Botonera

--------------------------------------------------------------
Mostrando entradas con la etiqueta Diego Salgado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Diego Salgado. Mostrar todas las entradas

8.6.18

XI. "JOHN CASSAVETES. INTERIOR NOCHE", José Francisco Montero (coord.), Shangrila 2018




El complejo de Jano:
John Cassavetes y Hollywood

Diego Salgado


Peter Falk, Ben Gazzara y John Cassavetes en el rodaje de Husbands


[...] “Pagué Faces yo mismo. Para que no dejase de afluir dinero a la producción, traté de estirar mis labores como desarrollador de proyectos televisivos para Screen Gems todo lo que pude y, cuando se cansaron y me echaron, me pasé por Universal –mi banco– y actué en dos pilotos televisivos que nos procuraron el dinero necesario para comprar celuloide y una cámara”. En julio de 1971, la revista Playboy publicaba una amplia entrevista concedida por John Cassavetes a Lawrence Linderman. En ella, el actor y director estadounidense se mostraba tan franco como en él fue habitual acerca de lo que entendía por ser un artista –“descubrir qué quieres expresar, y expresarlo”– y su desdén hacia lo que simboliza Hollywood: “la relación de los ejecutivos de los grandes estudios con el cine tiene que ver con el dinero; y quien pretenda ir de otra cosa, miente”.

Son declaraciones que apuntalan la imagen hoy por hoy canónica de Cassavetes como creador insumiso ante las exigencias de la industria del cine estadounidense; como cineasta de inusual coherencia entre la visión del mundo alternativa a lo mayoritario que atestiguaron sus películas, y lo que predicaba públicamente. Pero, por otro lado, las palabras seleccionadas, el conjunto de sus réplicas a las preguntas de Linderman, la publicación en que aparecieron, permiten comprobar la familiaridad plena de Cassavetes con los modos de producción y promoción de la Meca del Cine, y su habilidad y pragmatismo a la hora de explotarlos en nombre de su arte. Cifrar sus obligaciones profesionales con Screen Gems y Universal en clave de dinero fácil con el que amparar las producciones que le interesaban realmente, delata contradicciones habituales que cierto tipo de cineastas prefiere no analizar, y que soslayan asimismo de manera habitual quienes escriben sobre ellos.

Contradicciones en las que de continuo caen, caemos, quienes llevamos a cabo una labor creativa en el marco de los estilos de vida capitalistas. En apariencia, se ejerce la lectura crítica de los mismos. En la práctica, se recurre a sus herramientas a la propia conveniencia, bajo el amparo de la etiqueta autoadjudicada de artista comprometido, y se acaba por servir como excusa cultural para que el sistema perpetúe sus dinámicas [...]





   



14.6.17

VI. "PORNO: VEN Y MIRA", José Francisco Montero y Aarón Rodríguez Serrano (coords.), Shangrila 2017




DESEO, PELIGRO: INTRODUCCIÓN AL
CARÁCTER SUBLIME DE LA IMAGEN PORNOGRÁFICA   

Diego Salgado





La indagación en lo sexual puede que sea
tan solo un pretexto para la práctica de otro
juego más excitante, más apasionado.


Jean Baudrillard


Saliva, sudor y semen

En la industria estadounidense de cine pornográfico, los primerísimos planos de penetraciones y otras actividades en las que están involucrados órganos sexuales, no reciben el nombre de flesh shots, sino de meat shots. El arrinconamiento de un término en inglés, flesh, que hace referencia a la carne de un ser vivo y, en especial, la del ser humano, por otro, meat, que alude a la carne inerte y tratada de animales para su consumo, puede leerse –suele leerse– como síntoma paradigmático de la cosificación para muchos inherente al porno; en términos de lamento por la supuesta deshumanización del género, tanto en lo que se refiere a la condición de sus imágenes, como a su aparato de producción y visionado y su ligazón con nuestros modos de vida.

Se trata, sin embargo, de una interpretación que dice más de las limitaciones de quienes lo analizan, que de las cualidades intrínsecas del porno. Es posible que el extreme close up de un pene monstruoso obcecado en tronchar una pelvis, de un ano dilatado hasta lindar con el desgarro porque trata de abrazar un extintor, de la pulpa vaginal tumefacta y encharcada en saliva y semen, aboque la mirada a un extrañamiento sujeto a consideraciones ideológicas. Pero apela también a nuestra sensibilidad y erudición en lo tocante a lo imaginario y lo simbólico, y a la dialéctica esquiva de ambos aspectos con lo real oscuro, lo extraño a lo conceptual. Es capaz de suscitar un abandono en el que diluyen sus rasgos la devoción visceral y la reacción intelectual, el arrobo ante lo espléndido y el vértigo ante una naturaleza convulsa, la experiencia simultánea de lo concreto abrumador y la singularidad estética. Tiene el poder, en definitiva, de alumbrar lo sublime
[...]



