4.
Remake: El cuatro políptico
No voy a colgar ningún cuadro,
no volveré a colgar ningún cuadro enmarcado.
Quizás me parezca a Robert Ford,
pero yo me siento Jesse James. (70)
Bob Dylan
Todas las creaciones humanas funcionan
bajo el modelo de la duplicación,
de la puesta en representación
de algo existente, es decir, del doble. (71)
Clément Rosset
Como señalamos en la introducción, el cuadro Remake nos sirve a un tiempo de punto de partida, de leitmotiv y, quizás, por qué no, también pueda hacer las veces de conclusión de esta disertación sobre la copia, la repetición, la variación y el remake en la producción cultural surgida en torno a la figura folclórica del bandido Jesse James.
70. “Ain’t gonna hang no picture, / ain’t gonna hang no picture frame. / Well, I might look like Robert Ford, / but I feel just like a Jesse James”. Así bramaba Bob Dylan en el estribillo de la canción “Outlaw Blues”, incluida en el álbum Bringing It All Back Home, de 1965.
71. Rosset, C., El objeto singular, op. cit., p.77.
En todas las películas sobre el tema se representa el final del forajido en un ambiente hogareño y a manos de un miembro de su banda quien, aprovechando un descuido, le dispara por la espalda mientras Jesse James sostiene, quita el polvo o coloca correctamente un pequeño cuadro. Tal como también se señala en la introducción, esta imagen, la de un hombre que muere asesinado frente a una pintura, fue en su día el punto de arranque de todo el proyecto.
El cuadro políptico Remake, perteneciente a la serie Print the legend (72), fue realizado en 2010 por quien firma estas páginas. Consta de dos cuadros ovalados de 170 x 122 cm. cada uno, dos pinturas de 63 x 67 cm., un texto sobre la pared, y un vídeo de 2’ 20” de duración. El resultado formal de la instalación de dichos elementos trata de emular el montaje habitual utilizado en exposiciones didácticas de tipo histórico o científico, donde conviven, por poner un ejemplo, ampliaciones de retratos de personalidades destacadas con material visual de distinta procedencia que es mostrado junto a objetos y documentos significativos, textos destacados y vídeos que sirven de apoyo, facilitan y/o dirigen la lectura. El políptico, por tanto, se presenta como un cuadro sinóptico, donde la acumulación de imágenes, su yuxtaposición, su jerarquización visual y su disposición producen significados imprevisibles. Nos enfrentamos a elementos de entrada independientes y autónomos que semánticamente se concatenan. Se describen a continuación las distintas piezas que componen dicho políptico, de izquierda a derecha y desde la parte superior a la inferior.
72. La serie Print the legend toma su título de la película El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962), específicamente del célebre diálogo que se desarrolla hacia el final del film entre el protagonista y unos periodistas. Tras escuchar la atormentada confesión del senador Stoddard (James Stewart), quien después de toda una vida de impostura niega ser el autor de la gesta que le dio fama y prestigio –matar al pistolero Liberty Valance–, el viejo editor de prensa que recoge atentamente su testimonio, prefiriendo propagar el mito a la realidad de lo sucedido, lo interpela tajantemente: “Cuando la leyenda se convierte en hecho se imprime la leyenda”.
ELEMENTO A
En primer lugar vemos dos cuadros ovalados del mismo tamaño: 170 x 122 cm. El primero es un retrato pintado al óleo sobre lino a partir de la copia de una antigua fotografía manipulada y coloreada a mano, posiblemente con anilinas. Junto a este, otro cuadro de idéntica técnica y proporciones, en el que se reproduce pictóricamente la misma efigie fotográfica, esta vez en escala de grises. La pintura al óleo mimetiza la estética fotográfica, y el blanco de plomo sustituye a las partículas de bromuro de plata en el cuadro en blanco y negro.
En el cuadro pintado en color se reproduce visualmente el efecto de imagen coloreada, pero sin el uso de veladuras, con un resultado doblemente tramposo para el espectador: no se está ni ante una imagen fotográfica intervenida con pintura ni ante una grisalla pictórica iluminada cromáticamente. El retrato fotográfico apropiado, en tres cuartos, como la pintura dictó desde el Renacimiento (73), no se aleja de las representaciones tradicionales de prohombres ilustres: padres fundacionales de las artes o de las armas. De hecho, la fotografía de Jesse James escogida para este cuadro (imagen fechada hacia 1880) podría ser el resultado de un retrato compuesto digitalmente a la manera de Nancy Burson entre un Arthur Rimbaud y un Abraham Lincoln rasurado, en el que la parte superior sería el rostro del primero y la inferior, el del segundo, y en el que la mirada luminosa y la suavidad del perfil contrastaría con la dureza escultural de mandíbula y cuello. La altivez característica del posado de este tipo de retratos es provocada, en esta ocasión, por los primitivos y rígidos dispositivos fotográficos empleados para fijar la cabeza y evitar movimientos indeseados que pudieran desfigurar/desenfocar el resultado. La magnificación del formato –considerable, si como creemos la imagen matriz surge de un daguerrotipo, es decir, de una placa de cristal oscuro de mínimas dimensiones– evoca el primer plano cinematográfico, que, como plantea Jacques Aumont (74), es una interpelación al psiquismo del personaje que invita al espectador a introducirse en un paisaje emocional surgido de la desmesurada ampliación de un rostro.
73. El retrato como género, como modelo definido y repetido, con sus desvíos y consensos.
74. Aumont, J., El rostro en el cine, op. cit., p.103.
Por otra parte, todo retrato sobredimensionado debería alertarnos acerca de la posibilidad, tantas veces corroborada, de que detrás de esa inflada y monumental efigie se oculte la infame cara de un criminal.
ELEMENTO B
Si se continúa con el recorrido de Remake, nos encontramos con otros dos cuadros, de 63 x 67 cm. cada uno, cuya técnica pictórica es la del acrílico blanco sobre tela negra de algodón [...]
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