Botonera

--------------------------------------------------------------

28.5.21

VIII. "ISLAS. FUGA Y ABISMO", Mariel Manrique (coord.), Valencia: Shangrila 2021



NO MAN IS AN ISLAND.
TRAVESÍAS POR EL DUELO EN MIDSOMMAR Y EL TERCER DÍA 
Mariana Freijomil
[Fragmento]



El tercer día, “Viernes - El Padre”, 1x1


[...]

¡Oh! -digo- si miráis estos versos
cuando yo esté quizá mezclado con la arcilla,
no repitáis ni aun mi pobre nombre;
permitid, por el contrario, que vuestro amor perezca con mi vida.

William Shakespeare, “Soneto LXXI”, Obras Completas, 
T. II., Madrid: Aguilar, 1978, p.1143. 


Tras su ritual, Sam oye voces en el bosque. Una adolescente y un niño parecen estar jugando con una cuerda que tensan tras colgarla de un árbol. De repente, la muchacha ata la cuerda a su propio cuello y se ahorca. Lo que parecía un juego se transforma en un acto inconcebible e ilógico, que se nos muestra sin cortes y con brusquedad. Sam se abalanza y consigue salvar a la joven, Epona, a la que llevará a su casa situada en la isla de Osea. El niño que estaba ayudando a la presunta suicida ha desaparecido de manera inexplicable pero Sam volverá a verlo en la isla repetidamente. Primero en un sueño de borrachera pero después en el mundo real. Todos sus encuentros presentan una puesta en escena y montaje similar. El protagonista mira el paisaje de la isla desde un plano general y la respuesta es un contraplano, también general, en el que el pequeño lo observa a lo lejos, desde el centro del encuadre. 

La contraposición visual entre ambos sugiere un vínculo fatal. El enigmático muchacho siempre le conduce a lugares abandonados que constituyen el inframundo de la isla, revelando los misterios que guarda tras la aparente afabilidad de los lugareños: un edificio abandonado lleno de restos de sacrificios, una llanura donde tratan de apalearle y una capilla donde encuentra un cadáver. Son lugares impregnados de muerte. Es entonces cuando las imágenes apuntan a la motivación real del protagonista: no persigue la resolución de un misterio sino la imago de su hijo fallecido, proyectándola en otro cuerpo que lo evoca. El muchacho que persigue no solo se le parece físicamente. Al conocer los cultos y sacrificios de Osea, ocupa un lugar simbólico vinculado a lo sagrado, a otro mundo fuera de la realidad tangible, el de los muertos. Porque el ritual privado que Sam ejecutaba en el bosque expresa la incapacidad de separarse del difunto: “No llegamos a verlo. Su cadáver, quiero decir. La corriente lo llevó hacia una presa. Estaba demasiado deteriorado para verlo. Ya sé que está muerto, de eso no hay duda. Pero no cerramos la puerta”, confiesa dolorido. Un muerto sin un cuerpo que permita un rito funerario de carga simbólica real para los vivos nunca se va del todo; no a nivel inconsciente. (4)

4. VAN GENNEP, Arnold, Los ritos de pasoop, cit., pp.204-2012. 



El tercer día, “Viernes - El Padre”, 1x1


En un movimiento afín, la protagonista de Midsommar huye de otra imagen espectral: la de la muerte de su familia. Tras la tragedia, Dani se ve sin una red de apoyo emocional que la acoja, a excepción de su novio, Christian, que se resiste a romper la relación por un profundo sentimiento de culpa. La pareja, junto con otros compañeros de universidad, es invitada a un festival que celebra la llegada del verano en la comuna ancestral de Hårga, en Suecia. 


Midsommar, Ari Aster, 2019


El prólogo de Midsommar contiene la imagen que la protagonista evita enfrentar durante todo el filme: la de los cadáveres de su familia. La apertura sugiere que la mirada de Dani será lo que vertebre todo lo que veremos posteriormente. El primer plano de la protagonista hablando por teléfono con Christian sobre las amenazas de suicidio de su hermana es el de mayor duración de esta introducción. Aparece envuelta en la oscuridad de su apartamento, solo iluminada por la luz fría de la pantalla del teléfono. Nadie le responde desde la casa familiar. Su novio parece cansado de sus problemas. Dani ya está sola antes de la muerte de sus padres. Ya siente el abandono de su pareja. La oscuridad de la noche nevada en la que los alaridos de la protagonista se funden con la banda sonora de los títulos de crédito figura su vacío ante la pérdida, que da inicio al relato de la película. Un relato que nace del miedo al abandono, el que ha sufrido accidentalmente y el que, intuye, sufrirá por parte de Christian [...]





Seguir leyendo: