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20.5.22

RESEÑA DE "LA REVOLUCIÓN ES EL FRENO DE EMERGENCIA. ENSAYOS SOBRE WALTER BENJAMIN", de Michael Löwy, Valencia: Shangrila 2022

 



Reseña de La revolución es el freno de emergencia, de Michael Löwy,
en Kaos en la red. Por Iñaki Urdanibia.


Iluminaciones benjaminianas


Imagen de portada del libro que comento:

«En el año 1009 A.D., el sol se oscureció y se vio a la luna roja como la sangre y un gran terremoto sacudió la tierra y cayó del cielo con un gran estruendo una enorme antorcha ardiente, como una columna o una torre. A esto le siguió la muerte y la hambruna de mucha gente… Fueron más los que murieron que los que lograron sobrevivir».

                          Augsburg Wunderzeinchenbuch

               (Libro de los milagros, Augsburg, Alemania, S. XVI).

 

Era propio del quehacer de Walter Benjamin su fragmentariedad que se extendía a pluralidad de temas como destellos que en su brevedad lanzaban brillos sobre los más diversos temas filosóficos, literarios, urbanísticos, que muchas veces eran presentados de manera un tanto enigmática y por medio de imágenes; aspectos todos ellos señalados y que puede observar cualquiera que se acerque a su producción que va desde el romanticismo (objeto de sus tesis doctoral) o el barroco (tesis de habilitación para ejercer la enseñanza que no fue aceptada por la universidad), Baudelaire, Kafka, Brecht, Proust, Goethe, Leskov, el surrealismo, o…sus tesis de la historia o su obra inacabada sobre los pasajes parisinos. Responde a algunas de las características nombradas la propia edición de algunos de sus ensayos reunidos bajo el título de Iluminaciones.

No es tarea fácil presentar la filosofía del alemán, si bien tampoco se ha de llegar al extremo al que llega Pierre Bouretz en su magistral obra Temoins du futur: philosophie et messianisme, al inicio de su presentación de Benjamin, recurriendo a las afirmaciones de su amigo Gershom Scholem quien decía que para comprender al autor del que hablamos era necesario conocer la Cábala judía y que no estaba de más relacionarlo con la obra de Franz Kafka. Afortunadamente ha habido no pocos que se no se han desanimado por las condiciones mentadas y han penetrado en la vida y en la(s) obra(s) del pensador alemán, nacido bajo el siglo de Saturno que destacase Susan Sontag, que se comportaba como el trapero que busca entre los diferentes materiales abandonados, sacando de ellos interesantes observaciones, siempre, eso sí, no me privo de decirlo bajo el influjo del cheposito, figura del gafe, de los cuentos infantiles alemanes, de los que por cierto era consumado coleccionista nuestro hombre; eso sí lo que resultaría desmedido es buscar un espíritu de sistema y de totalidad en la obra del autor, los flashes han deslumbrado a diferentes autores en distintos temas, sirviendo de inspiración en el campo del arte, de la literatura, de la historia, de la política, etc. Entre los que se han atrevido a entrar en las tierras movedizas de este marxista mesiánico pueden contarse además de sus amigos Gershom Scholem, Theodor W. Adorno, Jean-Michel Palmier, Gérard Raulet, Concha Fernández Martorell, Bernd White, Bruno Tackels, Rainer Rochlitz, Terry Eagleton, Jacques Derrida, Ricardo Cano Gaviria, Roman Reyes Mate, y… no sigo. Se han de añadir a esta lista, los trabajos de Michael Löwy (Sâo Paolo, 1938), brillante estudioso de las corrientes del mesianismo, de cuestiones relacionadas con el judaísmo, y de las corrientes no domesticadas del marxismo: ahí está su ensayo sobre El marxismo olvidado (R. Luxemburg, G. Lukacs), editado por Fontamara en 1978, o sus averiguaciones sobre el anarquismo en la vida de Franz Kafka (Rêveur insoumis, Stock, 2004), etc. Ahora se publica en Shangrila, «La revolución es el freno de emergencia. Ensayos sobre Walter Benjamin» en donde reúne diferentes y muy diversos ensayos sobre al germano, en donde continúa el acercamiento que anteriormente había realizado en su lectura de las tesis “Sobre el concepto de historia: «Walter Benjamin: Avertissement d´incendie» (PUF, 2001).

