Botonera

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14.9.22

RESEÑA DE "ENTREVISTAS. JULIEN GRACQ" (Shangrila, 2022)

 




Reseña de Entrevistas, Julien Gracq,
en el suplemento cultural Posdata. Diario Levante (02/07/2022)
Por Rafael Ballester Añón.



Julien Gracq (1910-2007), eminente es­critor francés y profesor de geografía de Instituto de segunda enseñanza. Autor do novelas como En el casttllo de Argol, El mar de las Sirtes, Los ojos del bosque, El rey Cophetua... Militó algún tiempo en el partido comunista y más tarde en  el movimiento surrealista. No fue per­sona con mucha vida social y literaria. Y muy aprensivo con los medios de co­municación. Se prestó a ser entrevista­do en contadas ocasiones. Este volu­men recoge y traduce algunas de ellas. 

Sobre las condiciones idóneas para la creación literaria, al menos en su caso, dicé Gracq: «difícilmente podría escribir en un lugar que no tuviera una ventana, preferentemente que diera al campo y con una vista panorámica ante mis ojos». 

En cuanto al inicio de un proceso creativo: «basta con una señal, basta con un detonante que desencadene el azar; ese detonante puede ser cualquier cosa: un en­cuentro, un paseo, un paisaje». 

Lo que trata de encontrar 'es «un clima, un es­pacio, una iluminación, una especie de nota musical muy precisa». 

Cita con frecuencia, como fuente de autori­dad, observaciones y afo­rismos de Paul Valéry. 

En su opinión hay dos clases de escritores en lo que concierne a impre­siones visuales: están los miopes y los que padecen presbicia; Breton y Colet­te pertenecen al primer grupo, se fijan en las cosas pequeñas; Chateaubriand y Claudel pertenecen al segundo, son escritores panorámicos.

Por otro lado, conside­ra que Paul Valéry y An­dré Breton cubren prácti­camente todo el espacio literario de su tiempo. 

Consigna algunos de sus trucos compositivos: «el ritmo sigue siendo de importancia capital y el control del todo sobre las partes. Unicamente procuro, cuando cambio una palabra, sustituirla por otra más concreta, este uso siempre me ha resultado rentable. Las palabras abstractas son los ripios del vocabulario y nuestra época hace un uso abusivo de ellas».

Sutiles consideraciones propias de alguien que sabe de lo que habla: «un sentido táctil de la palabra, de sus armónicos y de sus correspondencias ocultas de eso que yo llamo 'vínculos enterrados'. Aquello a lo que denominamos el eco o resonancia de las palabras entre sí.

En otra ocasión señala que los personajes de sus novelas siempre están de vacaciones o bien se han ido a la guerra, rara modalidad de vacación.

Uno de los temas que lo tuvo fascinado a lo largo de su vida literaria fue el Grial, a resultas de su pasión por la música de Wagner. El Grial es una piedra milagrosa que da de comer, aporta alimentos y cura heridas. «El Grial existe, está oculto en algún lugar concreto donde se le puede descubrir y eso es lo que literariamente resulta fascinante».

A propósito de su pasión, advierte que aunque desprovisto de creencias religiosas, «sigo siendo, por inconsecuencias que no acabo de explicar, extremadamente sensible a todas las formas que pueda revestir lo sagrado».

Para ilustrar la relación entre ficción y realidad, vida cotidiana y novela, Gracq, en una de las entrevistas, emplea este esclarecedor y afortunado símil: «una gran novela no era la vida pero se le parecía, en la medida, a la vez muy importante y muy incompleta, en que una campana se parece a un caldero. Es decir, la misma apariencia pero una se utiliza únicamente para satisfacer exigencias prácticas de la vida, y la otra para producir sonidos».

La traducción de estas entrevistas, excelente y documentada, ha estado a cargo de Manuel Arranz.





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