Botonera

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23.3.14

XII. NARRATIVAS [MÍNIMAS] AUDIOVISUALES, Eduardo José Marcos Camilo / Francisco Javier Gómez-Tarín (Coords.), [Encuadre] libros 2, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2014.




Terciopelo azul, David Lynch, 1986



Son tiempos estos de impaciencias, de apresuramientos. Se impone una cierta poética del atajo, a menudo espoleada por los buenismos de los cantos de sirena de la era tecnológica. De esa cacareada —y optimista— democratización que permite el vertiginoso avance de la digitalización y las facilidades del aquí y ahora. No es pretensión aquí avivar el fuego de viejas —que no superadas— controversias entre apocalípticos e integrados ni tampoco llamar la atención de aquel cogito interruptus que ya anticipaba Eco acerca de ese «crítico que percibía un mundo lleno de presagios» pero es que quizá presagio sea la palabra clave del texto que arranca con estas líneas. Explicaremos por qué.

Esas prisas que se hacinan en el seno de nuestra cultura provocan con demasiada asiduidad un cierto desprecio por el detalle que habita los márgenes. El texto, por desgracia, no sortea esta tara y, a menudo, resulta una reivindicación cuasi excéntrica defender desde la reflexión teórica del academicismo el valor de detenerse, de acercarse, de
analizar. En el texto audiovisual se hallan todavía más si cabe mayores ajetreos. El goce escópico es un vicio de nuestra era y se confunde con grave ligereza —curioso oxímoron— la comodidad de ver con el placer de mirar. Las películas ya no se ven, se tienen. Se acumulan títulos, épocas, géneros, cineastas y obras en paquetes de unos y ceros que con suerte serán vistos desplazando puntualmente la barra de tiempo del reproductor multimedia para abreviar el tiempo de visionado, echándole un vistazo por encima, como esas lecturas “en diagonal” de los textos escritos que apenas nos dicen nada: apesadumbradas, murmuran. Esas mismas urgencias con las que el personal de limpieza te invita —con mayor o menor educación— a abandonar la sala de cine en el “rodillo” de créditos finales esputando sin reparo «que la película ya ha acabado». Lo mismo que ese acomodador que te informa en un alarde de penalizable ingenuidad que «la película aún no ha empezado» porque todavía va por los «cartelitos del principio». Las historias están ahí fuera, en todas partes. Todo texto reclama interpretación. Todo. Sólo hay que armarse, como hacía James Stewart en La ventana indiscreta (Rear Window, Alfred Hitchcock, 1954), con un buen objetivo camarográfico en forma de curiosidad y paciencia. Y fijarse bien… (...)



ESCRIBIR LO QUE NO SE LEERÁ O LOS
PROLEGÓMENOS DEL STRIPSEASE DE LA BAILARINA DE CABARET
Iván Bort Gual







NARRATIVAS
[MÍNIMAS] AUDIOVISUALES
Coordinación
Eduardo José Marcos Camilo / Fco. Javier Gómez Tarín


[Encuadre] libros 2
17x23cm. - 368 páginas
ISBN: 978-84-941753-6-7
PVP: 22.00 euros