La recopilación consta de nueve ensayos, publicados entre 1995 y 2016 con la excepción del inédito Teología y antifascismo en Walter Benjamin, en los que Löwy deriva por diferentes temas tratados por Benjamin, sin bien, como él mismo admite, tal vez no sean los asuntos más conocidos de la obra del autor estudiado, eso no quita para que sea señalado en denominador común que les une: la política, y más en concreto, la ida de revolución; estamos ante una navegación por el archipiélago-Benjamin en la que el nexo de unión es el señalado en la frase anterior. Inicia su andadura contando cómo se acercó a la obra de Benjamin a raíz de su estudio sobre el mesianismo, y a partir de ahí vio en la obra del pensador germano una verdadera mina en lo que hace a una visión diferente e incitadora a la hora de provocar nuevas vías al enfoque de ciertas cuestiones. Löwy muestra arrojo a la hora de entrar en algunos textos benjaminianos e interpretarlos más allá del inacabamiento de algunos de ellos, proponiendo hipótesis que hacen que exista un hilo conductor allá en donde parece que el sentido se difumine, se ausente o hasta se contradiga, acudiendo para ello a referencias de otros autores cuya inspiración asoma explícitamente o supuestamente. Con tales presupuestos los ensayos se extienden por el marxismo y el capitalismo, el surrealismo, el anarquismo, el judaísmo, el mesianismo o el urbanismo, con referencias al domesticador del espacio parisino Georges Eugène Haussmann, que adecuo los bulevares parisinos para que las fuerzas de represión, imperiales, pudieran moverse a su antojo en contra de los obreros.

Explica Löwy el gran peso que tuvo en Benjamin en lo referente al conocimiento del marxismo la lectura de Historia y conciencia de clase de Lukács y el encuentro con la bolchevique letona Asla Lacis, que fueron el impulso para profundizar en la lectura de Marx, siempre lejos de cualquier interpretación dogmática, léase estalinista en la medida que en aquella época era la doctrina dominante, al tiempo que se enfrentaba a las posturas tibias y melifluas de la socialdemocracia. Su postura era la propia de un marxismo libertario, que combinaba con sus simpatías hacia el anarquismo como puede verse además de en el ensayo dedicado al tema, o también en su escrito sobre el surrealismo en el que irrumpe con descaro la impronta libertaria, viendo en este movimiento encabezado por Breton una clara pasión rebelde, en el artículo que abre el volumen, en el que cita a Gustav Landauer, y se inspira en él para referirse a El capitalismo como religión, artículo temprano en el que Benjamin se inspiraba en Max Weber a la vez que se alejaba de ciertas interpretaciones del sociólogo; señala que el capitalismo tiene un dios, el dinero, y sus ritos y adoraciones, igualmente subraya el carácter ineludible del dominio del capital y la desesperanza que crea en sus trabajadores que buscan la salida endeudándose lo que les atrapa todavía más a la maquinaria del capital.