Seguir leyendo: Porno. Ven y mira




   



1.10.15

XXXIX. DE PLUMAS Y ANTIFACES: ENCUENTROS EN EL FIN DEL MUNDO" (2207), Diego Salgado: "Werner Herzog. Espejismos de sueños olvidados".




Encuentros en el fin de mundo (2007)



Postproducción de Grizzly Man (2005). Werner Herzog sorprende al compositor de su banda sonora, Henry Kaiser, asimismo experto buceador, mostrándole a un conocido imágenes submarinas que ha grabado bajo la barrera de hielo de Ross. El metraje entusiasma a Herzog. Recontextualiza parte del mismo en la science fiction fantasy The Wild Blue Yonder (2005), y consigue que la National Science Foundation de Estados Unidos y el Discovery Channel le sufraguen una estancia en la Antártida; dispondrá de siete semanas para rodar allí un documental. Único apoyo, su director de fotografía desde 1995, Peter Zeitlinger.

Con su característica voz en off, propia de un Robert Walser que jugase a ser Martin Heidegger, el cineasta alemán confiesa en los planos iniciales de Encuentros en el fin del mundo que no tiene claro si podrá cumplir con el encargo de la National Science Foundation. El resultado, avisa, estará en todo caso lejos de conformar el enésimo documental afable y didáctico sobre pingüinos. Dando por supuesto que muchos espectadores del Discovery Channel no sabrán quién es Werner Herzog, aclara que sus inquietudes girarán una vez más en torno a la condición humana y su discutible vínculo con el mundo en sí: “¿Por qué nuestra especie recurre para ocultar la identidad a las plumas o los antifaces? ¿Por qué ciertos tipos de hormigas ostentan la capacidad de esclavizar a los pulgones y, en cambio, un animal tan sofisticado como el chimpancé no se sirve de especies inferiores?”.

Estas reflexiones, que prologan su llegada y la de Zeitlinger a la estación McMurdo, asentamiento humano más poblado de la Antártida y centro logístico a partir del cual el explorador se adentra en el sexto continente, en el Polo Sur, constituyen no solo una declaración de principios. También, de intenciones (...)





De plumas y antifaces:
Encuentros en el Fin del Mundo (2007)
Diego Salgado

Seguir leyendo en


Trayectos libros - 448 páginas
Shangrila Textos Aparte





26.9.15

XXVIII. AUTOR, AUTOR: "FITZCARRALDO" (1982), Diego Salgado: "Werner Herzog. Espejismos de sueños olvidados".




Fitzcarraldo (1982)



Werner Herzog y el actor Klaus Kinski fabulan en torno a la vida y milagros de Carlos Fermín Fitzcarrald (1862-1897). En la película, el explorador y comerciante peruano pasa a ser Brian Sweeney Fitzgerald, apodado Fitzcarraldo por los nativos de la Iquitos de principios del siglo XX. Brian, irlandés, es uno de los pocos europeos afincados en la ciudad peruana cuyos intereses van más allá de enriquecerse con el caucho amazónico. De hecho, ya ha naufragado con un negocio, el ferrocarril transandino, que pretendía dignificar la zona por encima de su mera explotación. Su nuevo plan, en la misma línea pero todavía más ambicioso, consiste en erigir un teatro de la ópera en Iquitos donde actuaría el celebérrimo Enrico Caruso (1873-1921). La financiación para hacer realidad su sueño pasa por embarcarse, con el respaldo económico de Molly (Claudia Cardinale), su amante y dueña de un prostíbulo, y de un magnate (Ruy Polanah), en la tarea de sondear y reclamar un territorio rico en árbol de caucho pero de difícil acceso, en la confluencia de varios rápidos y afluentes del Amazonas. La misión de Fitzcarraldo conllevará tantas experiencias y aventuras como para redefinir lo que se entiende habitualmente por éxito y fracaso (...)



Autor, autor: Fitzcarraldo (1982)
Diego Salgado

Seguir leyendo en


Trayectos libros - 448 páginas
Shangrila Textos Aparte