embates le parecían frías caricias comparados con los furores que había conocido en aquella noche aciaga. 
Me había jurado no ver más a Gamiani, pero su juramento no extinguía el deseo que secretamente alimentaba. Fanny luchaba en vano. Ese combate interior solo servía para excitarla aún más. Pronto comprendí que no resistiría. Yo ya no confiaba en ella. Acabé por esconderme para espiarla. 
Valiéndome de una abertura hábilmente practicada, podía contemplarla cada noche cuando se iba a dormir. ¡Pobre desdichada! La vi a menudo llorar en su diván, retorcerse, rodar desesperada y, de golpe, desgarrar y arrancar sus ropas y observarse desnuda ante un espejo, con la mirada perdida, como una loca. Se tocaba, se golpeaba, se excitaba con un frenesí insensato y brutal. Yo ya no podía curarla pero quise ver hasta dónde podía llegar ese delirio de los sentidos. 
Una noche, cuando yo estaba en mi puesto de observación y Fanny iba a acostarse, la oí decir: 
– ¿Quién está allí? ¿Eres tú, Angélica?... ¡Gamiani !... ¡Oh! Señora, yo estaba lejos… 


GAMIANI
No lo dudo. Huyes de mí, me rechazas. He tenido que recurrir a la astucia. He engañado y alejado a tus criados. ¡Y aquí estoy!

FANNY
No logro entenderla y menos todavía calificar su obstinación. Pero si mantuve en secreto lo que sabía de usted, mi rechazo formal a recibirla debió bastar para que comprendiera cuán inoportuna me resulta su presencia… cuán odiosa… La rechazo, la aborrezco… ¡Déjeme, por piedad! Aléjese, evite un escándalo… 


GAMIANI
Ya tomé mis medidas y mi resolución. No las cambiarás, Fanny. ¡Oh, mi paciencia alcanzó su límite! [...] 
  



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14.12.18

II. "GAMIANI O DOS NOCHES DE PASIÓN", Alfred de Musset, Shangrila 2018




Egon Schiele


[...] El fuego se extinguió; le siguió un día azulado, aterciopelado. Me parecía nadar en una luz límpida y dulce, suave como un pálido reflejo de la luna en una bella noche de verano. Y he aquí que, desde el punto más lejano, acudieron a mí, vaporosas, aéreas como un enjambre de mariposas doradas, miríadas infinitas de muchachas desnudas, deslumbrantes de frescura, transparentes como estatuas de alabastro. 
Me lancé al encuentro de las sílfides pero ellas se escaparon, festivas, entre risas. Sus grupos deliciosos se fundían un momento en el azur y luego reaparecían más vívidos, más gozosos, adorables ramilletes de encantadoras figuras que reservaban para mí una sonrisa sutil y una mirada maliciosa.
Poco a poco, las muchachas se eclipsaron. Entonces vinieron hacia mí mujeres en la edad del amor y las pasiones tiernas. 
Unas, vivas, animadas, con mirada de fuego y pechos palpitantes; otras, pálidas e inclinadas vírgenes de Osián. Sus cuerpos frágiles, voluptuosos, se adivinaban bajo la gasa. Parecían morir de languidez, morir de tanto esperar; me abrían sus brazos y se me escapaban todo el tiempo. 
Me agitaba lúbricamente en mi lecho. Me alzaba sobre mis piernas y mis manos, y sacudía frenéticamente mi glorioso príapo. Hablaba de amor, de placer, en los términos más indecentes; mis recuerdos clásicos se mezclaron un instante con mis sueños y vi a Júpiter en llamas y a Juno manipular su rayo; vi todo el Olimpo en celo, en un desorden, una confusión, extraños. Luego asistí a una orgía, una bacanal de infierno: en una caverna sombría y profunda, iluminada por antorchas pestilentes de resplandores rojizos, tonos azules y verdes se reflejaban horrendamente sobre los cuerpos de cien diablos con figura de macho cabrío y gestos grotescamente lúbricos [...]


GAMIANI
Fantasea de maravillas, Alcides; vuestro sueño no desentonaría en un libro... 

ALCIDES
¿Qué quiere usted? Hay que pasar la noche... 
Escuche: lo que sigue es real [...]