A lo largo de los ensayos vemos el mesianismo de Benjamin que se traduce en un mesías que no es otro que la revolución, no como locomotora de la historia que afirmaba Marx en su Lucha de clases, sino como freno de emergencia -término presente en sus Tesis sobre la historia- que pusiese fin a la veloz marcha hacia el desastre ya que la lógica del capital reside en la aceleración y en cada vez más producción, más ganancia, lo que se traduce en un productivismo, del que también hicieron gala los dichos comunistas, ortodoxos, y contra la desbordante explotación de la naturaleza que obviamente también abocaba, línea directa, al desastre de la humanidad; en esa medida puede verse que la visión marxista de Benjamin es inspiradora tanto en lo que hace a sus espíritu anti-autoritario, respetuoso con el respeto a la naturaleza, podría decirse sin exageración alguna, ecológico, y siempre inclinada a posicionarse del lado de los vencidos, de los de abajo, enseñanzas que Löwy desvela en el caso de los países latinoamericanos en los que saca a relucir los aires de familia con la mirada benjaminiana con los defensores de la teología de la liberación, con la esperanza en un horizonte de redención, siempre observada por Benjamin con cierta tristeza melancólica, y un cierto pesimismo que dejaba ver en su interpretación del Angelus Novus de Paul Klee, al interpretar al alado mirando las ruinas dejadas por el viento de la historia; relacionado con esto último, no es de recibo ignorar la apuesta benjaminiana que ante la memoria de las luchas políticas y sus derrotas, deja paso a la posible redención de mano de los oprimidos, cuyo combate ha de unir las diferentes esferas: social, política, cultural, moral, espiritual y hasta teológica, en una interrelación salpimentada con la herramienta del marxismo no convertido en catecismo con sus interpretaciones deterministas y mecanicistas. La vena romántica aflora en los pensamientos de Benjamin tanto en su concepción mesiánica como en su negativa a comulgar con el progreso tan en boga en las filas de la izquierda, y en otros horizontes ideológicos, ante el que él pone serios reparos al señalar que la flecha del progreso apunta a la catástrofe.

El espíritu de Walter Benjamin en su apuesta por escribir la historia a contrapelo, adoptando la mirada de los de abajo, es aprehendida con precisión y elegancia por Michael Löwy que se comporta con la obra estudiada como un flâneur que visita la ciudad-Benjamin, como éste visitase la capital del Sena, capital del siglo XIX, en busca de los signos del desarrollo capitalista. Vemos un Benjamin que aspira a la revolución, y que se alza contra la visión del fascismo ascendente como una vuelta a la barbarie primitiva, para considerarlo como un productor de la modernidad.

Una obra del pensador franco-brasileño que supone un acercamiento poliédrico a quien mantuviese un entrecruzamiento del deseo de revolución, guiado por un materialismo histórico sui generis, teñido de mesianismo, cosa que repateaba a su amigo Scholem, sin obviar su vena anarquista, ya nombrada, que según él tenía ciertos aires de familia con el judaísmo, recurre a la expresión goetheana de afinidades electivas.

El libro recibió el Premio europeo Walter Benjamin de 2020.





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28.4.22

II. "LA REVOLUCIÓN ES EL FRENO DE EMERGENCIA. ENSAYOS SOBRE WALTER BENJAMIN", de Michael Löwy, Valencia: Shangrila 2022



Prefacio

Walter Benjamin


Descubrí a Walter Benjamin en torno a 1978, cuando comencé a trabajar sobre el mesianismo revolucionario en la cultura judía de Europa central. Me afectó sobre todo, como un golpe de puño, el descubrimiento de las tesis “Sobre el concepto de historia” (1940), tal como lo relato en el que libro que dediqué a ese documento único, al que considero uno de los textos más importantes del pensamiento crítico desde las Tesis sobre Feuerbach, de Marx (1845). (1) En mi itinerario intelectual, hay un antes y un después de esta iluminación profana.

1. LÖWY, Michael, Walter Benjamin. Avertissement d’incendie. Une lecture des Thèses “Sur le concept d’histoire”, segunda edición, París: L’éclat, “L’éclat/poche”, 2018 [trad. cast.: Walter Benjamin, Aviso de incendio, Buenos Aires: FCE, 2003]. 

A partir de entonces, comencé a leer, estudiar, debatir y rumiar muchos otros escritos de Benjamin, intentando comprender mejor su recorrido espiritual y político. Los ensayos reunidos en este volumen son el producto de ese intento ¡que se extiende a lo largo de dos siglos (el S. XX y el S. XXI)! Por supuesto, han sido ligeramente modificados y actualizados para esta edición. Como puede advertirse al leer el índice de este libro, los temas abordados son extremadamente diversos y dan fe de una lectura muy selectiva: algunos de los escritos más importantes o más conocidos de Benjamin ni siquiera se mencionan. 

