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5.8.14

BÉLA TARR - JACQUES RANCIÈRE - SHANGRILA




EL TIEMPO DEL DESPUÉS
ENTREVISTA A JACQUES RANCIÈRE (Junio 2013)

POR JOSÉ MIGUEL BURGOS MAZAS

[A propósito de la edición del libro Béla Tarr, el tiempo del después y del número 17 de la revista Shangrila dedicado también al cineasta húngaro: Béla Tarr. ¿Qué hiciste mientras esperabas?, Jacques Rancière nos concedió la entrevista que a continuación publicamos]





1- El cine ocupa un lugar importante en su obra ¿En qué momento sintió la necesidad de escribir sobre cine? ¿Qué significa para usted la experiencia cinematográfica?

En realidad, los primeros textos que he escrito, cuando tenía veinte años, eran sobre cine. Corresponden a mi entrada en el universo cinéfilo, con todo lo que el ser aficionado al cine suponía como interferencia respecto a los criterios estéticos dominantes. Esto es lo que el cine, de hecho, significa para mi: un arte que se ha (...)





Revista Shangrila 17

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BÉLA TARR - JACQUES RANCIÈRE - SHANGRILA




ERIKA BOK. YOU'RE A BIG GIRL NOW


































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4.8.14

BÉLA TARR - JACQUES RANCIÈRE - SHANGRILA






"El tiempo del después es aquel donde uno sabe que, con cada nueva película, se hará la misma pregunta: ¿para qué hacer una película más sobre una historia que es, en principio, siempre la misma historia? Podríamos sugerir que es porque la exploración de las situaciones que esta historia idéntica puede determinar es tan infinita como la constancia con la que los individuos se aplican a soportarla. La última mañana es todavía una mañana anterior y la última película es, todavía, una película más. El círculo cerrado está siempre abierto."



Béla Tarr, el tiempo del después
Jacques Rancière




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BÉLA TARR - JACQUES RANCIÈRE - SHANGRILA






"El tiempo del después no es ni el tiempo de la razón recobrada ni el tiempo del desastre previsto. Es el tiempo del después de las historias, el tiempo en el que uno se interesa directamente en la materia sensible en la que ellas tallaban sus atajos entre un objetivo proyectado y un objetivo cumplido. No es el tiempo donde uno construye bellas frases o bellos proyectos para compensar el vacío de toda espera. Es el tiempo en el que uno se interesa en la espera en sí misma."


Béla Tarr, el tiempo del después
Jacques Rancière




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3.8.14

BÉLA TARR - JACQUES RANCIÈRE -SHANGRILA






BÉLA TARR - JACQUES RANCIÈRE - SHANGRILA






"Las historias son historias de mentirosos y crédulos, porque son mentirosas en sí mismas. Hacen creer que sucedió algo de lo que esperábamos. La promesa comunista no era sino una variante de esta mentira mucho más antigua. Por eso es inútil creer que el mundo se volverá razonable si uno da vueltas indefinidamente sobre los crímenes de los últimos mentirosos, pero también grotesco asegurar que vivimos de aquí en más en un mundo sin ilusión."


Béla Tarr, el tiempo del después
Jacques Rancière




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2.8.14

BÉLA TARR - JACQUES RANCIÈRE - SHANGRILA






"De La condena a Las armonías de Werckmeister, Béla Tarr construirá un sistema coherente, poniendo en práctica procedimientos formales que constituyen propiamente un estilo, en el sentido flaubertiano del término: una “manera absoluta de ver”, una visión del mundo devenida creación de un mundo sensible autónomo. No hay temas, decía el novelista. No hay historias, dice el cineasta. Todas fueron contadas en el Antiguo Testamento. Historias de esperas que se revelan mentirosas. Uno espera a quien jamás vendrá, pero en lugar del cual vendrán toda suerte de falsos mesías. Y aquel que venga entre los suyos no será reconocido por ellos."


Béla Tarr, el tiempo del después
Jacques Rancière




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BÉLA TARR - JACQUES RANCIÈRE - SHANGRILA






"[Tarr] se interesa en los cuerpos, en la manera en la que se alzan o se desplazan en el espacio. Se interesa en las situaciones y en los movimientos más que en las historias y en los objetivos mediante los cuales dichas historias explican esos movimientos a riesgo de alterar su fuerza. Una situación no libera su potencia sino mediante la distancia que traza respecto de la simple lógica de una historia: el tiempo empleado en seguir la marcha uniforme de los personajes en una llanura privada de cualquier accidente, en filmar alrededor de un rostro silencioso o en encuadrar en un plano fijo la gesticulación, sin fin, de los cuerpos. Esta vinculación puede leerse, no obstante, en sentido inverso: las distancias son la norma de la historia."




Béla Tarr, el tiempo del después
Jacques Rancière




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1.8.14

BÉLA TARR - JACQUES RANCIÈRE - SHANGRILA






"[El] plano secuencia que abre La condena es la marca de estilo de Béla Tarr: un movimiento en un sentido y la cámara que se mueve en sentido inverso; un espectáculo y el lento desplazamiento que nos conduce hacia quien lo contempla; una masa negra borrosa que se revela como un personaje visto de espaldas."



