Botonera

--------------------------------------------------------------

22.4.23

y XV. "HARUN FAROCKI. CONTRA LA INDUSTRIA DEL PENSAMIENTO", Pablo Caldera y Juan Gallego Benot (coords.), Valencia: Shangrila, 2023.



PETER WEISS. DIÁLOGOS CON HARUN FAROCKI (1)
[Fragmento inicial]


El proscrito (Der Vogelfreie, 1959)



Febrero de 1980   
 
Sobre Im Namen des Gesetzes [En nombre de la ley, 1956]
 
Peter Weiss: Rodamos la película sobre la prisión juvenil cerca de Uppsala en 1956. Es una producción totalmente independiente, yo trabajaba por entonces como profesor en prisiones y eso me hizo comprometerme mucho con la cuestión de los presos, especialmente los jóvenes. Hans Nordenström y yo nos trasladamos a la cárcel para captar el ambiente de día y de noche. Creo que el rodaje duró cinco o seis días.
 
Harun Farocki: ¿Realmente rodasteis con luz artificial?

1. Publicados en la revista Filmkritik, nº. 278 y nº 294.
 
PW: No, nunca con luz, por eso algunas escenas son también bastante oscuras, y grabamos con la cámara de mano, nunca con trípode, en 35 mm. Grabamos el sonido en su mayor parte sin sincronizar, ya que apenas hay diálogos en la película.
 
HF: Hay un guardia en la prisión que tiene la manía de colocar su cenicero en un cajón. Cuando fuma, abre el cajón, limpia las cenizas, vuelve a cerrar el cajón y da la siguiente calada…
 
PW: Probablemente eso está relacionado con la prohibición de fumar. El guardia tiene derecho a fumar, es un derecho especial, y el cajón expresa el carácter especial de ese derecho. Los delincuentes juveniles sentados allí tras las rejas sufren un severo aislamiento. Son jóvenes de 17 a 19 años.
 
HF: ¿Alguna vez se ve una expulsión o una salida?
 
PW: Los presos trabajan en la granja de al lado, que también está vallada. A los que han demostrado su valía se les permite trabajar en el jardín fuera de la valla principal. Y al lado está el Instituto de Patología de la universidad. De ahí la sucesión de imágenes que se ve al principio: un embrión nacido muerto en primer plano y la prisión de fondo, que, por así decirlo, no está montada. Tiene un efecto simbólico, pero realmente las ventanas del Instituto Patológico se pueden abrir desde la cárcel. 
 
HF: Inmediatamente después se ven imágenes de las plantas del semillero con las que trabajan los presos. Allí, las imágenes del comienzo de la vida se combinan con imágenes de niños mortinatos.
 
PW: Los perros que se ven justo después son los perros guardianes en la jaula de la prisión.
 
HF: En la película hay muchos torsos, sólo cuerpos, la cabeza cortada en el encuadre, como sólo se suele ver en Bresson.
 
PW: Esa era una condición: sólo podíamos rodar sin que apareciera ninguna cara. Se ve una cabeza sólo una vez por detrás.
 
HF: Lo que más llama la atención desde la perspectiva actual es la fuerte ficcionalización. No es un reportaje de la cárcel, es una narración con imágenes de la cárcel, o con imágenes de la condición de presidiario.
 
PW: Experimentado desde dentro, desde el interior de la prisión y sin que haya ningún comentario. El ingenuo intento de cubrir las desnudas paredes del pasillo con papel pintado de flores, que es un derecho de los presos, de colgar sus cuadros, sus fotos, sus fotos obscenas, en la celda. La película es únicamente una representación del interior en el que transcurre su existencia desde la mañana hasta la noche...
 
HF: ¿Dirías también que la película tiene una tendencia a romantizar a los reclusos, o al mundo de la prisión?
 
