Botonera

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1.12.22

II. "FRANÇOIS TRUFFAUT. LA LECCIÓN DE CINE", Bernard Bastide (ed.), Valencia: Shangrila, 2022



Prólogo
UN CINEASTA FRENTE A LA CÁMARA

BERNARD BASTIDE


François Truffaut


¿Qué pasa cuando un ex-crítico de cine se presta a ser entrevistado por tres cinéfilos dispuestos a ponerlo contra las cuerdas? ¿Cuando un gran cineasta en activo se encuentra al otro lado de la cámara y accede a reflexionar sobre su obra (casi) completa?

En julio de 1981, François Truffaut, con cuarenta y nueve años, experiodista de cine, con veintiuna películas y contando, responde a las preguntas de Jean Collet y de Jêrome Prieur ante la cámara de José María Berzosa. Con la confianza que le proporciona la amistad que lo une al primero, visiona y luego comenta extractos de todas sus películas. Hace recapitulación, sobre la marcha, de «su propio trabajo con una lucidez escrupulosa, como si se tratase de la película de otro. Juzga lo que sucede en pantalla como si fuese el espectador, sin recrearse en teorías ni ideas generales que al público ni le van ni le vienen» [1], cuenta Collet. Esta magistral Lección de cine consagrada a François Truffaut se emitirá por TF1 en 1983, dividida en dos partes. Lo que les proponemos descubrir en la presente obra es su versión larga.

1. Collet, Jean, «La Leçon de cinéma: François Truffaut», dosier de prensa, 1983.

En el origen del proyecto encontramos a Jean Collet. En 1981, el periodista, ensayista y futuro profesor universitario es, sin duda, una de las personas que mejor conoce la obra cinematográfica de François Truffaut. Le lleva dedicando desde principios de los años sesenta numerosos artículos, ensayos y entrevistas, repartidos entre diversas publicaciones, desde Cahiers du cinéma hasta Télérama. En 1976 fue el primero en defender una tesis doctoral, inspirada por la semiología de Roland Barthes, publicada luego bajo el título Le Cinéma de François Truffaut (Lherminier, 1977). Tras la muerte de Truffaut en 1984, escribirá una nueva monografía, auténtica «introducción al cine de Truffaut y a todas sus películas» [2], que aparecerá bajo el sencillo título de François Truffaut (Lherminier, 1985).

2. Collet, Jean, y Roger, Philippe (eds.), Après le film, Lyon: Aléas, 1999, p.28.

Pero antes de convertirse en un especialista en el cineasta, Collet fue un admirador de quien por entonces era un periodista cinéfilo. Más concretamente, de la persona que, durante los años cincuenta, con sus colegas de Cahiers du cinéma (Chabrol, Rivette, Rohmer, etcétera) «inventó el ritual periodístico de las entrevistas con cineastas». [3] Un ritual que alcanzó su apogeo con la publicación de El cine según Hitchcock (Robert Laffont, 1966), compuesto a partir de largas conversaciones con el maestro del suspense. «El asunto que tratan estos diálogos no es el de un hipotético mensaje de Hitchcock, sino el de un saber hacer. Truffaut nunca pregunta: ¿qué quería decir?, sino: ¿qué quería hacer?, y: ¿cómo lo hizo?» [4], escribirá Collet.

3. Collet, Jean, «Une affaire de morale», en Jean-Luc Douin (ed.), La Nouvelle Vague 25 ans après, París: Éditions du Cerf, 1983, p.46.

4. Ibid.

La dimensión matricial de esta obra, traducida en todo el mundo, va a inspirar a numerosos periodistas e historiadores del cine. A finales de 1977, Collet manda a Truffaut la propuesta —declinada de inmediato— de realizar con él un libro de entrevistas. [5] Unos años más tarde, en 1980, cuando acaban de ascenderlo a consejero del presidente del Instituto Nacional del Audiovisual [6] en materia de programas, Jean Collet reanuda su proyecto inicial adaptándolo al medio audiovisual. «El INA acababa de producir una serie de programas [de Mildred Clary] titulada La Leçon de musique, sobre la creación musical. Con la complicidad de Jérôme Prieur, crítico en la Nouvelle revue française (NRF) y brillante cinéfilo ya con un pie en el INA [7], propuse La lección de cine: una serie de programas de una hora, dedicados cada uno a alguien que trabajase haciendo películas (directores, actores, guionistas, operadores, montadores, técnicos, etcétera) […]. Era más que legítimo pedirle al propio Truffaut que lo inaugurase, ocupando esta vez el lugar de Hitchcock frente a nuestras preguntas». [8]

