COORDINADOR: AGUSTÍN RUBIO ALCOVER
LOS DIGNOS HIJOS DE PERICO BELTRÁN
SÁNCHEZ-MARÍN, Juan Carlos; PICATOSTE VERDEJO, Jordi, Conversaciones con guionistas y directores del siglo XXI, Barcelona: Fundación
Taller de Guionistas, 2011
Taller de Guionistas, 2011
POR AGUSTÍN RUBIO ALCOVER
Universitat Jaume I (Castellón)
LOS DIGNOS HIJOS DE PERICO BELTRÁN
Hace
quince años, Esteve Riambau y Casimiro Torreiro publicaron con Cátedra y
Filmoteca Española un censo de guionistas del cine español que sigue siendo la
mejor obra de referencia al respecto. En él, a modo de cita inaugural/lema,
escogieron la siguiente cita de Pedro Beltrán, el autor del guión de la
inolvidable El extraño viaje
(Fernando Fernán Gómez, 1964):
“Para
ser guionista en España hacer falta tener la humildad de Francisco de Asís, la
capacidad de soportar el hambre de Gandhi, el sentido del honor de un hidalgo y
una familia con dinero que te mantenga este hobby”.
Las entrevistas que
contiene este volumen, que se ocupa de la generación actual de guionistas y
guionistas-directores (que sería una fórmula más ajustada al contenido que la
del título), refrendan la lucidez de la sentencia de Beltrán, que merecería
figurar con letras de oro entre las mejores frases de la historia en torno al cine
español, en lugar del pentagrama de Bardem. Si así fuera, otro gallo nos
cantaría.
Pero vayamos al grano: el
libro ha sido editado por una fundación, emanada de la productora Rodar y
Rodar, que organiza Máster en Guion en Cine y Televisión en colaboración con el
IL3 de la Universitat de Barcelona. Como tal, tiene una orientación pragmática
y prescriptiva, antes que teórica, historizadora o académica en general, si
bien resulta altamente interesante a efectos de profundizar en el conocimiento
y la reflexión en torno a nuestra cinematografía contemporánea, para establecer
comparaciones y paralelismos con el pasado, no solo en lo tocante a la esfera
de la escritura, sino también a parcelas como la dirección y la producción.
Comparten las páginas del
libro, en uno de sus mayores aciertos, personalidades en los polos opuestos del
espectro: del fantaterror de Jaume Balagueró al cine coral de urbanitas
alienados de Cesc Gay; del documental extraterrestre de Daniel V. Villamediana
a la entente entre una directora feminista y un veterano como el tántem Judit
Colell y Jordi Cadena; de las parejas en la vida real (Isaki Lacuesta e Isa
Campo, o Javier Rebollo y Lola Mayo) a las profesionales (Mar Coll y Valentina
Viso)… Abundan los directores noveles, con solo su opera prima o a lo sumo tres de experiencias, catalanes unos (Xavi
Puebla, Agustí Vila), mesetarios otros (Juan Cavestany, Eduardo
Chapero-Jackson, Daniel Sánchez Arévalo, Jorge Sánchez Cabezudo), y algún vasco
(Pedro Aguilera).
En tanto en cuanto el
trabajo consiste en conversaciones fundamentalmente organizadas aprovechando
clases y charlas docentes al centro mencionado más arriba, hay un claro
escoramiento hacia el ámbito catalanohablante. No se trata tanto de barrer para
casa como de una consecuencia de la política organizativa que actualmente
impera en la universidad y aledaños (agravada, claro está, por los recortes de
los fondos asignados a sufragar las propias sesiones, desplazamientos, dietas y
demás). Vaya, a este respecto, un abrazo, de agradecimiento, respeto y
solidaridad, por parte de quien también sufre la dedicación a gestionar asuntos
similares, y conoce bien lo engorroso, estresante y deslucido de la tarea. Por
ello, en lugar de cargar en el debe esta desproporción, apuntaremos en el haber
el mérito de haber contado con el vasco Diego San José, firmante de Pagafantas (2009) y de No controles (2010), o del madrileño
David Serrano (gozoso anatema bis: ¡guionistas de comedias populares!); de una
Claudia Llosa, cuyo acento sudamericano desafina; o de una consultora de
guiones, Ana Sanz Magallón (en este caso, con mejor voluntad que resultados,
porque la idea apenas se concreta debido a la brevedad y superficialidad de la
entrevista).
No faltan jugosos
cotilleos, como el de la difícil relación entre Agustí Vila y Emma Suárez; las
filias y fobias en las que, en la medida en que coinciden autores
presumiblemente antagónicos, revelan acuerdos generacionales muy sintomáticos,
como el culto a Milan Kundera y al Tristam
Shandy de Sterne; las expresiones por las cuales los entrevistados definen
un statu quo y se autorretratan, como
es el caso de la reiterada mención, más bien despectiva, por parte de Javier
Rebollo y Lola Mayo del “guion para la administración”; la coincidencia en la
imposibilidad de ser guionista en España, aunque por razones diversas
(autorales: como un todo irrenunciable con la realización; materiales,
económicas e industriales, oséase, por miseria; o metafísicas) y algún
irritante y triste tópico institucionalizado, del que, para no cabrearnos,
desviarnos y alargarnos más de la cuenta nos ahorraremos mencionar… nada más
que la punta del iceberg: la execración de los manuales de que se nutre la
práctica totalidad de profesionales que se dedican tanto a la escritura como a
la enseñanza del guión, como los de Syd Field o los de Robert McKee, se antoja
a quien suscribe propio de mediocres, envidiosos o desagradecidos; pero que
Jonás Trueba, que como él mismo reconoce se ha beneficiado, con Plot, de los
pingües beneficios que ha reportado el primero, lo descalifique; o que Sergio
G. Sánchez, el firmante de El orfanato
(2007), execre al segundo, representa
más o menos lo que el infausto blockbuster
de Bayona: el acabóse.
Algún reseñista se ha
quejado por las faltas de ortografía y las deficiencias de las transcripciones.
En efecto, hay las unas y lo son las otras, pero es justo reconocer que las
erratas se encuentran, sobre todo, en un par de entrevistas, ubicadas en el
último tramo.
No controles, David Serrano