Botonera

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26.10.23

X. "CRIMEN, HUELLA Y REPRESENTACIÓN. ESPACIOS DE VIOLENCIA EN EL IMAGINARIO CULTURAL", Anacleto Ferrer Mas y Jaume Peris Planes (coords.), Valencia: Shangrila, 2023


LA ESMA EN LA LITERATURA: RECUERDO DE LA MUERTE (1984), DE MIGUEL BONASSO

[Fragmento inicial]

Teresa Basile

(Universidad Nacional de La Plata)




Figura 1. Laboratorio de la ExESMA. Fotografía: Vicente Sánchez-Biosca


1. Perspectivas 

Desde las investigaciones sobre la historia reciente, la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio (CCDTyE) más emblemáticos de la Argentina, ha sido exhaustivamente estudiada considerando diversos aspectos que van desde su funcionamiento como maquinaria del poder concentracionario y desaparecedor hasta su conversión en sitio de memoria. (141) En este marco nos preguntamos qué es lo que la literatura puede añadir a estos estudios, y en especial qué es lo que la literatura testimonial, que se acerca a la lógica testimonial y su código veridictivo pero a su vez integra momentos ficcionales y emplea procedimientos literarios, puede agregar. En esta oportunidad vamos a destacar y recorrer dos aspectos en nuestro abordaje del texto elegido, Recuerdo de la muerte (1984), de Miguel Bonasso: la imaginación literaria y su capacidad de representación y metaforización, que abre los conceptos sobre la ESMA hacia una plurisemia y los vincula a otros saberes, y la subjetividad política del autor –que se proyecta en los personajes– (142) desde la que se mira y describe la ESMA dejando de lado perspectivas analíticas (que suelen auto reconocerse) objetivas. En ambas instancias la ESMA se representa como un escenario del terrorismo de Estado y un espacio político particular, respondiendo así a dos demandas del campo intelectual de fines de la dictadura e inicios de la democracia: la denuncia de la maquinaria represiva y el señalamiento de sus instrumentos, lógicas, sujetos y espacios por un lado, y por el otro la necesidad de evaluar, a través de la crítica y la autocrítica, el accionar y la derrota de la izquierda armada (Pozzoni 2012). 

141. Los abundantes trabajos de investigación sobre la ESMA abarcan diversos aspectos. Por un lado se refieren a su funcionamiento durante la dictadura (e incluso antes como «escuela» de formación de los marinos) ya sea focalizando en el ejercicio del poder desaparecedor del CCDTyE o en el proyecto político que el Almirante Emilio Massera puso en práctica (Calveiro [1998] 2001; Feierstein 2015; Feld 2002, 2008, 2010, 2019, 2021; Feld y Franco 2019; Feld y Messina 2014; Feld y Salvi 2021; Fernández Barrio y González Tizón 2020, entre otros). Otra serie de trabajos abordan la ESMA como Espacio de Memoria y Derechos Humanos –con sus diversos edificios a cargo de distintas instituciones públicas, organismos de derechos humanos y asociaciones de la sociedad civil, de nivel local, regional e internacional– y analizan los procesos de configuración de memoria, sus gestores, dispositivos memoriales y actividades involucradas (Pastoriza 2005; Vezzetti 2009; Carnovale 2007; Lorenz 2010; Da Silva Catela 2014; Larralde Armas 2022, etc.). Las dimensiones, los edificios y las extensiones, en el país y en el exterior, que forman parte del CCD es otro aspecto que ha sido tenido en cuenta. Varios de estos y otros aportes también exploran a partir de la ESMA: el terrorismo sexual, las figuras de los represores, las representaciones sobre los militantes desaparecidos, los procesos de emblematización, las políticas de la memoria, las producciones literarias, visuales, fílmicas, testimoniales, fotográficas sobre la ESMA y sus modos de representarla, los Juicios y causas en torno a este CCD, entre otros. 

142. Longoni (2007), Nofal (2009), Pozzoni (2012) y García (2022) analizan las complejidades y ambigüedades del género literario de Recuerdo de la muerte.

Por un lado, Recuerdo de la muerte, uno de los textos más reveladores en las representaciones literarias sobre la ESMA, despliega una serie de imagos que, en términos de José Lezama Lima, son capaces de condensar diversos aspectos significativos del espacio y asimismo configurar una era imaginaria, la del terrorismo de Estado. El centro clandestino aparece como un infierno, un laberinto, mundo invertido o buque fantasma, un laboratorio político, una tertulia, una tienda fantasma o agencia de robo, un espacio para los vínculos «amorosos» / sexuales y una maternidad clandestina. 

