Botonera

--------------------------------------------------------------

17.6.22

XIV. "LA NAVE VA", Revista Shangrila nº 40, Valencia: Shangrila 2022




EL PESO DE TU PERRO

Mariel Manrique



Fotografía publicada en The Guardian, el 8 de marzo de 2022. 
De Kiev a la frontera polaco-ucraniana, los últimos diecisiete kilómetros a pie.
(Ph: Alisa/Guardian Community)




Tuvo que duplicar la fortaleza de sus huesos, 
disciplinar sus articulaciones, extremar su estatura. 
Tuvo que aligerar al máximo el peso de su vida, 
vaciar su vida de casi todos sus pesos materiales. 
Como se sueltan lastres de un barco que se hunde, 
o recuerdos prendidos, como broches, 
a una cabeza exhausta que naufraga. 
Se calzó la capucha, 
ajustó los cordones de sus botas, 
se irguió hasta tocar la espalda del cielo. 
El cielo estaba de espaldas. 
Palpó en un bolsillo descosido
los restos de la estrella de la buena fortuna. 
La fortuna era mala, era tan mala. 
Y a esa hora estaba rota 
cualquier máquina de hacer sentido. 
No había que mirar a los costados, 
para no enloquecer. 
No había que mirar atrás, 
para no volver a buscar lo que quedaba. 
Lo que quedaba, pensó, lo llevaría encima. 
Cargó a Pulya sobre uno de sus hombros, 
como un fusil, o una bandera, o una patria. 
Pulya se dejó caer. 
Él sería su Dios menudo y obstinado,
su Dios aterrado de manos pequeñas, 
su Dios descolocado de todos los espacios habituales. 
“A la lata, al latero,
a la hija del chocolatero”, 
susurró, aterido, sin saber por qué. 
Un pie primero y otro pie, después. 
Pulya tembló y la nieve cedió 
y un agujero sin fondo sentenció: 
“Me he enamorado de ustedes. Serán míos”.
A ver quién soporta su corona de espinas
hasta ver cómo asoman los claveles. 
Hasta empezar a imaginarlos, 
como una forma de la redención. 

[...]





Seguir leyendo el poema en