¿Existe un hilo conductor (en el sentido eléctrico del término) en este conjunto arbitrario, heteróclito y heterogéneo? Tal vez. Si hay un denominador común, una problemática transversal, una brújula imantada, es probablemente la idea de revolución en Walter Benjamin. ¿Se trata entonces de una lectura política de (algunos) de sus escritos? Sí, a condición de entender la política no en el sentido habitual –la acción de los Estados, el rol de las instituciones, las elecciones, el Parlamento, etc.– sino en los términos singulares propios del autor de las tesis: la memoria histórica de las luchas y las derrotas, el llamado a la acción redentora de los oprimidos, inseparablemente social, política, cultural, moral, espiritual, teológica. Bajo esta forma, que no es la de los politólogos ni la de los partidos políticos ni la de los administradores de la gobernanza, la “política” está presente en todas las reflexiones de Benjamin abordadas en esta recopilación; no solo las reflexiones sobre Marx, o el anarquismo o el capitalismo, sino también las relativas al surrealismo, la teología, el urbanismo de Haussmann, la naturaleza como madre generosa o la historia de América Latina.

Desde 1924, con la lectura de Historia y conciencia de clase (1923), de György Lukács, y el encuentro con la bolchevique letona Asia Lacis, el marxismo –o el “materialismo histórico”– se tornará un elemento esencial del pensamiento de Benjamin, o más bien de su Sitz-im-Leben, su “posicionamiento vital”. Al mismo tiempo, como trataremos de demostrarlo, la dimensión anarquista no desaparecerá de su horizonte intelectual sino que se articulará bajo diferentes formas con el legado marxiano. Lo mismo sucede con su visión romántica del mundo y su relación profunda con el mesianismo judío, puesta en evidencia, a justo título, por su amigo Gershom Scholem.

La mayoría de estos ensayos se vinculan, de una manera u otra, con su reinterpretación del marxismo, perfectamente heterodoxa, altamente selectiva y, a veces, maravillosamente arbitraria. Es raro que Benjamin critique a Marx: critica sobre todo a sus epígonos, socialdemócratas o, tras 1939, estalinistas. No obstante, una de las raras tomas de distancia explícitas hacia el autor del Manifiesto Comunista es importante. Concierne a la nueva definición de revolución propuesta por Benjamin, más como “freno de emergencia” de un mundo que corre hacia su perdición que como “locomotora de la historia mundial”. Por eso la hemos elegido como título de este libro. 

Esto no quiere decir, por cierto, que sus escritos políticos pre-marxistas carezcan de interés. Uno de los textos más interesantes, más actuales, más feroces, más contundentes, es el fragmento “El capitalismo como religión” (1921), absolutamente extraño, si no hostil, a Marx. En este texto, Benjamin se refiere especialmente a Max Weber, pero pienso que podemos situarlo en el universo político-teológico del ateísmo religioso anarquista propio, entre otros, de Gustav Landauer, al que nos referiremos aquí. 

Este aspecto “político” está lejos de ser su único centro de interés. Sus investigaciones filosóficas o literarias, sus curiosidades, sus pasiones, son infinitamente diversas; incluyen no solo el romanticismo alemán (tema de su tesis de doctorado) y el drama barroco (tema de su tesis de habilitación para la docencia, rechazada por la universidad) sino también las teorías del lenguaje y de la traducción, los recuerdos de infancia, los libros y los juguetes infantiles, el cine, los pasajes parisinos, la moda y, por supuesto, la literatura, de Goethe y Hölderlin a Dostoievski y Brecht, o las cuestiones relativas al judaísmo y al mesianismo (una lista evidentemente no exhaustiva).

Sin embargo, si expurgamos de su pensamiento la dimensión subversiva, revolucionaria, insurreccional misma, como es el caso, y lamentablemente muy a menudo, en los trabajos académicos sobre su obra, nos perderemos algo esencial, precioso e inestimable, que hace de Walter Benjamin un personaje singular, único incluso, un cometa en llamas que atraviesa el firmamento cultural del S. XX antes de naufragar en Portbou, a orillas del mar Mediterráneo. El objetivo de esta modesta recopilación es contribuir a poner en evidencia ese componente explosivo de su alquimia filosófica. 



