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28.5.22

RESEÑA DE "EL CINE DE MARCO BELLOCCHIO. RABIA, DESENCANTO Y LUCIDEZ", Ricardo Jimeno Aranda, Valencia: Shangrila 2022






Reseña de El cine de Marco Bellocchio (Shangrila, 2022),
de Ricardo Jimeno Aranda en El Diario Montañés.



Rabia, desencanto y lucidez en Marco Bellocchio

JOSÉ LUIS SÁNCHEZ NORIEGA


Sobre el cine italiano, que  sentimos tan cercano, con fuerte sintonía hacia el espacio social y humano reflejado en sus películas, abundan los cli­chés y algunas lagunas signifi­cativas. Es ya un lugar común re­memorar otros tiempos glorio­sos frente a un presente consi­derado poco decepcionante. Así, nostálgicos de la gran 'comme­dia all'italiana' de los cincuenta y sesenta -y hasta del propio neo­rrealismo si vamos un poco más allá en el tiempo-, parece que hemos ignorado su evolución en filmografías tan sólidas como las de Ettore Scola y diríase que sólo reconocemos el relevo en la fi­gura de Nanni Moretti o Rober­to Benigni. Obras de análisis po­lítico y social tan certero como 'Las consecuencias del amor', 'Il Divo' o 'Silvio (y los otros)' de un cineasta comprometido y singu­lar, además de reconocido, como Paolo Sorrentino serían impen­sables sin los 'thrillers' políticos, dramas de denuncia y crónicas de corrupción filmados por Elio Petri, Damiano Damiani o Fran­cesco Rosi, muchos de ellos re­cordados por la presencia impo­nente de Gian Maria Volonté. 

Creo que Bellocchio ha que­dado relegado a un segundo pla­no porque su práctica fílmica se distancia manifiestamente tan­to del espectáculo y del cine co­mercial como de un cine de au­tor dirigido a los circuitos ciné­filos y de festivales de cine. No es un cineasta cómodo en lo po­lítico e ideológico ni complacien­te con el espectador en lo esté­tico; sus películas se revelan como artefactos de pensamien­to, propuestas para la reflexión desde una forma expresiva re­fractaria a la seducción del es­pectáculo o la mitomanía, que busca la comunicación directa con el público y evita con dificul­tad el didactismo. En el fondo, se trata de ensayos que invitan a la observación inteligente de la rea­lidad, construyen personajes ve­rosímiles representativos de nuestros contemporáneos, esce­nifican conflictos y dilemas que condensan el espíritu de nues­tra época y muestran conductas personales y sociales que vienen a bosquejar modos de ser y es­tar en el mundo. Por ello, se pue­de decir que detrás del director de cine Bellocchio está la figura de un creador y un intelectual, alguien capaz de pensar nues­tra sociedad a través de pregun­tas en diálogo con el espectador. 


Los inicios 

Marco Bellocchio (Piacenza, 1939) inicia su carrera profesio­nal en el clima de efervescencia política, contestación social, cuestionamiento de las institu­ciones y deslegitimación del po­der de la burguesía de Mayo del 68, como reflejan sus primeros largometrajes, desde la alegóri­ca 'Las manos en los bolsillos' (1965), con un joven existencia­lista tocado por el nihilismo como protagonista, a las denuncias de la educación clasista y religiosa en 'En el nombre del padre' (1971), de la manipulación de la opinión pública para retener el poder de 'Noticias de una violación en primera página' (1972), y del estamento militar en 'Mar­cha triunfal' (1976). 

El libro del profesor Jimeno Aranda presenta el cine de Mar­co Bellocchio desde un certero subtítulo de 'Rabia, desencanto y lucidez' porque con estos sus­tantivos se señalan las etapas de la evolución de un director siem­pre en diálogo con las pulsiones de la sociedad italiana del mo­mento y, por tanto, cuya trayec­toria termina adquiriendo un va­lor metonímico de la propia evo­lución del país. A la citada pri­mera etapa más combativa e in­surrecta nombrada como 'Rabia', siguen las dos décadas de los 80 y 90 del 'Desencanto' en que se repliega sobre el individuo para plantear cuestiones de identidad, el sexo liberador frente a la impotencia política, la biografía familiar, la inestabilidad del su­jeto en la frontera de realidad y ficción, la introspección en el yo y otras reflexiones muy influi­das por el psicoanálisis. Hay va­rios casos en que se sirve de pie­zas literarias -'El diablo en el cuerpo', 'Enrico IV', 'La balia'- que le permiten una reflexión más serena. Estas adaptaciones personales se suman a obras de autor, con componentes autobio­gráficos, como es el caso de 'Gli occhi, la bocca' (1982), con in­negable vocación ensayística y, frecuentemente, hechas a con­tracorriente, como 'Salto en el vacío' (1980) o 'La condena' (1990). 


Etapa de 'Lucidez' 

El autor de 'El cine de Marco Be­llocchio' denomina 'Lucidez' a las obras del siglo XXI con un cine de compromiso concebido a partir de sucesos históricos con talante de crónica, como 'Bue­nos días, noche' (2003), la re­visión de la biografía de Musso­lini 'Vincere' (2009) y la esplén­dida historia de mafia y políti­ca, basada en hechos reales, 'El traidor' (2019). Culmina el tex­to con un espléndido y, a mi jui­cio, excesivamente breve capí­tulo de síntesis titulado 'Reali­dad e intimidad. Espacio y tiem­po en Bellocchio' donde el au­tor del libro explicita su com­prensión de esa personalidad artística del cineasta. Lo hace desde esa dialéctica 'realidad/ intimidad' (sociedad/ indivi­duo, acción/ reflexión) y desde un referente de la evolución de Italia y Europa en la que vive su propia evolución personal que, como señala el autor de este es­tudio, en sus últimas películas ha apaciguado su rabia y don­de lo político «ya no es una lla­mada a la rebelión, sino la cons­tatación irónica y amarga de una realidad con la que el ar­tista ya no puede interactuar» (p. 451). La pertinencia de esta publicación es evidente, tanto porque no contamos en caste­llano con un estudio en profun­didad del cineasta italiano porque, precisamente en estos tiempos de reformulación del sistema económico y social, re­sulta más pertinente plantear­se qué lugar puede ocupar un cine comprometido que nos ayude a pensar este mundo.