Coda
AY, MARILYN
[Fragmento inicial]
Nadie sabía que martirizabas
un colibrí de amor entre los dientes.
Federico García Lorca,
“Gacela del amor imprevisto”, Diván del Tamarit
Parecía
que la hubiera mordido un perro.
Era evidente que la cicatriz
estaba antes de estar.
Ahora se veía. Eso era todo.
Bajo las falsas rosas amarillas,
la cabeza que empuja el pasado,
los párpados que esperan la moneda,
el cuello expuesto al beso y al desgarro,
las plegarias jamás atendidas,
la lluvia en los cristales de los orfanatos.
Esa ternura no podía durar.
Hora de desertar, hora de irse.
Parecía que los dientes
hubieran tironeado sin piedad,
hasta cumplir espléndidamente su tarea.
[...]
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