Botonera

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9.10.20

VI. "PENSAR EL JUEGO. 25 CAMINOS PARA LOS GAME STUDIES", Víctor Navarro Remesal (coord.), Valencia: Shangrila, 2020




ARQUITECTURA. LA CIUDAD
A MEDIDA DEL AVATAR Y EL JUGADOR

Adrián Suárez





La evolución de la técnica y las nuevas posibilidades gráficas han permitido representar ciudades ficticias en un videojuego como mundos ludoficcionales explorables al detalle, reinterpretar una típica tipología de villa medieval hasta convertirla en la Novigrado en The Witcher 3 (CD Projekt RED, 2015) o revisionar una real, como la Florencia de Assassin’s Creed II (Ubisoft, 2009). La premisa en ambos casos es transformarlas y adaptarlas a las necesidades y posibilidades del avatar manejado por el jugador, convirtiéndolas en un espacio arquitectónico ludoficcional. 


Las diferencias entre una ciudad preparada para un videojuego y una que existe son varias. En primer lugar, una ciudad real está compuesta por diferentes estratos de crecimiento que se aglutinan, se interfieren y colaboran entre sí, y que, al ser estudiados consiguen explicar el motivo del nacimiento de una ciudad, así como las cualidades de las sociedades que la habitaron y la habitan. 


Si se analiza el plano de la ciudad de A Coruña, ubicada al noroeste de Galicia, se entiende que es una ciudad nacida para aprovechar el Océano Atlántico como fuente de alimento y de transporte. Su casco histórico está al norte, sobre un alto para conseguir protección natural y próxima a las aguas para facilitar su explotación. El resto de la ciudad creció hacia el interior con el fin de acoger a más y más pobladores. Cada una de estas expansiones en forma de barrios, calles o avenidas puede contextualizarse en un tiempo histórico concreto gracias a la estética de su arquitectura. Sabemos que los edificios ubicados en la zona conocida en la actualidad como Plaza de Galicia se han construido a principio del siglo XX por tener fachadas modernistas, propias de este periodo.


Sin embargo, un estudio más profundo de su área geográfica nos invita a mirar mucho más atrás en el tiempo, hacia una montaña a la entrada de la ciudad y alejada del mar para encontrar el Castro de Elviña, lugar en el que los Brigantes instalaron su asentamiento celta durante la Edad de Hierro. Esta civilización preexistente eligió este alto por motivos estratégicos. Estos dos hitos históricos: el nacimiento de la ciudad como tal en su casco histórico y la preexistencia celta que facilitó que la ciudad floreciese no existen de forma natural en una arquitectura ludoficcional [...]




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