5. Carta de Jean Collet a François Truffaut, 31 de diciembre de 1977, y respuesta de François Truffaut, 6 de enero de 1978, colección La Cinémathèque française/Fondo François Truffaut.

6. Gabriel de Broglie, presidente del INA de 1979 a 1981.

7. En realidad, por estas fechas, Jérôme Prieur llevaba trabajando a jornada completa en el INA cuatro o cinco años. Estaba, por entonces, a punto de publicar, Nuits blanches, essais sur le cinéma (Gallimard, 1980).

8. Collet, Jean, «Lektion in Kino», prefacio a Monsieur Truffaut, wie haben Sied as gemacht?, Colonia: Koln, 1991, edición alemana de La lección de cine.



UN MODELO FAMOSO

En esta ocasión, Collet se inspira en otro modelo famoso: la serie televisiva de Janine Bazin y André S. Labarthe, Cinéastes de notre temps (1964-1972), que inventó la exégesis cinematográfica en la televisión. Sin duda, en honor a André Bazin (su padre espiritual), François Truffaut participará de buen grado en dos emisiones de la serie, François Truffaut ou l’Esprit Critique (1965) y François Truffaut, dix ans dix films (1970), ambos realizados por un crítico al que conoce y aprecia, Jean-Pierre Chartier. [9] «Solo los había visto una vez cuando los emitieron. Tuve ocasión de volver a verlos después de La lección de cine y me di cuenta de que habían influido, sin yo saberlo, en la selección de extractos de películas que le presentamos a François Truffaut» [10], confiará Collet. El contexto de producción de La lección de cine es, por lo que a él respecta, un tanto particular. Se trata de una producción del INA, pero destinado a una emisión en TF1. ¿A qué se debía semejante «alianza»? En 1974, tras la supresión del ORTF [Oficina de Radiodifusión y Televisión Francesa], al INA se le confiaron tres grandes misiones que desde aquel momento dejaban de ser competencia de las tres cadenas de televisión: la conservación de los archivos, la formación profesional, así como la creación e investigación audiovisual. El antiguo Servicio de investigación de la Radio Télévision Française, creado por Pierre Schaeffer, fue absorbido por el INA. Mientras que un sector se encargaba de producir libremente, a título propio, programas denominados «específicos» que las cadenas tenían la obligación de emitir, Claude Guisard, su codirector, fue el encargado de producir (con un total estipulado de otras treinta horas semanales) programas de creación e investigación «encargadas» y financiadas en este caso por las tres cadenas de la televisión pública. [11] La lección de cine, se inscribe en este segundo marco. En 1980, Truffaut da su consentimiento al rodaje de La lección de cine, un programa de 52 minutos de entrevista, ilustrado con extractos de sus películas. Pero ¿a qué realizador se le puede confiar la puesta en escena? «Nos pareció que Truffaut estaría más a gusto si lo escogía él mismo. Y, en efecto, fue él quién sugirió a José María Berzosa» [12], escribe Collet. Por una razón sorprendente. Berzosa, uno de los grandes autores de documentales en la televisión francesa en los años setenta, acababa de hacer cuatro películas sobre el Chile de los coroneles, Chili impressions. [13] Consiguió entrevistarse con los dirigentes de la junta y obtuvo así el único retrato televisado en Francia del general Pinochet […]. Truffaut los había visto y le habían gustado. Me contó, medio en serio, medio en broma: «Si Berzosa ha sabido hacer hablar a Pinochet, logrará hacerme decir algo a mí…». [14]

9. Pseudónimo de Jean-Louis Tallenay (1919-1978), cofundador de Radio-Cinéma-Télévision, antepasada de Télérama, con quien colaboró Truffaut entre 1953 y 1954.

