Botonera

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22.10.25

"PIERRE BERGOUNIOUX / CLAUDE SIMON (A PROPÓSITO DE "LA MUERTE DE BRUNE")

 


Pierre Bergounioux / Claude Simon


Desde sus inicios, la obra de Pierre Bergounioux se inscribe plenamente en lo que Dominique Viart ha denominado “lectura-escritura”. Abundante en citas y comentarios metatextuales y constituida en gran parte por ensayos que atraviesan la historia de la literatura occidental desde Homero hasta Michon pasando por Flaubert y Faulkner, la obra de Bergounioux, coloca, en efecto, “la lectura como centro”, presentándose en primer lugar no como “producción sino [como] recepción”. Lejos de erigir modelos y contra-modelos, y como ha demostrado Laurent Demanze en la senda de Viart,  esta “lectura-escritura” avanza tomando “atajos, a contrapelo del tiempo” en los textos anteriores. Entre los numerosos textos cuyo curso remonta la escritura de Bergounioux y con los que dialoga se cuentan los de Claude Simon, menos visibles quizá que los de Faulkner pero no menos pregnantes, como ya lo han señalado muchos críticos. Bergounioux ha destacado a menudo la importancia que reviste para él la obra del novelista ganador del Nobel, a la que consagró importantes textos críticos, especialmente en su Breviario de literatura y en La invención del presente

En este ensayo, sin embargo, pondré al costado el discurso de Bergounioux sobre Simon para interesarme en una manifestación más discreta o menos explícita de la relación que se establece entre las obras de ambos escritores, no metatextual, esta vez, sino hipertextual. Encontramos esta manifestación en La muerte de Brune, un relato de Bergounioux publicado en 1996, en el centro del cual hay un pastiche de las Geórgicas, una novela de Simon publicada en 1981. En el marco de este dossier sobre el contrapunto en la literatura, intentaré demostrar cómo, a través de este pastiche, Bergounioux propone una doble lectura de la obra simoniana, al poner en juego, precisamente, su escritura contrapuntística. El análisis de las transformaciones que Bergounioux imprime al texto simoniano permitirá estudiar la evolución de esta escritura, de la novela de 1981 al relato de 1996. Veremos cómo la doble lectura propuesta por Bergounioux define esta evolución de manera dinámica, haciendo de la obra de Simon una obra a la vez lejana y contemporánea, un doble estatuto que implica dos definiciones del modelo contrapuntístico. 

En La muerte de Brune, un narrador relata sus recuerdos de infancia, contenidos en el exiguo espacio de una pequeña ciudad de provincia y de su edificio principal, el hotel Labenche, erigido cuatro siglos antes: “Durante una década, el mundo midió cien pasos y yo dejé una buena parte de los siete años siguientes entre las paredes del hotel Renaissance, que era su centro” (p.9). El hotel Labenche es un edificio secular, cuya particularidad es haber preservado intactas las épocas que se sucedieron en él. Penetrar en él, afirma el narrador, es “volver al pasado. No solo al cercano, […] sino a aquel acumulado desde el Renacimiento y que impregnaba la piedra, la penumbra, el aire muerto que allí se respiraba” (p.32). Auténtica “construcción-archivo”, como señalara Élisabeth Nardout-Lafarge, el edificio se presenta como un depósito en el que se apilan  “los bloques compactos de las épocas mal terminadas que lo saturan” (p.88). 

El tiempo se asimila así, en el hotel Labenche, al espacio: es como si la historia recomenzara allí de cero, como si allí “sobrevivieran” las épocas sucesivas, hasta tornar el aire irrespirable y el presente, difícilmente accesible. He empleado el verbo “sobrevivir” deliberadamente, ya que la figuración eminentemente espacial del tiempo a la que procede Bergounioux se asemeja a la historicidad de las imágenes teorizada por Georges Didi-Huberman en Ante el tiempo y La imagen superviviente. Como el fresco de Fra Angelico analizado por Didi-Huberman en la apertura de Ante el tiempo, el hotel Labenche es “un objeto de tiempo complejo, de tiempo impuro”, donde subsisten “huella[s] de vida pasada […], fantasmal”: es un “montaje de tiempos heterogéneos que forman anacronismos”.  [...]


“Escribir en contrapunto, de Claude Simon a Pierre Bergounioux.  Presencia y memoria de las Geórgicas (1981) en La muerte de Brune (1996)”,

Katerine Gosselin, “Littérature”, nº 180, 2015.


Próximamente Claude Simon en Shangrila