Botonera

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9.9.18

V. "RAINER WERNER FASSBINDER. SOLO QUIERO QUE ME AMEN", Jesús Rodrigo García (coord.), Shangrila 2018





Cambiar de imagen.
Deslizamiento del nazismo en el cine de Fassbinder

Gonzalo de Lucas


Rodaje de Lili Marlen


La célebre frase de Henri Langlois, “con Fassbinder nace el cine alemán de posguerra”, supone una visión profunda de lo que implicó la aparición del cineasta. Es una idea sobre la que reflexionar largamente, porque conlleva también pensar acerca de cómo se construye la relación entre imágenes que compone la Historia del Cine, desde sus formas y no desde sus cronologías. Si algo nos enseña focalizar el cine de Fassbinder en la cuestión del nazismo –que en este ensayo expondremos a partir de las ideas que el cineasta desgranó en sus conversaciones y artículos, y de algunas de sus posiciones estéticas–, es que en su obra se produce una exposición de los deslizamientos invisibles con que el pasado puede penetrar, contaminar y anestesiar lo visible en el presente (como veremos al final, una tensión profunda de imágenes y contra-imágenes, que a través del montaje, en la materia de la película, y en la cabeza del espectador, saca a la luz ciertas asociaciones o correspondencias que han quedado soterradas bajo las inercias formales de una sociedad).  

Serge Daney retomaba la frase de Langlois para señalar que “antes de Fassbinder en Alemania no había más que una sola pregunta, del tipo: ¿cómo hemos podido vivir con esto, la bestia inmunda? Luego de Fassbinder, a causa de él, la pregunta sufrió un insidioso desplazamiento: ¿cómo hemos podido olvidar tan fácilmente?” (Daney, 2004: 142). Para Fassbinder, la reflexión sobre el nazismo era inseparable la reflexión sobre la democracia, la sociedad burguesa, su presente y los cuestionamientos que un individuo puede llegar a efectuarse: “Yo entiendo la democracia más bien como algo que funciona como un caleidoscopio, lo que no significa la revolución permanente sino el movimiento permanente, el permanente cuestionamiento por parte de cada generación. Cuando ahora veo todo ese teatro con Holocausto, ¿por qué tienen que hacer este teatro? ¿Es que acaso han reprimido y olvidado de verdad el asunto? No pueden haberlo olvidado, tenían que tenerlo en la cabeza cuando construyeron su Estado. Si algo tan decisivo ha podido olvidarse o reprimirse es que en esta democracia y en el “modelo alemán” hay algo que no está del todo bien” (Fassbinder, 2002: 180). De forma insistente, el cineasta incidirá en todo aquello que no cambia, y lo hará justamente mostrando a través de que formas, apariencias e imágenes se mantiene sujeta o reprimida toda posibilidad de cambio, y se estabiliza la amnesia: “queríamos mostrar que el nacionalsocialismo no fue una triste coincidencia, sino la consecuencia lógica de los valores de la burguesía alemana. Estos valores han permanecido igual hoy en día” (Fassbinder, 2010: 320) [...]