26.4.22

NOVEDAD: I. "LA REVOLUCIÓN ES EL FRENO DE EMERGENCIA. ENSAYOS SOBRE WALTER BENJAMIN", de Michael Löwy, Valencia: Shangrila 2022




Imagen de portada: “En el año 1009 A.D., el sol se oscureció y se vio a la luna roja como la sangre y un gran terremoto sacudió la tierra y cayó del cielo con un gran estruendo una enorme antorcha ardiente, como una columna o una torre. A esto le siguió la muerte y la hambruna de mucha gente... Fueron más los que murieron que los que lograron sobrevivir”. 

Augsburg Wunderzeinchenbuch
(Libro de los milagros, Augsburg, Alemania, S. XVI).

166 páginas - 16x23 cm. - Valencia: Shangrila 2022



Walter Benjamin pensaba en imágenes. Su pensamiento es una constelación de imágenes utópicas compuestas, a su vez, de astillas de imágenes vencidas, rotas, humilladas. Vivimos en la casa de la desesperación, construida por la religión capitalista. El progreso es una catástrofe, es una tempestad que acumula ruinas hasta el cielo y arrasa la memoria y la experiencia. Vivimos en la repetición infinita de lo mismo bajo la apariencia de la novedad. No habrá salida, escribe Benjamin, sin rememorar y redimir. Sin sumergirse en la historia a contrapelo, para leerla con los oprimidos. Benjamin, trapero de la humanidad, amante de los juguetes y los libros infantiles, cartógrafo de las ciudades donde los bulevares se abren para impedir las barricadas, experto en lo vulnerable y lo pequeño, antorcha ardiente en la noche triunfante del fascismo. Inclasificable. Fusiona materialismo y teología, marxismo y mesianismo, las dos caras de un único rostro al que le pone todo lo que tiene. Nunca menos que todo. Anticipa el horror que no llegó a ver y no lo define como una anomalía o un estado de excepción sino como una matriz, la forma deliberada e impuesta de las cosas. Hemos sido esperados sobre la tierra, para ejercer en ella nuestra débil fuerza mesiánica. En nombre de las derrotas del pasado, de los heridos de muerte en el origen y los atropellados por los carros vencedores. No puede transformarse lo que nació como barbarie. La estrella de la esperanza brilla en el gesto de la revolución. 

En esta colección de ensayos en los que repasa y sintetiza la obra de Benjamin, Michael Löwy traza sus conexiones con Max Weber, Karl Marx, Gershom Scholem, el anarquismo, el surrealismo, la París desventrada del barón Haussmann, la teología de la liberación, el ecosocialismo y los nuevos movimientos sociales. Acúnese este libro. Sosténgase este libro como un faro. 


SUMARIO: Prefacio / “El capitalismo como religión”. Walter Benjamin y Max Weber / Un materialismo histórico con destellos románticos. Walter Benjamin y Karl Marx / Las afinidades electivas. Walter Benjamin y Gershom Scholem / Walter Benjamin y el anarquismo / Las bodas químicas de los dos materialismos. Walter Benjamin y el surrealismo / La ciudad, lugar estratégico del enfrentamiento de clases. Insurrecciones, barricadas y haussmannización de París en el Libro de los pasajes / Teología y antifascismo en Walter Benjamin / El punto de vista de los vencidos en la historia de América Latina. Reflexiones metodológicas a partir de Walter Benjamin / La revolución es el freno de emergencia. Actualidad político-ecológica de Walter Benjamin.



Michael Löwy (São Paulo, Brasil, 1938), sociólogo y filósofo franco-brasileño, es director emérito de investigaciones en el Centre National de la Recherche Scientifique (Centro Nacional de Investigación Científica) y profesor de la École de Hautes Études en Sciences Sociales (Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales) de París. Entre sus libros publicados en español se destacan Redención y utopía. El judaísmo libertario en Europa Central. Un estudio de afinidad electiva (1997), Walter Benjamin: Aviso de incendio. Una lectura de las tesis “Sobre el concepto de historia” (2003), La estrella de la mañana: Surrealismo y marxismo (2006), El romanticismo como contracorriente de la modernidad (en colaboración con Robert Sayre, 2008) y La teoría de la revolución en el joven Marx (2010). 



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