10. Collet, Jean, «Lektion in Kino», op. cit.

11. Conversación del autor con Claude Guisard, director de programas de creación e investigación del INA (1974-1999), 10 diciembre de 2020.

12. Realizador de televisión español emigrado a Francia (1928-2018).

13. Los títulos de las cuatro partes se titulan: «El señor presidente», «El paraíso de los generales», «Viaje al extremo de la derecha», «Los bomberos de Santiago».

14. Collet, Jean, «Lektion in Kino», op. cit.

A principios de 1981, el triunfo de El último metro y sus doce nominaciones a los César lo cambian todo de repente. «No puedo hacer un programa sobre mi trabajo en este momento, escribe Truffaut a Collet. Tengo que hacer que los medios de comunicación me olviden y no aparecer en televisión hasta 1982». [15] Al mes siguiente, Collet vuelve a la carga y esta vez logra salirse con la suya. Truffaut acepta que cuenten con él después del rodaje, entre abril y mayo, de su nueva película, La mujer de al lado. «De modo que confiamos en que podrán ustedes emitir entre el 15 de junio y finales de julio […]. No es necesario que se programe durante el mes del estreno de la película. [16] Para que no parezca una cosa promocional, podemos planear su emisión más entrado el año». [17]

15. Carta del 9 de enero de 1981, colección La Cinémathèque française/Fondo François Truffaut.

16. La mujer de al lado, que se estrenará en salas el 30 de septiembre de 1981.

17. Carta de François Truffaut a Jean Collet, 26 de febrero de 1981, colección La Cinémathèque française/Fondo François Truffaut.

Para sorpresa de todos, el latino Berzosa va a optar por una puesta en escena un tanto austera. «Con una probidad y una modestia poco habituales, decidió filmar a Truffaut sin el mas mínimo efecto de puesta en escena. Estaría en una sala de proyecciones auténtica, sentado en una butaca, solo ante las películas. Solo tendría un plano fijo, lo suficientemente amplio como para estar cómodo, siempre el mismo. Ni zoom, ni contraplano. Nuestras preguntas aparecerían como voz en off. No se nos vería» [18], cuenta Collet. Por otro lado, los tres colaboradores del programa tendrían libertad para hacer sucesivas preguntas adicionales fuera de cámara.

18. Collet, Jean, «Lektion in Kino», op. cit.

El 10 de mayo de 1981, François Mitterrand fue elegido presidente de la República, dando pie enseguida al sempiterno baile de presidentes de cadenas televisivas. Poco después, Truffaut escribe a Collet: «Ya estoy de vuelta en París, La mujer de al lado rodada, con dos actores magníficos. Si su/nuestro proyecto televisivo sigue en pie bajo la nueva presidencia de la República, estoy a su disposición». [19]

19. Carta de François Truffaut a Jean Collet, 25 de mayo de 1981, colección La Cinémathèque française/Fondo François Truffaut.

El rodaje tendrá lugar, finalmente, en julio de 1981, en la sala de proyección del INA, en Bry-sur-Marne, a lo largo de dos días consecutivos. «Lo que nadie había previsto era que Truffaut, cuya salud era ya frágil, acababa de pasar por una intervención quirúrgica dental bastante seria. Con la consciencia profesional que es de todos conocida, se negó a cambiar la fecha de rodaje. Afrontó aquellas dos larguísimas jornadas, aunque sufría tremendamente, y logró que no se le notase» [20], escribe Collet. Además, Truffaut está agotado psicológicamente tras el rodaje de La mujer de al lado, que ha despertado en él el fantasma de una antigua historia de amor jamás cicatrizada.

20. Collet, Jean, «Lektion in Kino», op. cit.


LA ELECCIÓN DE LA SOBRIEDAD

Cuando vemos el programa, lo que choca de entrada es la sobriedad del decorado y la sencillez del dispositivo. Truffaut, con camisa y corbata, sólidamente encajado en el centro de la pantalla, plantado en un inmenso butacón de cuero amarillo, responde sucesivamente a las preguntas de unos interlocutores invisibles o comenta extractos de sus películas sobre la marcha. Había pedido que lo sorprendiesen y no quería saber ante qué extractos lo harían reaccionar. Esta espontaneidad formaba parte del «juego».

