Botonera

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28.2.23

II. "AL HILO DEL ORIGEN. CRÍTICAS, RESEÑAS, PRÓLOGOS... Y OTROS TEXTOS", Manuel Vidal Estévez, Valencia: Shangrila, 2023



PRESENTACIÓN (completa)

Manuel Vidal Estévez


Este libro es una recopilación, más o menos ordenada, de textos escritos por diferentes motivos, y que aparecieron en distintas revistas especializadas. Buena parte de ellos son reseñas de libros sobre cine. Incluye también unas pocas críticas a películas. Y asimismo algunos comentarios a packs con Dvds. Lo completan además otros textos de diferente índole. Varios son prólogos. Otros se aproximan al ensayo. Al conjunto lo complementan dos textos escritos en memoria a dos amigos fallecidos antes de tiempo. La única excepción es una breve introducción acompañada de entrevista a un director español que publiqué en Blanco y Negro, el dominical de ABC con motivo del estreno de la película 7 días de enero; de entre los trabajos que he hecho para prensa este es el único que he seleccionado. 

Lo que los une, si no a la totalidad, sí a la gran mayoría de ellos, son los distintos modos de apreciar el cine, el cine como experiencia vital que puede conjugarse tanto al ver una película como escribiendo o hablando sobre ella. Independientemente de la curiosidad e interés personal del que participan, o el conocimiento que puedan transmitir, el conjunto funciona como una especie de retrovisor acerca de mi pasado, ya sea respecto al modo de emplear mi tiempo o acerca de los empeños y búsquedas de mi escritura. De esto último especialmente. De ahí su título: Al hilo del origen.

Los orígenes de mi escritura están, en efecto, en mis primeras críticas de películas. He seleccionado algunas de ellas. Se trata de críticas a películas fácilmente visibles ahora a poco que uno se lo proponga. Aunque poco importa que se vean o no. Lo que importa, para mí –y espero que para otros– es la escritura en sí misma, la escritura y su desarrollo. Es solo un ejemplo, pero la diferencia que constato entre el texto escrito sobre Taking Off, de Milos Forman; o el titulado Figuras entre nieve, sobre la película Neige, firmada al alimón por Juliet Berto y Jean-Henri Roger; o el texto sobre la película de Robert Bresson, Un condenado a muerte se ha escapado; o el titulado La importancia del final, ejemplifican lo que digo. Corroborar que la escritura es también un aprendizaje es el mayor provecho que se pueda obtener de la lectura. Creo que a la hora de escribir se está obligado a pensar cómo se escribe. Esta es la única interrogación que de verdad cuenta, no interrogarse tanto sobre lo que voy a decir, aunque también, claro, sino sobre cómo lo digo. Que sea sobre cine, importa poco.

Idéntica preocupación preside, lógicamente, todas las reseñas escritas sobre algunos libros. Aunque aquí debería decir que son la práctica totalidad. En la medida que prácticamente todas obedecen a una elección personal del libro en cuestión contienen, quizá, un plus de información distinto al de la fabricación de la escritura.

Hablan de mi interés por Hollywood, como en la reseña al libro Extraños en el paraíso, de Russell Taylor; así como por algunos cineastas que siendo muy americanos y de Hollywood miran con atención a Europa o a Japón, como es el caso de Paul Schrader, cuyo libro El estilo trascendental: Ozu. Bresson, Dreyer se conoce menos de lo que debiera. 

Y también de mi curiosidad por algún crítico francés que optó por la escritura en vez de perseverar en la dirección de cine, como es el caso de Serge Daney, compañero de generación y que escribió un interesante libro titulado Perseverancia. A él podría sumarle el caso de Slavoj Zizek, que también se planteó ser cineasta –hizo un corto que jamás muestra–, pero optó por la escritura filosófica en la que palpita su condición de cinéfilo empedernido, como bien muestra su libro Lacrima Rerum. Tanto la reseña de este libro de Zizek, como la del de Julio Cabrera, titulado Cine: 100 años de filosofía, delatan mi interés por la relación entre la filosofía y el cine. Y por supuesto dejo también constancia de mi interés por la teoría del cine, que me hizo escribir sobre dos libros de mis colegas y sin embargo amigos, Jesús G. Requena e Imanol Zumalde, interés y curiosidad que incluye también lo publicado por Javier Maqua en su momento, y que Asier Aranzubia, con buen criterio, acercó aún más al presente. 

Solo dos cosas me faltan por resaltar: la primera, referida a los textos que, como prólogos, he escrito acerca de mi colaboración con Carlos Pérez Merinero en diferentes guiones a lo largo de la década de los ochenta, año arriba año abajo; textos muy personales y que remiten a nuestra experiencia del cine en un país al que solo le atrae la autodestrucción; textos publicados debido a David Pérez Merinero, cuyo empeño por reunir en una colección cuanto dejó sin publicar su hermano Carlos hizo que me invitase a escribirlos. La segunda, se refiere a dos textos que tengo especialísimo interés en subrayar, ya que hablan de dos amigos cuya memoria quise, y sigo queriendo, honrar, y lo haré hasta donde ya no pueda; compartieron mi experiencia vital y ahora son parte de la pequeña historia del cine de nuestro atrabiliario país. Ellos son Paco Llinás (1945-2011), a cuyo fallecimiento escribí el texto titulado In memoriam, publicado en la revista Secuencias, y Carlos Pérez Merinero (1945-2012), a quien dediqué el titulado Vivir como un muerto sin necesidad de ser un zombie. Ambos son textos a los que tengo especial estima y agradezco enormemente la posibilidad que me dieron para escribirlos, no en vano abren y cierran la recopilación. El primero lo propició el recuerdo que quiso hacerle la revista Secuencias, dirigida la sazón por Daniel Sánchez Salas. Y el segundo lo escribí con motivo del homenaje impulsado por David Pérez Merinero, que generosamente acogió la biblioteca situada en el Parque del Retiro madrileño y que lleva el nombre de Eugenio Trías.

Eugenio Trías (1942-2013), precisamente, dejó escrito que un libro siempre debe ser la respuesta a una interrogación radical. No digo que no acertase; lo hizo en buena parte de su producción libresca, en especial la filosófica. Lo dijo en la cuarta página de De cine. Aventuras y extravíos, su libro póstumo, una recopilación precisamente de textos sobre cine. En él expuso la respuesta a su interrogación radical. En mi caso, espero que lo que se desprenda del conjunto de textos aquí recopilados, dé a entender con suficiente claridad la mía. 





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