Béla Tarr, el tiempo del después
Jacques Rancière




"Un estilo, lo sabemos desde Flaubert, no es el ornamento de un discurso sino una manera de ver las cosas: una manera “absoluta”, dice el novelista, una manera de tornar absoluto el acto de ver y la transcripción de la percepción, contra la tradición de la narración presurosa por ir al encuentro del efecto que sigue a la causa. Para el escritor, no obstante, “ver” es una palabra ambigua. Es necesario “hacerse ver la escena”, dice el novelista. Pero lo que escribe no es lo que ve y es esta distancia lo que dota a la literatura de existencia. Ocurre de otra forma para el cineasta: lo que ve, lo que está frente a la cámara, será también lo que el espectador vea. Pero para él también existe la elección entre dos maneras de ver: la relativa, que coloca lo visible al servicio del encadenamiento de las acciones, y la absoluta, que otorga a lo visible el tiempo de producir su propio efecto."


Béla Tarr, el tiempo del después
Jacques Rancière



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"El tiempo del después no es el tiempo uniforme y sombrío de los que ya no creen en nada. Es el tiempo de los acontecimientos materiales puros contra los que se mide la creencia, durante tanto tiempo como la sostenga la vida."



Béla Tarr, el tiempo del después
Jacques Rancière




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31.7.14

BÉLA TARR - JACQUES RANCIÈRE - SHANGRILA









“No pasamos de la visión de un espectáculo a una comprensión del mundo y, de una comprensión intelectual, a una decisión o una acción. Pasamos de un mundo sensible a otro mundo sensible que define otras tolerancias o intolerancias, otras capacidades o incapacidades. Lo que opera son las disociaciones: la ruptura de una relación entre el sentido y el sentido, entre un mundo visible, un modo de afección, un régimen de interpretación y un espacio de posibilidades: es la ruptura de las referencias sensibles que permitían estar en el propio lugar en un orden de cosas.”


Jacques Rancière
El espectador emancipado, Ellago, 2010






“Lo propio de su dominio particular (de aquello que se denomina, se percibe y se entiende como arte) es precisamente producir y proponer entramados de sentido, trazar conexiones posibles entre lo que se ve, lo que se dice y lo que se entiende. Estas intervenciones, que Rancière denomina “actos estéticos”, tienen la capacidad de anudar un pensamiento con una poiesis, o modo del hacer, y una aisthesis, o modo del sentir. Tienen además una potencia transformadora: los actos estéticos son capaces de alterar las trayectorias de la palabra y de los cuerpos, de reformar los lenguajes, los gestos y los afectos que se comparten. Trabajando en los goznes de lo sensible. […] Esta es su fuerza disruptiva, sísmica, regeneradora: la fuerza de inscribir lo nuevo en lo visible, de pensar lo que permanecía excluido, de desincorporar lo establecido en la palabra y de construir significaciones nuevas, posibles, alrededor de las cuales, la comunidad estética se piensa y se re-piensa, se forma y se reforma sin cesar. Esa capacidad, en el pensamiento de Rancière, es en última instancia una capacidad política.”







Pablo Bustinduy Amador
Estudio introductorio a El destino de las imágenes
 Politopías, 2011








“Arte y política se sostienen recíprocamente como formas de disenso, operaciones de reconfiguración común de lo sensible. Hay una estética de la política en el sentido en que los actos de subjetivación política redefinen lo que es visible, lo que se puede decir de ello y qué sujetos pueden hacerlo. Hay una política de la estética en el sentido en que las formas nuevas de circulación de la palabra, de exposición de lo visible y de producción de los afectos determinan capacidades nuevas, en ruptura con la antigua configuración de lo posible”




Jacques Rancière
El espectador emancipado, Ellago, 2010










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BÉLA TARR - JACQUES RANCIÈRE - SHANGRILA







No es aventurado pensar que una de las razones por las que Rancière se siente atraido por el cine de Béla Tarr es la siguiente:

El personaje típico de Béla Tarr es (…) el hombre en la ventana, el hombre que contempla cómo las cosas vienen hacia él. Y contemplarlas es dejarse invadir por ellas, sustraerse al circuito habitual que convierte los estímulos del exterior en una incitación al acto.

Béla Tarr, el tiempo del después, 2013








Y se siente atraido porque ese personaje tan característico del cine de Tarr, cuestiona una de sus tesis más distinguidas: la del espectador emancipado. Rancière acude a Tarr de manera honesta, esto es, huyendo del sesgo de confirmación y apostando por la falsabilidad de su propia teoría.

La emancipación  (…) comienza cuando se cuestiona de nuevo la oposición entre mirar y actuar. Cuando se comprende que mirar es también una acción que confirma o que transforma esa distribución de las posiciones.

El espectador emancipado, 2008










Teniendo en cuenta las diferencias entre los dos tipos de espectadores a los que se refiere Rancière, el real de El espectador emancipado y el de ficción de El tiempo del después, el encuentro del pensador francés con el cineasta húngaro nos devuelve un conflicto siempre vigente y hermoso entre dos tipos de miradas.




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