Lo que nos impresiona es que Truffaut se esfuerza por contestar en términos de cine a la vez que se niega a adoptar la postura del cineasta omnisciente que vomita una retahíla de verdades absolutas. Al contrario, reflexiona en voz alta, buscando a tientas la fórmula exacta con ayuda de una serie de aproximaciones sucesivas. «No sé… No sabría decirles… Desde luego, habría respondido de otra manera hace cinco años y dentro de otros cinco responderé otra cosa…» Fiel a lo que siempre fue, no teoriza frente a la cámara de Berzosa, sino que analiza y explica con modestia su práctica, revelando poco a poco los principios de su puesta en escena y de su escritura cinematográfica: su gusto por la voz en off (Jules y Jim) y por las «novelas imperfectas» (Tirad sobre el pianista), su rechazo ante los personajes de gánsteres o de los que llevan uniforme (Fahrenheit 451), el placer que encuentra en dirigir a niños (Los cuatrocientos golpes, La piel dura) y en dilatar la temporalidad de la imagen (La piel suave). Evitando deliberadamente el ejercicio de autocomplacencia inherente en este tipo de programas, Truffaut propone una lectura crítica de sus películas: Jules y Jim es resultado de una «aberración», La novia vestía de negro adolece de una «cruel carencia de misterio fotográfico», le «cuesta pensar de manera positiva» de El amor en fuga… Ante La sirena del Misisipi —su ruptura dolorosa con la intérprete principal—, despliega una asombrosa ferocidad que recuerda a sus polémicas en las crónicas de Arts-spectacles. [21] «Esta escena me resulta realmente horrible, espantosa. ¡No, la verdad es que hoy no la haría así! ¡Es todo espantoso!», estalla visionando el primer encuentro entre Louis y Julie tras bajar del barco.

21. Vid. François Truffaut, Bernard Bastide (ed.), Chroniques d’Arts-spectacles 1954-1948, París: Gallimard, 2019.

Acabado el rodaje, Collet se muestra entusiasta. «José María Berzosa le habrá contado lo contentos que estamos con los brutos del programa. He conseguido el compromiso del INA y de TF1 para dos emisiones de una hora. Va a quedar muy bien». [22] Por su parte, Truffaut es mucho más circunspecto. «Me arrepiento de haber aceptado este programa y sobre todo de haber participado en mal estado físico y moral. No quiero visionar los brutos ni leer la transcripción mecanografiada, pero, para cumplir mi promesa, les ayudaré hasta el final» [23], le escribe a Collet.

22. Carta de Jean Collet a François Truffaut, 28 de julio de 1981, colección La Cinémathèque française/Fondo François Truffaut.

23. Carta de François Truffaut a Jean Collet, 5 de agosto de 1981, colección La Cinémathèque française/Fondo François Truffaut.

Truffaut el cineasta deja paso a Truffaut el productor independiente, al cargo de Films du Carrosse, la sociedad que creó muchos años atrás para producir o coproducir sus películas y, en ocasiones, las de cineastas a los que admiraba. Su sociedad es, por tanto, la interlocutora para la complicada negociación de los derechos de los extractos —derechos que representan una parte no desdeñable del presupuesto de una película documental sobre el cine—. Consciente de la apuesta económica, Truffaut demostrará firmeza. «No pienso transigir con el precio estipulado de 5000 francos por minuto, ni siquiera para aquellas películas mías de las que tengo los derechos, porque los generosos beneficios de Carrosse son elevados y esta política de extractos correctamente distribuidos forma parte de la lucha cine-televisión». [24] En cuanto al resto de extractos, la negociación se prolongará durante largos meses, dado que se debe tratar directamente con las empresas norteamericanas que detentan los derechos de algunas de sus películas y suscitar a veces la irritación del Truffaut autor y realizador. «Mando una cartita a la Columbia a fin de pedir autorización para Una chica tan decente como yo (1 minuto 31 segundos). En cambio, para La noche americana, no puedo pedir 5’59” (¡por no decir 6 minutos!), porque estoy casi seguro de su negativa». [25]

24. Ibid.
25. Carta de François Truffaut a Jean Collet, 5 de febrero de 1983, colección La Cinémathèque française/Fondo François Truffaut.

