Clarice Lispector
Alguien dirá mi nombre
Pensar es un acto. Sentir es un hecho. Los dos juntos son yo que escribo lo que estoy escribiendo.
Escribo porque no tengo nada que hacer en el mundo; estoy de sobra y no hay lugar para mí en la tierra de los hombres.
Sí, pero no hay que olvidar que para escribir no-importa-qué mi material básico es la palabra. Así es que esta historia estará hecha de palabras que se agrupan en frases, y de ellas emana un sentido secreto que va más allá de las palabras y las frases.
Que nadie se engañe, solo consigo la simplicidad con mucho esfuerzo.
Lo que escribo es más que una invención, es obligación mía hablar de esa muchacha, de entre millares de ellas. Es mi deber, aunque sea de arte menor, revelar su vida.
Porque tiene derecho al grito.
Entonces yo grito.
Este libro es un silencio. Este libro es una pregunta.
Mientras tenga preguntas y no tenga respuesta continuaré escribiendo.
Escribo porque no tengo nada que hacer en el mundo; estoy de sobra y no hay lugar para mí en la tierra de los hombres.
Sí, pero no hay que olvidar que para escribir no-importa-qué mi material básico es la palabra. Así es que esta historia estará hecha de palabras que se agrupan en frases, y de ellas emana un sentido secreto que va más allá de las palabras y las frases.
Que nadie se engañe, solo consigo la simplicidad con mucho esfuerzo.
Lo que escribo es más que una invención, es obligación mía hablar de esa muchacha, de entre millares de ellas. Es mi deber, aunque sea de arte menor, revelar su vida.
Porque tiene derecho al grito.
Entonces yo grito.
Este libro es un silencio. Este libro es una pregunta.
Mientras tenga preguntas y no tenga respuesta continuaré escribiendo.
Clarice Lispector, La hora de la estrella