Por otro lado, en Recuerdo de la muerte encontramos la mirada desde una subjetividad política a partir de la cual Bonasso se propone explorar las causas de la derrota de la agrupación armada Montoneros, focalizando en la ESMA como un espacio político concentracionario donde convivían leales y traidores a la causa revolucionaria. Junto a la indagación de la derrota, Recuerdo… investiga el designio de Montoneros y para explicar y justificar sus luchas, reconstruye la historia argentina desde la tradición peronista (en ese recorrido por la historia habrá otros terrorismos de Estado que prefiguran a la ESMA). 

A su vez, esta novela testimonial, nos zambulle en la cotidianidad del centro clandestino, nos devuelve las pulsiones que lo atraviesan y las subjetividades que lo habitan, recuperando aquellas particularidades que la ESMA como emblema suele escamotear. La noción de «recuerdo» que consta en el título, más allá de invocar un verso de Quevedo, nos acerca al concepto del Erinnerung (recuerdo) de Walter Benjamin que implica el trabajo individual, la reapropiación personal vinculada a la experiencia (Erfahrung), la mirada particular y previa a la configuración de la memoria (Cifuentes Quiñónez 2018). 


2. La ESMA en sus imágenes

El centro clandestino aparece en Recuerdo de la muerte como un infierno que alude en primer lugar a las prácticas represivas de una extrema violencia –torturas, vejaciones, violaciones, humillaciones, despojos, robos de pertenencias y propiedades, apropiaciones de bebés, vuelos de la muerte, etc.– y en este sentido coincide con el imaginario social más frecuente sobre el terrorismo de Estado en general y sobre los diversos Centros Clandestinos de Detención en Argentina. La estructura de la novela se diagrama desde el tópico del infierno, ya presente en los capítulos: el primero y el tercero remiten al infierno específico de la ESMA (mientras el segundo se refiere a la Quinta de Funes que pertenece al Ejército), bajo los subtítulos “Primera temporada en el infierno”, “Segunda temporada” y “Tercera temporada”. Sin duda, el infierno es su imago principal ya que simboliza además una era imaginaria, la de los años de plomo.

Entrar a la ESMA significaba para el detenido la pérdida de todo derecho de protección por parte del Estado, lo que Giorgio Agamben (2006) define como la «nuda vida», el sometimiento a la violencia radical ejercida por los represores, la corrosión de la identidad subjetiva y el abandono de la esperanza de vida –como reza la inscripción que Dante Alighieri encuentra en la puerta del infierno al iniciar su viaje: Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate. Además, las referencias al Infierno dantesco implican, tal como analizan Fernando Reati (1992) y Emilia Perassi (2019 y 2021), el empleo de recursos simbólicos ante los límites de la lengua testimonial para indagar el mal radical padecido bajo el terrorismo de Estado.

Pero Bonasso no se queda en su mera alusión a este tópico tan reiterado, sino que le otorga espesura al vincularlo al rol de la religión y de la Iglesia cristianas en la historia argentina, en primera instancia, y en segunda instancia, al relacionarlo con la matriz religiosa de ciertas macronarrativas políticas, tanto de la agrupación de la izquierda revolucionaria Montoneros como de la Doctrina de Seguridad Nacional implementada por los militares. 

Bonasso destaca la injerencia de la Iglesia en la autodenominada Revolución Libertadora que derrocó el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón en 1955, un hito de la historia argentina que va a explicar la emergencia de Montoneros en la década de los 70 y que será un antecedente del infierno concentracionario que se desataría a mediados de los años 70. El padre del protagonista Jaime Dri asiste al bombardeo y masacre de Plaza de Mayo, que adquiere las dimensiones de «una versión circunscripta y criolla del Apocalipsis» (31) y se siente «arrojado al caos y a las tinieblas» (36). La complicidad de la Iglesia con los golpes de Estado será una constante en la historia argentina. Como se sabe, cierto sector eclesiástico, hegemónico y mayoritario, no solo daría su apoyo, sino que además colaboraría con el aparato del terrorismo de Estado durante la última dictadura, formaría parte de su infierno. Al imaginario del infierno se añade el de la Inquisición con sus mecanismos de castigo y tortura, y el de las «catacumbas» con su universo subterráneo, oculto, donde se enterraban los muertos y se reunían los perseguidos (104). 


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