«A principios de septiembre [1982], podrá usted ver, por fin, el resultado de nuestras sesiones de tortura», le escribe Berzosa a Truffaut. [26] En realidad, habrá que esperar a diciembre para que la mezcla esté acabada. «La semana pasada pude ver por fin las dos emisiones de televisión de Berzosa, que vamos a confiar a TF1. Lamento que el INA, en medio de los sobresaltos del “cambio”, no haya permitido difundir estas emisiones con mayor celeridad […]. Podrá verlas cuando guste, ya sea a partir de la cinta de vídeo original (dos pulgadas) en Bry, o en una copia de vídeo ¾ (la calidad no es excelente, pero a lo mejor le supone menos molestia)» [27], escribe Collet a Truffaut. Pretextando que «no encuentra el momento de ver el programa» [28], Truffaut posterga la cosa. En abril de 1983 —un mes antes de su emisión pública—, se decide por fin a visionar en su despacho la copia en vídeo del programa. Contra todo pronóstico, lo invade el entusiasmo. «Mil disculpas a) por mi escepticismo, b) por mi tardanza a la hora de visionar La lección de cine. El programa es excelente, el trabajo de Berzosa es muy bueno, la elección de los extractos está bien y no se nota que me estaba recuperando de una operación de encías; ¡por momentos, incluso he tenido la impresión de ser simpático e inteligente!». [29]

26. Carta de José María Berzosa a François Truffaut, 21 de agosto de 1982, colección La Cinémathèque française/Fondo François Truffaut.

27. Carta de Jean Collet a François Truffaut, 14 de diciembre de 1982, colección La Cinémathèque française/Fondo François Truffaut.

28. Carta de François Truffaut a Jean Collet, 5 de febrero de 1983, colección La Cinémathèque française/Fondo François Truffaut.

29. Carta de François Truffaut a Jean Collet, 5 de abril de 1983, colección La Cinémathèque française/Fondo François Truffaut.

¿Cómo explicar este repentino cambio de opinión? «Tras el rodaje, Truffaut debió de quedar convencido de que no había estado a la altura. Le daba miedo verse y postergó el momento. Cuando superó esa prueba, tuvo la honestidad de decir, como siempre, lo que pensaba, y de reconocer que sus temores eran exagerados» [30], cuenta Collet.

30. Collet, Jean, «Lektion in Kino», op. cit.


UNA EMISIÓN TARDÍA

Casi dos años después del rodaje, el proyecto toca a su fin. «TF1, que tenía que emitir La lección de cine, se mostró reticente, como con cada producción del INA, que considera, a priori, demasiado intelectual. Finalmente, se programó para el 5 y el 12 de mayo de 1983 —en pleno festival de Cannes— a las 22:15» [31], cuenta Collet. Cada parte lleva por título una cita de Truffaut: la primera parte, desde Los mocosos (1958) hasta Una chica tan decente como yo (1972), se titula «No quiero volver a ver mis películas». La segunda, desde (1973) hasta La mujer de al lado (1981), «Solo puedo ver mis películas a partir de La noche americana». La primera parte sumará un 6,7% de audiencia, la segunda, un 3,3%.

31. Ibid.

En cuanto a la prensa, no escatima en elogios. Para Gilbert Salachas, «no es —¡por suerte!— una lección de cine en el sentido didáctico del término. François Truffaut habla de su trabajo como un artesano. Siempre claro, siempre inteligente, y posee ese don de la simpatía y la comunicación tan raro en televisión». [32] Para Bernard Le Saux, «la lección del profesor Truffaut se nos antoja un poco austera en un primer momento. Sin embargo, sin darnos cuenta […], acabamos dejándonos llevar por el encanto, como mecidos por esa leve música de cámara que evoca irresistiblemente su obra». [33] Solo algunos guardianes del templo truffautiano, como Jérôme Tonnerre, transmitirán sus reservas, sobre todo a propósito de la elección de Jean Collet. «La agudeza de su libro Le Cinéma de François Truffaut (Lherminier, 1977) sigue siendo incomparable. Es precisamente por este motivo por lo que Collet no era, probablemente, el interlocutor ideal. Se conforma aquí con recorrer a zancadas las grandes avenidas. La elección de un entrevistador más “cándido”, como Bernard Pivot, por ejemplo, seguramente habría llevado al descubrimiento de pistas vírgenes, de impases secretos». [34]

32. «La Leçon de cinéma de Truffaut»: dosier fijado por Gilbert Salachas, Télérama, 4 de mayo de 1983.