PW: No creo que sea romántico. Cuando hoy veo la película 25 años después, creo que ya no utilizaría este vertedero al comienzo y al final, donde el prisionero se arrastra y nunca alcanza a subir, este camino de Sísifo que siempre le devuelve abajo. Pero, aparte de eso, lo que experimentamos es en realidad una cotidianidad bastante ordinaria, solo que en un medio que no conocemos y que está completamente apartado de la llamada normalidad, pero que es la normalidad para los que se quedan allí durante meses, años. Lo hemos descrito. También mostramos -algo que por supuesto fue cortado por los censores- la necesidad sexual, que también es muy clara en la escena de la ducha, por ejemplo, donde se ven estos cuerpos masculinos desnudos enjabonándose, y los cuerpos están cubiertos de tatuajes, lo que tiene una fuerte atmósfera vital. Los censores cortaron eso, y más tarde otra escena de masturbación. La escena de la celda al final, donde vemos a un prisionero que han dejado solo después de ese día de verano, mientras afuera es la ceremonia de los estudiantes de Uppsala, que se han graduado y se están poniendo sus gorros blancos suecos; es Midsommar, la fiesta del verano sueco. Algunos presos han vuelto a la celda con un ramo de flores que han recogido fuera. Puedes llamarlo romántico: lo es.

HF: Una bonita luz, aún de noche entra mucha luz en la celda.
 
PW: En las claras noches de verano, imagínate, a los presos les encierran a las siete y están después toda la noche solos. Puedes entender lo mortificante que es esto cuando intentas ponerte en su cuerpo.
 
HF: Un preso fabricó un muñeco de un ahorcado y vosotros lo filmasteis colgando.
 
PW: Sí, de cerillas, un ahorcado, y también hay por ahí una bruja. Aparece entonces la comisión, que viene de visita, entra en una celda y dice: esto se ve bastante lindo. Ya ves, si solo hay una flor en la habitación.
 
HF: Y el preso se sienta en el alféizar de la ventana y mira hacia fuera. En una prisión no hay muchos movimientos y las rutinas están determinadas por muchas cosas. Por ello, cada variación es muy expresiva: cómo se sienta en la mesa o cómo se pone de pie para echar un vistazo.
 
PW: Y nos impresionó de las grabaciones esa extraña mezcla de sadismo y amabilidad en la relación entre los guardias y los chicos. Los guardias vienen con las llaves y todo tintinea, y también les dicen «buenas noches» y el chico desaparece en la celda. Se muestra la inhumanidad, es decir, el comportamiento completamente erróneo de las instituciones hacia los delincuentes juveniles, para los que no tienen otro tipo de castigo que el encarcelamiento. Es de nuevo la relación de los de arriba con los de abajo; los de abajo no tienen rostro, y los de arriba, los guardias, se muestran en primer plano, desde una vista inferior.
 
HF: ¿Y a los presos les apetecía ser filmados?
 
PW: Sí, estaban todos dispuestos, también habrían mostrado sus caras.
 
HF: Y cuando estuvo terminada la película, ¿se exhibió?
 
PW: Estaba por entonces el estudio de cine en la universidad, allí fue proyectada, y después en festivales, y después una distribuidora americana –Cinema 16– se hizo cargo de ella y la exhibió mucho en Estados Unidos, allí la siguen poniendo todavía. Más tarde hice un largometraje experimental, para el que esta película se proyectó como película de apoyo, y estuvo aquí en el cine durante una semana. Hasta hoy no se ha proyectado en televisión. Tampoco nos pagaron nunca por la película. Hoy en día, un pequeño distribuidor la utiliza en Suecia y la muestra en eventos de clubes. También la administración penitenciaria la mostró una vez a los jóvenes guardias… Ahora se ha hecho un documental muy bueno sobre el consumo de drogas en Estocolmo, Ett anständigt liv (Una vida decente, 1979), de Stefan Jarl, y me lo ha dedicado porque dice que mi película sobre la cárcel le inspiró a hacer cine. Así que mi película ha vuelto de nuevo a la vida después de 25 años.
 
[...]




    
Seguir leyendo el texto: