FRAGMENTO INICIAL DEL CAPÍTULO 6
La biografía de artista en el cine de ficción:
clichés y transgresiones
clichés y transgresiones
1. Reconstruir desde la ficción el proceso creativo
Fig.72 - Reconstrucción del proceso creativo del cuadro La niña enferma (1885-86), desde la sesión con modelos a la presentación pública, en Edvard Munch (Peter Watkins, 1974)
Fig.73 - Film procesual original Jackson Pollock 51 (Hans Namuth, 1951)
y reconstrucción ficcionada en Pollock (Ed Harris, 2000)
Fig.72 - Reconstrucción del proceso creativo del cuadro La niña enferma (1885-86), desde la sesión con modelos a la presentación pública, en Edvard Munch (Peter Watkins, 1974)
El biopic, resume Gisèle Breteau-Skira, “es un género cinematográfico en toda regla que comporta códigos narrativos, obligaciones históricas y estéticas, y estilos de escritura novelesca” (213) El género del biopic –contracción anglosajona de biographical [motion] picture, o film biográfico dramatizado– es quizá el más estudiado en los varios libros dedicados al cine de ficción sobre arte escritos en España. Ortiz y Piqueras le dedicaron un amplio capítulo en su libro La pintura en el cine (1995), Gloria Camarero ha escrito o coordinado libros específicos sobre la materia, como Pintores en el cine (2009) o Vidas de cine. El biopic como género cinematográfico (2011), y existen artículos o capítulos específicos sobre artistas que han sido objeto de atención cinematográfica preferente, como Van Gogh (214) o Goya. (215) En Italia, los biopics sobre artistas han sido estudiados por Antonio Costa, con algunos títulos que exceden el listado habitual, como el caso de películas egipcias o armenias que intentan dialogar visualmente con sus tradiciones pictóricas (216); en Francia, un número especial de la revista CinémAction (nº139, de 2011) estudia los biopics por temas, dedicando un capítulo a los artistas, especialmente músicos (217); y en Reino Unido, Jacobs realiza en un capítulo de su Framing pictures la que es quizá la síntesis más completa escrita hasta ahora sobre la cuestión, con sus raíces teóricas y motivos recurrentes. Existiendo ya suficiente bibliografía en castellano sobre las líneas generales de este tema, mi aproximación tendrá por objeto oponer las claves habituales del género con una serie de transgresiones recientes, que producen hibridaciones del máximo interés.
213. BRETEAU-SKIRA, Gisèle, Peinture et cinéma. Les entretiens de Zéuxis, París: Séguier Éditions, 2010, p.5.
214. Ver BAZÁN DE HUERTA, Moisés, “Vincent Van Gogh y el cine”, en Norba-Arte, XVII, 1997.
215. Ver capítulo “La imagen de Goya en el cine de ficción español”, en CERRATO, Rafael, Cine y pintura, Madrid: Ediciones JC, 2009, p.115 y ss.
216. Capítulo “Biopic” en COSTA, Antonio, Il cinema e le arti visive, op. cit., p.58 y ss.
217. Ver FONTANEL, Rémi (dir.), Biopic: de la réalité à la fiction, CinémAction, n° 139, Condé-sur-Noireau: Charles Corlet, 2011.
En el contexto de este estudio, centrado en el cine de no ficción sobre arte, este acercamiento permite iluminar desde su reverso en la ficción el trabajo del cineasta: en el biopic, las decisiones estéticas que toman los realizadores, guionistas, directores de fotografía o de arte deben construirse ex profeso, artificialmente, allí donde gran parte de dichas decisiones vienen dadas cuando el cineasta de no ficción entra a filmar en el museo o en el taller del artista. De esta manera, al ser pura construcción, estas decisiones están expuestas de tal forma que se pueden aislar y valorar con más claridad. Y no sólo esto: también desde la perspectiva pedagógica que busca cierto tipo de documental sobre arte, muchos films de ficción han reconstruido las distintas técnicas artísticas para el espectador incluso mejor de lo que suelen hacerlo los documentales técnicos, o por supuesto los manuales ilustrados. Me refiero, por ejemplo, a secuencias como la que reconstruye la compleja técnica de la escultura en bronce en el film Cellini: una vita scellerata (1990) de Giacomo Battiato, la creación de drippings en el Pollock (2000) de Ed Harris, o desde luego la reconstrucción del proceso de creación del cuadro de Munch La niña enferma al que dedica gran parte del metraje de su Edvard Munch (1974) el cineasta Peter Watkins. [Fig.72]
2. El biopic: claves de un género
El gran éxito en taquilla del género del biopic ha sido, por lo general, inversamente proporcional a su respeto crítico, que ha recibido escasa consideración académica hasta hace muy pocos años. Este desinterés durante décadas por la forma más popular de cine sobre arte no debería extrañarnos, si atendemos al dato revelador de que la primera teorización consistente del biopic no llegó hasta una fecha tan reciente como 1992, con el estudio pionero de George F. Custen, Bio/Pics: how Hollywood constructed public History. Sobre él, que se limita a la época clásica de Hollywood, se apoyan todos los estudios posteriores, incluido el reciente de Steven Jacobs para el biopic de artista, que es quizá el más completo. Hay sin embargo estudios posteriores sobre el género del biopic que han completado e incluso contradicho algunos de los puntos del estudio de Custen. Ante todo, frente a su afirmación de que este género prácticamente desapareció como tal con el fin de la Era de los Estudios de Hollywood, las últimas investigaciones constatan que las nuevas metamorfosis del modelo, aparte de ciertamente proteiformes, son más numerosas que nunca. Me refiero a artículos escritos desde los Estudios Culturales, como Biopics as Postmodern Mythmaking (2011) de Valentina Cucca, y a libros como Whose Lives are They Anyway?: The Biopic as Contemporary Film Genre (2010), de Dennis P. Bingham. También a la monografía española Vidas de cine: El biopic como género cinematográfico, editada por Gloria Camarero en mayo de 2011, que visibiliza en algunos de sus capítulos algunas de las insólitas formas recientes de biopic de artista, con especial atención al biopic musical. La aportación de Jacobs basada en Custen debe completarse por tanto con estas nuevas fuentes que detectan nuevas posibilidades de reconstrucción de biografías filmadas, que arrojan luz sobre un tipo de film que ya es consciente de su historia como género, y que opera desde las nuevas coordenadas psicológicas, políticas y estéticas de la posmodernidad.
Para su estudio de 1992, George Frederik Custen investigó en los archivos de los Estudios Twentieth Century-Fox, Warner Bros., MGM, y RKO, y también consultó los informes de censura de la Production Code Administration. Su conclusión fue que, a partir de la selección de biografías por los productores y de su uso de ciertas fórmulas, la visión de la Historia transmitida por Hollywood presentaba evidentes taras ideológicas, según las cuales se habían encajado sistemáticamente vidas reales en fórmulas dramáticas de éxito, donde primaba el entretenimiento sobre la veracidad. El estudio de Custen abarcaba la Era de los Estudios (1927-1960) y entendía el biopic como un género cinematográfico ya en desuso, que una vez fue importante, y que en el momento de escribir el libro pervivía marginalmente absorbido por las biografías producidas por y para la televisión. Los estudios posteriores sobre el tema, referidos siempre a esta obra pionera, funcionarán en base a distintas coordenadas teóricas y metodológicas, pero tendrán un punto de partida común: el género del biopic no sólo no terminó con el fin de la era de los Estudios, sino que en las últimas décadas su presencia en las carteleras es mayor que nunca. [Fig.73] [...]
Fig.73 - Film procesual original Jackson Pollock 51 (Hans Namuth, 1951)
y reconstrucción ficcionada en Pollock (Ed Harris, 2000)