33. Le Saux, Bernard, «La Leçon du Professeur Truffaut», Les Nouvelles littéraires, 5 de mayo de 1983.

34. Tonnerre, Jérôme, Cinématographe n° 89, mayo de 1983, p.77. El autor, en adelante guionista, coincidió con Truffaut a los quince años y cuenta su relación de amistad con el cineasta en Le Petit Voisin (Calmann-Lévy, 1999).

Respaldados por el éxito de crítica, los autores esperaban que a esta primera Lección de cine la seguirían muchas otras. ¡Qué equivocados estaban! «El único que se sumó a Truffaut fue Néstor Almendros. [35] Tanto TF1 como el INA abandonaron. En su descargo hay que decir que la presentación de extractos de películas en televisión era cara». [36]

35. La Leçon de cinéma de Nestor Almendros se emitió en TF1 el 25 de mayo de 1983 a las 22:05h.

36. Collet, Jean, «Lektion in Kino», op. cit.

En 1984, la desaparición repentina de François Truffaut iba a conferir una dimensión testamentaria a esta Lección de cine, sin equivalente en la prensa escrita o en la edición. A falta de reposiciones [37] o de edición en DVD —imposibles debido al coste demasiado elevado de los extractos cinematográficos—, el programa audiovisual se metamorfoseó rápidamente en libro, último corte de mangas de la «galaxia Gutenberg». En los archivos de la producción, una nota manuscrita indicaba: «Enviar el guion (transcrito) a estas dos personas: Robert Fischer (Múnich) y Luigi Sponzili (Milán)». El primero es el traductor habitual de los libros de Truffaut al alemán, el segundo el director editorial de las ediciones italianas Mondadori. Solo Robert Fischer consiguió llevar a buen puerto el proyecto. Editó, bajo el título de Monsieur Truffaut, wie haben Sie das gemach? [38], un tomo soberbio que contenía una transcripción de la totalidad del texto de François Truffaut, con un prefacio original de Jean Collet.

37. Con la excepción notoria de una versión corta, subtitulada en inglés, de una duración de 55 minutos, emitida en la cadena cultural inglesa Channel 4 en 1989.

38. Literalmente: Señor Truffaut, ¿cómo lo ha hecho? El título parodia el título alemán de Hitchcock/Truffaut, Mr. Hitchcock, wie haben Sie das gemacht? Posteriormente, aparecerá una edición de bolsillo en Wilhelm Heyne Verlag, en 1993.

Casi veinte años más tarde, y a pesar de varias tentativas, seguíamos sin contar con una edición francesa. En mayo de 2020, en medio de la preparación de una correspondencia literaria de François Truffaut, inicié correspondencia con Jérôme Prieur. A la respuesta de un correo, rememora esta Lección de cine de la que fue uno de los artífices y es hoy único superviviente. Gracias a él, tuvimos rápido acceso al mecanoscrito original de 230 páginas, confiado al IMEC [Institut Mémoires de l’édition contemporaine], que contiene la transcripción automática integral de las revistas, un material mucho más largo y detallado que el montaje de sesenta y cuatro y cincuenta y siete minutos emitido en televisión. Este material, al que hemos dado forma para dotar de una mayor fluidez a la lectura —aunque siempre respetando la cadencia, el ritmo y el pensamiento del cineasta— es el que les proponemos descubrir hoy. En un momento en que la obra de Truffaut goza de un merecido pico de interés en el mundo editorial como no se había dado desde después de su fallecimiento (aparición de libros y cofres de DVD, emisión en Netflix, etcétera), esta Lección de cine se presenta como un tratamiento rejuvenecedor, una vuelta a las fuentes de la luminosa palabra truffautiana.

Agosto-septiembre de 2021






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