Caligrafías 8
Roy Andersson. Amado el que se sienta
Roy Andersson: La comedia de la vida, 2007; Sobre lo infinito, 2019
"¡Hay gentes tan desgraciadas que ni siquiera tienen cuerpo; cuantitativo el pelo, baja, en pulgadas, la genial pesadumbre; el modo, arriba; no me busques, la muela del olvido, parecen salir del aire, sumar suspiros mentalmente, oír claros azotes en sus paladares! Vanse de su piel, rascándose el sarcófago en que nacen y suben por su muerte de hora en hora y caen, a lo largo de su alfabeto gélido, hasta el suelo. [...] ¡Amadas sean las orejas sánchez, amadas las personas que se sientan, amado el desconocido y su señora, el prójimo con mangas, cuello y ojos! ¡Amado sea aquel que tiene chinches, el que lleva zapato roto bajo la lluvia, el que vela el cadáver de un pan con dos cerillas, el que se coge un dedo en una puerta, el que no tiene cumpleaños, el que perdió su sombra en un incendio, el animal, el que parece un loro, el que parece un hombre, el pobre rico, el puro miserable, el pobre pobre! [...]"
Y comenta el propio Andersson en plática con Yann Tobin, consignada en el libro Pequeño planeta cinematográfico (2007), de Michel Ciment: "También para Vallejo los seres humanos son desgraciados, pero él nos dice que los amemos, porque son vulnerables. Igual que él, me aplico a la descripción del hombre: a veces, es calvo y no lleva sombrero; otras se pilla un dedo con la puerta u olvida su infancia. Es un poco más que un animal. Como Vallejo, lo quiero con pesadumbre".